The Catalan Autonomous Government bets to profit from the water used
Wed, 25/08/2010
El agua que sale del grifo o de la cisterna, la que utilizamos cada día, pasa a la alcantarilla y de aquí a la depuradora. Por un lado entran aguas residuales; por el otro salen aguas depuradas. No son potables, pero sí pre-potables y pueden tener otros usos, sometiéndolas a un tratamiento complementario (regeneración). La Generalitat impulsa la reutilización del agua que sale de las principales depuradoras que hay en funcionamiento en Catalunya. Las 383 operativas -hay 138 más en construcción y 50 en proyecto- limpian las aguas residuales del 95% de la población. La Generalitat prevé que cuando el plan de saneamiento esté totalmente desplegado existan 1.544, la mayor parte de ellas para cubrir las necesidades de municipios pequeños y poblaciones aisladas.
Uno de los objetivos de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) es intentar aprovechar al máximo los casi 700 hectómetros cúbicos (hm³) de agua depurada que generan las depuradoras. Gracias a la reciente aprobación del real decreto que permite la reutilización de agua regenerada, se reutilizan ya en Catalunya unos 51 hm³ cada año. En el plazo de entre cinco y diez años, esta cantidad se habrá cuadruplicado, hasta llegar a los 209 hm³, lo que supondría pasar del 4% actual al 33% de agua reutilizada. Una cifra nada desdeñable si tenemos en cuenta que en las cuencas internas de Catalunya se consumen anualmente para usos urbanos unos 700 hm³ de agua potable.
Las directivas comunitarias obligan a los estados a depurar todas las aguas residuales que producen antes de verterlas a los ríos o al mar. El agua resultante aún tiene un recorrido posible ya que gracias a la incorporación de tratamientos adicionales es apta para la agricultura, el riego de campos de golf, parques y jardines, para la limpieza de las calles, para usos industriales de refrigeración o para regenerar acuíferos sobreexplotados y aportar caudal ambiental a los ríos. En consecuencia, se evita que el agua depurada acabe en el mar, se ahorra agua apta para el consumo humano, lo que permite mantener más tiempo los embalses más llenos y se dispone de recursos para casos de sequía como el que se vivió en 2008 con mayores garantías de abastecimiento.
El agua que sale de las depuradoras requiere de un tratamiento previo, que garantiza la desinfección y elimina elementos indeseados como el nitrógeno, el fósforo o el amonio, antes de poderla destinar al riego o bien a usos industriales o ambientales. Por esta razón, sólo se hace el tratamiento complementario cuando en los alrededores de la instalación hay clientes potenciales interesados en su adquisición o bien la administración decide utilizarla para mejorar la calidad de los ríos, los acuíferos y otras ecosistemas hídricos. En el caso de otros usos, los bene ciarios deben pagar por ella, aunque lógicamente a un precio que incentive su aprovechamiento y que lógicamente sea más bajo que el del gua potable. .
La reutilización del agua es uno de los ejes estratégicos de la política del agua del Govern, junto con la recuperación de los acuíferos, la mejora de las redes de abastecimiento, el ahorro y la desalinización. Para la ACA, la regeneración es un recurso para los usos que no requieran agua potable. El objetivo de reutilizar 209 hm³ supondría que se estaría reaprovechando casi un tercio de las aguas depuradas.
Uno de los objetivos de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) es intentar aprovechar al máximo los casi 700 hectómetros cúbicos (hm³) de agua depurada que generan las depuradoras. Gracias a la reciente aprobación del real decreto que permite la reutilización de agua regenerada, se reutilizan ya en Catalunya unos 51 hm³ cada año. En el plazo de entre cinco y diez años, esta cantidad se habrá cuadruplicado, hasta llegar a los 209 hm³, lo que supondría pasar del 4% actual al 33% de agua reutilizada. Una cifra nada desdeñable si tenemos en cuenta que en las cuencas internas de Catalunya se consumen anualmente para usos urbanos unos 700 hm³ de agua potable.
Las directivas comunitarias obligan a los estados a depurar todas las aguas residuales que producen antes de verterlas a los ríos o al mar. El agua resultante aún tiene un recorrido posible ya que gracias a la incorporación de tratamientos adicionales es apta para la agricultura, el riego de campos de golf, parques y jardines, para la limpieza de las calles, para usos industriales de refrigeración o para regenerar acuíferos sobreexplotados y aportar caudal ambiental a los ríos. En consecuencia, se evita que el agua depurada acabe en el mar, se ahorra agua apta para el consumo humano, lo que permite mantener más tiempo los embalses más llenos y se dispone de recursos para casos de sequía como el que se vivió en 2008 con mayores garantías de abastecimiento.
El agua que sale de las depuradoras requiere de un tratamiento previo, que garantiza la desinfección y elimina elementos indeseados como el nitrógeno, el fósforo o el amonio, antes de poderla destinar al riego o bien a usos industriales o ambientales. Por esta razón, sólo se hace el tratamiento complementario cuando en los alrededores de la instalación hay clientes potenciales interesados en su adquisición o bien la administración decide utilizarla para mejorar la calidad de los ríos, los acuíferos y otras ecosistemas hídricos. En el caso de otros usos, los bene ciarios deben pagar por ella, aunque lógicamente a un precio que incentive su aprovechamiento y que lógicamente sea más bajo que el del gua potable. .
La reutilización del agua es uno de los ejes estratégicos de la política del agua del Govern, junto con la recuperación de los acuíferos, la mejora de las redes de abastecimiento, el ahorro y la desalinización. Para la ACA, la regeneración es un recurso para los usos que no requieran agua potable. El objetivo de reutilizar 209 hm³ supondría que se estaría reaprovechando casi un tercio de las aguas depuradas.