Electric failure stops Pinedo pant and produces an unsanitated water spill

Fri, 09/07/2004

Levante

La Conselleria de Infraestructuras asegura que la avería no duró más de cinco minutos

Laura Ballester, Valencia

Un fallo eléctrico en un transformador de la estación depuradora de aguas residuales, la EDAR-1 de Pinedo, paralizó el pasado miércoles por la tarde las bombas de la instalación. La avería provocó que durante un tiempo se virtiera agua residual al azarbe (cauce que recoge los sobrantes de las acequias) del nuevo cauce del río Turia que, a su vez, desemboca en el mar junto a la playa de Pinedo, según confirmaron testigos presenciales de los hechos.

La Conselleria de Infraestructuras, de quien depende la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales que gestiona la depuradora de Pinedo, confirmó el fallo eléctrico que «se produjo mientras se arreglaba un transformador de la EDAR-1». Al parecer, «saltó el automático de las bombas que permanecieron paradas hasta que se activaron manualmente. Este intervalo de tiempo no duró más de cinco minutos». Estas mismas fuentes descartaron que la avería estuviera relacionada con las obras de ampliación de la depuradora de Pinedo que actualmente trata 150.000 metros cúbicos diarios de aguas residuales a las que aplica un tratamiento primario biológico, el más sencillo de todos aunque las obras de mejora consistirán en garantizar a la planta de Pinedo el tratamiento secundario y terciario.

No obstante, según ha podido saber Levante-EMV la EDAR-1 funciona a medio gas debido a las obras de mejora que se ejecutan y que consiste en instalar bombas más profundas para poder extraer una mayor cantidad de agua. Esta situación provoca que el azarbe de Pinedo reciba unos 60.000 metros cúbicos diarios de aguas residuales que únicamente se tratan para retirarles los desechos sólidos y arena.

Además la depuradora de Pinedo debe recibir y tratar lixiviados [residuos líquidos procedentes de vertederos, compuestos de metales pesados como hierro, zinc o cobre], según reconoció la conselleria de Infraestructuras en 2001, aunque aseguraba que se intentaba evitar el máximo daño posible.