El Tribunal de las Aguas no es una institución que haya decaído
a través de los siglos, se ha mantenido con su autoridad y su eficacia
durante sus mil años de vigencia. No es solamente una curiosidad
a visitar en Valencia como reliquia de siglos pasados. Es,
sencillamente, la garantía del orden y la paz en las 17.000 Hectáreas
que se riegan en la Huerta de Valencia. Si no existiera, el desorden
imperaría y habría de crearse un organismo que mantuviera
el orden en los riegos. No es preciso; ya está hace diez siglos;
es el Tribunal de las Aguas.
Pero, al mismo tiempo, está sirviendo de modelo para la mayor
actualidad de tribunales en el mundo. Hacen falta instituciones
como la valenciana que, cumpliendo los cuatro requisitos que hoy
exigen los juristas del mundo entero, cumplan la misión de hacer
justicia. La concentración, la economía, la rapidez; y con ellos, la
oralidad. Estos cuatro requisitos los cumple el Tribunal.
Por esta circunstancia el Excmo. Sr. D. Federico Carlos Sáinz de Robles, cuando fue Presidente del Tribunal Supremo de España y del Consejo General del Poder Judicial, mostró un interés extraordinario en conocer el funcionamiento del Tribunal para crear similares que resolvieran las infracciones de reglamentos donde, no habiendo incidencia penal, pueden tramitarse con mucha mayor rapidez. Y estas instituciones, formadas también por ciudadanos, investirlas de la autoridad que tiene hoy el Tribunal para dictar sentencias similares. Es lo mismo que están los procesalistas del mundo entero estudiando como salidas preconizadas para la crisis mundial de la administración de justicia, y es lo que los ingleses denominan «small claim's courts» (tribunales de vecindad, de barrio, etc.) Son los procesalistas norteamericanos quienes más interesados están en esta clase de tribunales superiores a sus jurados tradicionales, porque esos jurados no dictan sentencia y, sin embargo, estos tribunales de barrio estarían facultades para ello. Es una vez más el Tribunal de las Aguas modelo para el extranjero
y prueba de ello es que en el acto solemne de inauguración
de los Tribunales, en la Ciudad francesa de Rennes el año 1987,
el Magistrado ponente hizo un estudio del Tribunal de las Aguas
de Valencia y con admiración decía al final del mismo:
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El tribunal en pleno juicio |
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