The Guadalquivir anticipates the open of spillways to avoid future floods
Tue, 23/08/2011
Una quincena de pantanos se encuentra desembalsando agua en la cuenca del Guadalquivir. Aunque la medida podría enmarcarse en la normalidad al estar en plena campaña de riego, lo cierto es que, tanto por el volumen de agua aliviada (más de 13 hectómetros cúbicos en las últimas 24 horas) como por la localización de las presas (la mayoría en la parte alta de la cuenca) se pone de manifiesto una política preventiva. La intención, admiten las fuentes consultadas, es la de evitar inundaciones de años anteriores motivadas en parte por la gran cantidad de agua que se tuvo que soltar en un poco tiempo.
"Habrá que adelantar los desembalses, no sabemos cómo será el otoño", admitió el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), Joaquín Castillo, cuando el mes pasado presentó las alegaciones del nuevo plan hidrográfico de la cuenca. El embalse de Iznájar (Córdoba) y los del Jándula, Giribaile y Tranco, en Jaén, son los que más agua están desembalsando.
Los embalses del Guadalquivir se encontraban ayer al 78,93%, aunque los de Jaén y Sevilla superaban el 80%. Sin embargo, cuando la campaña de riego llegue a su fin en octubre (se ha aprobado una dotación máxima de 1.200 hectómetros cúbicos, que como ocurrió el año pasado no se gastará) se estima que el nivel de agua caerá hasta poco más del 73%, un porcentaje que se estima insuficiente en un hipotético escenario de fuertes lluvias en otoño.
Andalucía dejó atrás en 2008 su último periodo de sequía. En 2010, las abundantes precipitaciones hicieron que el agua embalsada superase el 80% de la capacidad de los pantanos. Pero las inundaciones producidas en varios puntos de la cuenca cuestionaron la política de desembalses de la Agencia de Medio Ambiente y Agua, y no faltaron las críticas políticas sobre la supuesta improvisación en la planificación. Por eso, además de anticipar los desembalses, se ha puesto en marcha una inversión de 36,5 millones en la limpieza y restauración de cauces para paliar los efectos de las precipitaciones caídas y prevenir inundaciones. De ellos, la Junta informó ayer de que ha ejecutado ya más de siete millones en 96 actuaciones sobre unos 100 kilómetros de longitud.
En toda Andalucía, los pantanos se encuentran al 79,39%, siendo la cuenca del Mediterráneo la que menos agua tiene (73,55%) y la del Guadalete-Barbate la que más (83,41%).
"Habrá que adelantar los desembalses, no sabemos cómo será el otoño", admitió el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), Joaquín Castillo, cuando el mes pasado presentó las alegaciones del nuevo plan hidrográfico de la cuenca. El embalse de Iznájar (Córdoba) y los del Jándula, Giribaile y Tranco, en Jaén, son los que más agua están desembalsando.
Los embalses del Guadalquivir se encontraban ayer al 78,93%, aunque los de Jaén y Sevilla superaban el 80%. Sin embargo, cuando la campaña de riego llegue a su fin en octubre (se ha aprobado una dotación máxima de 1.200 hectómetros cúbicos, que como ocurrió el año pasado no se gastará) se estima que el nivel de agua caerá hasta poco más del 73%, un porcentaje que se estima insuficiente en un hipotético escenario de fuertes lluvias en otoño.
Andalucía dejó atrás en 2008 su último periodo de sequía. En 2010, las abundantes precipitaciones hicieron que el agua embalsada superase el 80% de la capacidad de los pantanos. Pero las inundaciones producidas en varios puntos de la cuenca cuestionaron la política de desembalses de la Agencia de Medio Ambiente y Agua, y no faltaron las críticas políticas sobre la supuesta improvisación en la planificación. Por eso, además de anticipar los desembalses, se ha puesto en marcha una inversión de 36,5 millones en la limpieza y restauración de cauces para paliar los efectos de las precipitaciones caídas y prevenir inundaciones. De ellos, la Junta informó ayer de que ha ejecutado ya más de siete millones en 96 actuaciones sobre unos 100 kilómetros de longitud.
En toda Andalucía, los pantanos se encuentran al 79,39%, siendo la cuenca del Mediterráneo la que menos agua tiene (73,55%) y la del Guadalete-Barbate la que más (83,41%).