Los tres episodios de lluvia registrados este mes han permitido a la región de Barcelona y Girona recuperar los generosos niveles de recursos que presentaban sus embalses en los dos últimos años y que empezaron a declinar en verano. Desde el 3 de noviembre se : el equivalenhan ganado 120 hm te al consumo de cuatro meses en el área de Barcelona. Los embalses del Ter y del Llobregat están al 87% de su capacidad máxima, y la previsión era que lloviera en las cabeceras de los ríos.

La situación ha obligado a que el embalse de Sau (el Ter) libera/s desde el sábado (el dora 30 m ble de lo habitual), para facilitar que tenga suficiente capacidad de resguardo, con el fin de asumir las aportaciones y avenidas que se esperaban desde su cabecera. Es la manera de evitar cualquier riesgo de desbordamiento aguas abajo. Además, el embalse de Boadella, en el Alt Empordà, también incrementó su caudal de /s a los salida (pasando de 0,3 m /s). El resultado es que el 9,3 m embalse de Susqueda alcanza el 96% de su capacidad, mientras que en el Llobregat los niveles oscilan entre el 88% (Sant Ponç) y el 83% (La Baells).

El Govern mantiene la desalinizadora de El Prat en un funcionamiento mínimo (al 10% de su potencial), mientras que razones económicas ha paralizado la actividad de la desalinizadora de Blanes, que suministra agua al Alt Maresme, que se abastece ahora de pozos. Leonard Carcolé, director de la Agència de l'Aigua, explicó que la desalinizadora de Blanes sólo funcionará a partir de Semana Santa, para evitar una extracción excesiva de agua del subsuelo. Además es cuando se necesitan más recursos.