La escasez del agua viene haciéndose cada vez más patente en nuestros días. Por ello, en los últimos tiempos se ha propiciado desde diferentes esferas un uso más racional de la misma. Se busca con ello llegar a cubrir un mayor número de necesidades a partir de los recursos disponibles. Pero el trasiego del agua también demanda importantes cantidades de energía.

Es por ello, que las medidas que propician un uso más racional del agua presentan dos tipos de beneficios: por una parte el ahorro del recurso y el aumento de su disponibilidad, y por la otra, la disminución del consumo de energía necesaria para su manejo. De todo se deriva un ahorro del binomio agua y energía.