Seaplanes can not collect water in reservoirs due to drought

Thu, 18/08/2011

La Voz de Galicia

Los tres hidroaviones del Ejército del Aire que trabajan estos días en la lucha contra el fuego en Galicia se encuentran con una difi cultad añadida. La sequía que asola la comunidad no solo favorece la propagación de los incendios sino que entorpece su extinción. Gran parte de los embalses de Ourense, la provincia más castigada por las llamas, se hallan a un nivel tan bajo de ocupación que impide a las aeronaves cargar agua. Esto obliga a los pilotos a aprovisionarse en zonas más lejanas, otros embalses provinciales o incluso en las rías, lo que retrasa el tiempo de intervención. Maniobras de repostaje en las que se tarda habitualmente ocho o diez minutos llevan ahora el doble de tiempo. «Este es un problema que nos encontrábamos otros años a fi nales de septiembre, pero que ahora estamos viviendo en pleno agosto; ya en julio estaban muy bajos los embalses», precisa Tomás Fernández-Couto, director xeral de Montes.

Los hidroaviones necesitan un recorrido lineal para hacer la carga en los embalses, lo que requiere un nivel de agua que no existe en las zonas más castigadas por el fuego. Ourense concentra el mayor número de presas, 20 en total, algunas de las cuales se hayan en mínimos de ocupación. Pese a todo, la Consellería do Medio Rural defi ende la efi cacia en las tareas de extinción de los incendios, muchos de ellos complejos, con múltiples focos, y en los que trabajan, además de los hidroaviones, otros nueve aviones de carga en tierra. Balance de incendios En lo que va de verano, y sobre todo en el mes de agosto, Ourense concentra gran parte de la actividad delictiva. Solo el pasado fi n de semana concluyó con casi 800 hectáreas quemadas: 120 en la parroquia de Vilar de Astrés, en el municipio de Ourense, y 495 en Carballeda de Valdeorras, el fuego más grande registrado este año en Galicia y que se ha quedado a solo cinco hectáreas de ser clasifi cado como gran incendio forestal (GIF). Precisamente anteayer, las llamas volvían a las cercanías de Ourense, a la misma parroquia de Vilar de Astrés. Después de más de 12 horas de trabajos, en los que participaron nueve brigadas, seis helicópteros y tres aviones -entre otros medios-, el fuego quedaba controlado tras destruir 20 hectáreas de monte. Las llamas también arrasaron otras 60 hectáreas en San Cristovo de Cea, 30 en Trasmirás y 25 en Baltar, según el balance de Medio Rural. La intensa actividad incendiaria en la provincia, especialmente en las cercanías de la capital, obligó ayer a reunirse en la ciudad al comité de coordinación policial, que ha intensifi cado una investigación que apunta a una ola de fuegos intencionados.

La escasez de precipitaciones desde la pasada primavera ha marcado el nivel de los embalses gallegos, cada vez más bajo. Según el balance publicado ayer por el Ministerio de Medio Ambiente, en la última semana han perdido otros 28 hectómetros cúbicos de agua. La cuenca Galicia Costa, con una capacidad total de 684 hectómetros cúbicos, ha bajado 8, al pasar de 391 a 383 en solo 7 días, mientras que la Miño-Sil (que puede recoger un volumen total de agua de 3.030 hectómetros) redujo sus reservas en 20 en el mismo período, al descender sus reservas de 1.829 a 1.809 hectómetros. De las más vacías de España Así, la cuenca Galicia-Costa está al 56 % de su capacidad, convirtiéndose en la segunda más vacía a nivel estatal por detrás de la del Júcar, que se encuentra al 53,4 %. Hace una semana, el nivel de agua embalsada de esta cuenca gallega se situaba en el 57,2 %. Las reservas actuales de la de Miño-Sil no llegan al 60 % (59,7 %), porcentaje que superaba, aunque por poco (60,4 %), siete días atrás. Entonces, la Miño-Sil estaba algo más vacía que la del Ebro; ahora, el nivel de esta última se encuentra algo por debajo de la gallega, con sus reservas al 58,7 %. En conjunto, la reserva hidráulica española ha perdido 762 hectómetros en la última semana