Main rivers Aragonese problems
Mon, 14/11/2011
Ebro, tramo aragonés Gállego Cinca Jalón Guadalope Jiloca Alcanadre El último informe ZARAGOZA. anual de calidad que acaba de presentar la CHE -el de 2010- muestra que el número de tramos de río en mal estado sigue disminuyendo en la cuenca del Ebro. Según los datos de la Confederación, las 96 masas de agua que presentaban problemas químicos o ecológicos en 2009 se redujeron a 89 el año pasado, lo que a su vez ha bajado el porcentaje de incumplimiento de los objetivos marcados por Europa del 15% al 14% -en toda la demarcación hay 643-.
Esa mejora es todavía más significativa si se tiene en cuenta que en 2008 había 121 tramos de río en mal estado -el 19% del total-, lo que supone que la importante disminución constatada en 2009 se consolidó el año pasado. La CHE asume que la sequía de los últimos meses estropeará las estadísticas de 2011, pero destaca que 2009 y 2010 fueron dos años hidrológicos «normales» en los que la tendencia fue claramente a la baja.
«Este año la contaminación está siendo la misma o incluso inferior, porque cada vez funcionan más depuradoras -explica el jefe del área de calidad de la Confederación, Javier San Román-. El problema es que, cuanto menos caudal lleven los ríos, más concentrada estará esa contaminación, y Arba de Luesia eso hará que aumente el número de masas de agua que superen los umbrales que permiten decir si están o no en buen estado».
San Román reconoce que el descenso de la actividad industrial por la crisis económica puede haber influido algo en la recuperación que están experimentando los cauces. No obstante, este experto señala que el principal factor de mejora es el avance de la depuración.
«El porcentaje de aguas residuales que son tratadas antes de llegar a los ríos es cada vez mayor, y eso es fundamental -insiste San Román-. El mejor ejemplo es el Huerva, que a su paso por Zaragoza estaba totalmente muerto y que desde que se puso en marcha la depuradora de Cuarte ha mejorado mucho: sigue teniendo problemas, pero ahora ya se ven peces y se oye cantar a las ranas».
Buen estado químico y ecológico La Directiva Marco del Agua establece que a partir del 2015 todas las masas de agua superficiales -término con el que se denomina a los tramos de río con unas características homogéneas- deben alcanzar el buen estado. Eso significa que, para ese año, los ríos deben estar lo más próximos posible a sus condiciones naturales, a la situación en la que se enconHuerva trarían sin influencia del hombre.
Aunque admite excepciones, ese mandato europeo no solo obliga a que las aguas estén limpias de contaminantes químicos, sino que también se deben recuperar los ecosistemas asociados a los cursos fluviales. Para lograr ese buen estado ecológico, es necesario cuidar tanto la flora y la fauna como los factores hidromorfológicos: el caudal circulante, el estado de las orillas y del bosque de ribera, la presencia de infraestructuras que desnaturalizan el cauce...
De las 89 masas de agua fluviales que en 2010 presentaron problemas de calidad en la cuenca del Ebro, 78 no alcanzaron el buen estado ecológico; 19 no llegaron al buen estado químico; y 9 incumplieron ambos requisitos.
El director del área de calidad de la CHE avisa de que en los próximos años estas cifras no van a poder mejorar mucho, ya que hay un porcentaje de tramos de río que solo podrán recuperarse a medio o largo plazo. «La Directiva Marco del Agua permite una prórroga de seis o doce años para que las masas de agua con más problemas alcancen el buen estado -aclara-. En esas zonas estamos obligados a decir qué medidas vamos a tomar para que los ríos mejoren y a poner en marcha esas medidas».
San Román también subraya que los criterios utilizados para establecer si un tramo de río está o no contaminado son «muy exigentes». «Para poder hablar de buen estado, Europa no nos pide un aprobado raspado, nos exige un notable -comenta el técnico de la CHE-. Además, este año ha entrado en vigor la nueva legislación comunitaria sobre sustancias peligrosas, que es mucho más estricta que la anterior y que ha provocado que algunas zonas que antes se consideraban en buen estado ahora hayan perdido eses estatus y tengan que mejorar».
Datos sobre acuíferos Una de cada cinco masas de agua subterráneas están en mal estado químico. Además de los ríos, la CHE también controla el estado químico de los acuíferos -el ecológico no porque no tienen ecosistemas asociados-. Según su último informe anual de calidad, 20 de las 105 masas de agua subterráneas que hay en la cuenca del Ebro se encuentran en mal estado químico debido a los nitratos y los plaguicidas. Todas ellas sufren una gran explotación agrícola y, básicamente, se localizan en el eje del Ebro y en los aluviales de sus principales afluentes.
Estado ecológico malo. Los ecosistemas acuáticos están prácticamente muertos. En el río solo viven los organismos más resistentes.
