Greater control in the water use

Wed, 24/08/2011

ECOticias.com

Como es normal en esta época, comienzan a bajar los niveles de los embalses y a escasear el agua, lo que obliga a adoptar rigurosas medidas para controlar su consumo y evitar el derroche.

La crisis hídrica no afecta sólo al valle de Punilla o a las Sierras Chicas, sino a la provincia de Córdoba toda y en general al país, así como a buena parte de las principales regiones del plantea. Se trata de una crisis mundial, que se proyecta de modo preocupante para las próximas décadas.

En forma concomitante, existen otros problemas de similar envergadura, tales como la superpoblación –que se advierte en especial en los países y continentes más pobres y rezagados– y el cambio climático. En un reciente artículo, el pensador italiano Giovanni Sartori dijo que para el próximo siglo se calcula que la temperatura global aumentará un promedio de cuatro grados, con efectos devastadores sobre el clima y los mares, mientras que el nivel de agua salada crecerá y disminuirá el de agua dulce.

En muchas partes del planeta, las reservas acuíferas que alimentan a la agricultura disminuirán en proporciones variables en los próximos decenios, dice el informe de Sartori, que añade que por ahora China y la India pueden contar con el agua que desciende de los glaciares del Himalaya, mientras que Estados Unidos –considerado el granero del mundo– depende de la reserva acuífera de Ogallala, que está descendiendo entre 30 y 90 centímetros al año. Es por ello que las cuestiones sobre el crecimiento demográfico y el control riguroso de la natalidad están en el centro del debate científico, cultural y político, ya que el agua disponible y el número de habitantes tienen una relación directa.

No hay que asombrarse de que en la Argentina haya también una crisis hídrica, que se siente con mayor o menor intensidad según las regiones, las épocas del año o las variaciones climáticas. Es casi normal que en algunas zonas de Córdoba empiece a escasear el agua entre fines del invierno y la entrada de la primavera, ya que se trata de un período seco, con pocas lluvias y mucho viento. De ahí que los incendios serranos coincidan para esta época y pueden llegar a afectar el suministro de agua potable a los grandes, medianos y pequeños centros poblados.

En Córdoba, es por la falta de lluvias; en Mendoza y las provincias cuyanas es, según los años, por la falta de nevadas intensas en la Cordillera, lo que produce una bajante del caudal de agua que desciende por los ríos durante el verano, o sea que hay menos agua de deshielo.

En nuestra provincia, ya se han tomado medidas. En Cosquín acaba de declararse el estado de emergencia y en Villa Carlos Paz se evalúa disponer la alerta naranja, al igual que en el resto de las Sierras Chicas, para iniciar acciones de cuidado y racionamiento del vital elemento.

De lo que se trata es de controlar y reducir el consumo de agua y, sobre todo, evitar el despilfarro. El agua no sobra ni es gratis, como lo era en otros tiempos. De ahí que su uso deba ser controlado cada vez con mayor rigor.