The desalination Oropesa demand starts work without having
Thu, 09/07/2009
La solicitud para la construcción de una desaladora entre Cabanes y Oropesa se realizó con la base de los desarrollos urbanísticos previstos para la zona y el aumento de población y necesidades hídricas que éstos iban a generar. La macrourbanización prevista en el entorno del proyecto del parque temático Mundo Ilusión, de 18 millones de metros cuadrados, y una nueva área de expansión en la zona litoral de Cabanes, sumaban una necesidad de agua de entorno a 20 hectómetros cúbicos anuales para abastecer a una población potencial de cerca de 200.000 personas.
Ahora, los proyectos urbanísticos están paralizados pero ayer la sociedad pública Acuamed inició las obras de la desaladora, presupuestada en más de 55 millones de euros que, en 18 meses, estará preparada para producir 21,5 hectómetros anuales.
Tanto la directora general del Agua del Ministerio de Medio Ambiente, Marta Morén, como el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Juan José Moragues, trataron ayer de argumentar, por un lado, que "el problema" no es suyo y que el Gobierno no ha hecho más que atender la solicitud expresada por los ayuntamientos y, por otro, que, en cualquier caso, la economía se irá recuperando y que la desaladora será efectiva cuando el actual desarrollo urbanístico sea una realidad.
A finales de 2010 la desaladora producirá una cantidad de agua que, en realidad, no será necesaria. La posibilidad de ampliar la desaladora, en una segunda fase, y la previsión de que los desarrollos urbanísticos planteados se ejecutaran de forma progresiva llevó a Acuamed a ampliar el convenio para la utilización de agua desalada al municipio de Benicàssim. En este caso, los proyectos que precisaban de nuevos recursos hídricos eran la urbanización del Pontazgo y el desarrollo de Benicàssim Golf. Para cubrir todas sus necesidades, Benicàssim previó una demanda de unos 4,5 hectómetros cúbicos al año, poco más del 20% de la capacidad de la desaladora.
La nueva infraestructura estará preparada para abastecer a 150.000 personas. Benicàssim, que es la mayor de las tres poblaciones a las que suministrará la desaladora, tiene una población real de 28.000 personas en invierno, aunque más de 10.000 no figuran como empadronados. Oropesa y Cabanes no llegan a los 20.000, con lo que, a excepción de julio y agosto, las tres poblaciones no alcanzan ni las 50.000 personas, aunque en verano, se pueden incrementar hasta los 190.000.
Ahora, los proyectos urbanísticos están paralizados pero ayer la sociedad pública Acuamed inició las obras de la desaladora, presupuestada en más de 55 millones de euros que, en 18 meses, estará preparada para producir 21,5 hectómetros anuales.
Tanto la directora general del Agua del Ministerio de Medio Ambiente, Marta Morén, como el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Juan José Moragues, trataron ayer de argumentar, por un lado, que "el problema" no es suyo y que el Gobierno no ha hecho más que atender la solicitud expresada por los ayuntamientos y, por otro, que, en cualquier caso, la economía se irá recuperando y que la desaladora será efectiva cuando el actual desarrollo urbanístico sea una realidad.
A finales de 2010 la desaladora producirá una cantidad de agua que, en realidad, no será necesaria. La posibilidad de ampliar la desaladora, en una segunda fase, y la previsión de que los desarrollos urbanísticos planteados se ejecutaran de forma progresiva llevó a Acuamed a ampliar el convenio para la utilización de agua desalada al municipio de Benicàssim. En este caso, los proyectos que precisaban de nuevos recursos hídricos eran la urbanización del Pontazgo y el desarrollo de Benicàssim Golf. Para cubrir todas sus necesidades, Benicàssim previó una demanda de unos 4,5 hectómetros cúbicos al año, poco más del 20% de la capacidad de la desaladora.
La nueva infraestructura estará preparada para abastecer a 150.000 personas. Benicàssim, que es la mayor de las tres poblaciones a las que suministrará la desaladora, tiene una población real de 28.000 personas en invierno, aunque más de 10.000 no figuran como empadronados. Oropesa y Cabanes no llegan a los 20.000, con lo que, a excepción de julio y agosto, las tres poblaciones no alcanzan ni las 50.000 personas, aunque en verano, se pueden incrementar hasta los 190.000.