Estado ecológico deficiente. Los ecosistemas acuáticos presentan serios problemas. El río apenas tiene vida.
Estado ecológico moderado. El río tiene vida, en el agua hay animales y plantas, pero no están presentes las especies más sensibles a las alteraciones de los cauces.
Esa mejora es todavía más significativa si se tiene en cuenta que en 2008 había 121 tramos de río en mal estado -el 19% del total-, lo que supone que la importante disminución constatada en 2009 se consolidó el año pasado. La CHE asume que la sequía de los últimos meses estropeará las estadísticas de 2011, pero destaca que 2009 y 2010 fueron dos años hidrológicos «normales» en los que la tendencia fue claramente a la baja.
«Este año la contaminación está siendo la misma o incluso inferior, porque cada vez funcionan más depuradoras -explica el jefe del área de calidad de la Confederación, Javier San Román-. El problema es que, cuanto menos caudal lleven los ríos, más concentrada estará esa contaminación, y Arba de Luesia eso hará que aumente el número de masas de agua que superen los umbrales que permiten decir si están o no en buen estado».
San Román reconoce que el descenso de la actividad industrial por la crisis económica puede haber influido algo en la recuperación que están experimentando los cauces. No obstante, este experto señala que el principal factor de mejora es el avance de la depuración.
«El porcentaje de aguas residuales que son tratadas antes de llegar a los ríos es cada vez mayor, y eso es fundamental -insiste San Román-. El mejor ejemplo es el Huerva, que a su paso por Zaragoza estaba totalmente muerto y que desde que se puso en marcha la depuradora de Cuarte ha mejorado mucho: sigue teniendo problemas, pero ahora ya se ven peces y se oye cantar a las ranas».
Buen estado químico y ecológico La Directiva Marco del Agua establece que a partir del 2015 todas las masas de agua superficiales -término con el que se denomina a los tramos de río con unas características homogéneas- deben alcanzar el buen estado. Eso significa que, para ese año, los ríos deben estar lo más próximos posible a sus condiciones naturales, a la situación en la que se enconHuerva trarían sin influencia del hombre.
Aunque admite excepciones, ese mandato europeo no solo obliga a que las aguas estén limpias de contaminantes químicos, sino que también se deben recuperar los ecosistemas asociados a los cursos fluviales. Para lograr ese buen estado ecológico, es necesario cuidar tanto la flora y la fauna como los factores hidromorfológicos: el caudal circulante, el estado de las orillas y del bosque de ribera, la presencia de infraestructuras que desnaturalizan el cauce...
De las 89 masas de agua fluviales que en 2010 presentaron problemas de calidad en la cuenca del Ebro, 78 no alcanzaron el buen estado ecológico; 19 no llegaron al buen estado químico; y 9 incumplieron ambos requisitos.
El director del área de calidad de la CHE avisa de que en los próximos años estas cifras no van a poder mejorar mucho, ya que hay un porcentaje de tramos de río que solo podrán recuperarse a medio o largo plazo. «La Directiva Marco del Agua permite una prórroga de seis o doce años para que las masas de agua con más problemas alcancen el buen estado -aclara-. En esas zonas estamos obligados a decir qué medidas vamos a tomar para que los ríos mejoren y a poner en marcha esas medidas».
San Román también subraya que los criterios utilizados para establecer si un tramo de río está o no contaminado son «muy exigentes». «Para poder hablar de buen estado, Europa no nos pide un aprobado raspado, nos exige un notable -comenta el técnico de la CHE-. Además, este año ha entrado en vigor la nueva legislación comunitaria sobre sustancias peligrosas, que es mucho más estricta que la anterior y que ha provocado que algunas zonas que antes se consideraban en buen estado ahora hayan perdido eses estatus y tengan que mejorar».
Datos sobre acuíferos Una de cada cinco masas de agua subterráneas están en mal estado químico. Además de los ríos, la CHE también controla el estado químico de los acuíferos -el ecológico no porque no tienen ecosistemas asociados-. Según su último informe anual de calidad, 20 de las 105 masas de agua subterráneas que hay en la cuenca del Ebro se encuentran en mal estado químico debido a los nitratos y los plaguicidas. Todas ellas sufren una gran explotación agrícola y, básicamente, se localizan en el eje del Ebro y en los aluviales de sus principales afluentes.
Estado ecológico malo. Los ecosistemas acuáticos están prácticamente muertos. En el río solo viven los organismos más resistentes.
Estado ecológico deficiente. Los ecosistemas acuáticos presentan serios problemas. El río apenas tiene vida.
Estado ecológico moderado. El río tiene vida, en el agua hay animales y plantas, pero no están presentes las especies más sensibles a las alteraciones de los cauces.