Clean water in the paper industry

Wed, 12/10/2011

Levante

El consejero de Territorio y Sostenibilidad de Cataluña, Lluís Recoder, subrayó ayer que el río Ebro no tiene capacidad en los tramos finales para realizar un trasvase, tal y como pide Castelló, y propone como alternativa el Ródano, una idea que planteó en su momento el ex presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, y que, entre otros defensores, se encuentra el ex alcalde de Castelló y actual consejero delegado de Castelló Cultural,José Luis Gimeno.

«Se tiene que hacer un plan hidrológico por mandato de la UE; otra cosa es que el plan pueda comprometer caudales del Ebro», señaló el consejero en declaraciones a ComRàdio recogidas por Europa Press.

Explicó que el Ebro no puede hacer frente a demandas de 90 hectómetros cúbicos por parte de otros territorios y ofreció a Castelló buscar recursos de otras cuencas de fuera del Estado, como es el caso del Ródano.

Sin embargo, admitió que el Gobierno catalán no tiene «en mente» este trasvase de aguas francesas al contar con desalinizadoras y la interconexión TerLlobregat, por lo que cree que Cataluña puede hacer frente con estos recursos a largos periodos de sequía. «Nuestras desalinizadoras han supuesto un coste. Ahora funcionan al 10 por ciento y las utilizaremos antes que otras soluciones», aseguró. La diputación y el ayuntamiento de Castelló defienden que los 90 hectómetros provendrían de sobrantes del Ebro y consideran que el norte de la provincia tiene derecho a este agua al formar parte de la cuenca hidrográfica del Ebro.

El ex primer edil de Castelló se ha desmarcado de la posición de sus compañeros de partido y aboga por ejecutar un trasvase del Ródano frente al del Ebro. Así lo defendió en la capital de la Plana en unas jornadas organizadas por la Universidad Internacional Valenciana (VIU). «Nos hemos interesado sólo en una puerta, y parece que nos hemos estrellado en esa puerta por las razones que sean, pero si se nos abre otra puerta, merece la pena estudiarla», señaló entonces Gimeno. «Los franceses son más tratables y más objetivos y así evitaríamos provincianismos y regionalismos absurdos, porque el agua es un producto y se vende a quien la pueda pagar», agregó.

Catalunya recoge el proyecto de Pujol y ahora apuesta por la transferencia del río francés para evitar un trasvase del Ebro, que los ecologistas alertan que afectaría a su delta.