La depuradora de l'Alacantí Nord costó 33,7 millones de euros y con tan solo 400.000 euros la huerta de Alicante podría aprovechar buena parte del agua que desde hace más de un año se pierde por el río Seco. Ese es el coste que la Comunidad de Regantes estima que supone la obra necesaria para bombear y conducir el caudal desde el complejo de depuración hasta el Pantanet, en Mutxamel, un par de kilómetros río arriba.

Mientras que los más de dos hectómetros cúbicos anuales que vierte la estación l'Alacantí Nord, ubicada junto a la A-70, han creado un auténtico vergel en el río Seco, con patos, garzas, ranas y peces, los regantes consideran «incomprensible» que no se ejecute esta obra. Su presidente, Francisco Vidal, señala que se han dirigido a los organismos públicos para que ayuden a financiar la obra y que su coste sea repercutido en los recibos del agua de los comuneros, pero no reciben respuesta. Este medio trató ayer de contactar con responsables de la Conselleria de Agricultura, de la que depende el área de Agua y la Entidad de Saneamiento de Aguas, para conocer sin éxito el estado de esta cuestión.

Lo cierto es que el complejo construido por la Generalitat contemplaba una inversión de seis millones de euros para desalinizar el agua depurada e instalar una conducción para que aprovecharán el caudal los regantes, pero la crisis y la falta de fondos hicieron que el año pasado, cuando se acabó la depuradora, se descartara este plan por ser excesivamente caro, y se apostara por una inversión intermedia que se esperaba que estuviera en marcha en enero, pero de ello nada se sabe. Los regantes señalan que la supresión de la desalinizadora no supone un problema, ya que el agua de la depuradora es de cualquier forma de mejor calidad y con menor salinidad que por ejemplo la que reciben de la estación de Orgegia, por lo que sería beneficiosa para el campo. Solo hay que ver el vergel en el que se ha convertido el río Seco.

Vidal destaca que la puesta en marcha de la depuradora de Sant Joan ha descongestionado la de Orgegia, que ahora produce menos agua, y esta bajada la notan sobretodo en verano, cuando más necesarios son los aportes hídricos para el campo. Por ello consideran capital que el agua que genera la estación de Sant Joan pueda ser aprovechada por los regantes, sobre todo en los meses estivales, más aún teniendo en cuenta que la provincia parece estar entrando en un nuevo ciclo de sequía y temen recortes en los aportes actuales de que disponen.

Los regantes señalan que podrían aprovechar la mitad de los dos hectómetros cúbicos que se están vertiendo al río Seco, que serían de gran ayuda en verano y un excelente complemento a los aportes de Orgegia, el pantano de Tibi y el trasvase del Tajo.