The purifier of Mancha Real does not work after a year opened

Wed, 17/08/2011

Ideal

El 30 de abril de 2010 el consejero de Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo, inauguró la nueva Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Mancha Real. En la localidad recuerdan el día con toda la pompa y boato que merecía la ocasión. No era para menos, pues la administración andaluza había gastado 4,1 millones de euros para que el municipio dejase de verter aguas sucias y las aguas depuradas pudieran reutilizarse para riegos agrícolas. «Comienza a funcionar», proclamó la Junta en un comunicado oficial de la Consejería ese día (aún sigue colgado en la web de Medio Ambiente). Un año y tres meses después, el municipio sigue sin depurar sus aguas residuales. La depuradora no funciona.

Fuentes consultadas en la Junta de Andalucía han explicado que tras aquella inauguración fue necesario ampliar el proyecto de obras previstas. Había que limpiar unos lodos de unas balsas de decantación y hacer arreglos en un camino que da acceso a las instalaciones. Otro medio millón de euros. Las obras extra ya están hechas. De hecho, en abril de 2010, el día de la inauguración, la Junta informó de que la obra inicial de construcción de la EDAR de Mancha Real «ha contado también con la realización de dos actuaciones complementarias que han servido para el acondicionamiento de un camino de acceso y para la mejora del sistema de vaciado de lodos, así como la modificación de la línea eléctrica y la acometida al centro de transformación». Es decir, los añadidos que ahora son la justificación de la administración para mantener la instalación cerrada. Lo que ahora se puntualiza es que no se han pagado. «Se busca financiación», dicen las fuentes consultadas en la administración autonómica. Y la depuradora no funciona.

En la oposición municipal de Mancha Real, fuentes del PP indican que se han interesado varias veces por la puesta en funcionamiento de la depuradora. «La respuesta que nos han dado es que está de pruebas. Es una explicación que no convence, porque llevan ya más de un año de pruebas», han dicho en el PP local.

Los regantes del pueblo serían los primeros beneficiarios de la depuración de las aguas residuales, pues usarían agua limpia para sus olivares. En realidad, en Mancha Real las aguas residuales nunca han sido un problema porque no se han vertido a ningún cauce público. Los agricultores las han aprovechado. Deberían llevar un año regando con aguas limpias y depuradas, Pero siguen usando «las de siempre».

Hace quince años, una comunidad de regantes local construyó unas balsas de decantación para aprovechar las aguas residuales. «Todo se hizo con el visto bueno de las autoridades y con los permisos en regla», dicen agricultores consultados en Mancha Real. Hubo un problema de olores y los regantes invirtieron para ponerle solución con un tratamiento anaeróbico. Así que las balsas que usaban no han causado molestias ni han supuesto problema alguno.

Hace años, para adecuarse a las exigencias de la legislación de tratamiento de residuos, se planteó la necesidad de hacer la depuradora. El proceso de construcción de la estación depuradora no fue además ejemplo de celeridad administrativa. El 12 de diciembre de 2006 la Junta de Andalucía sacó a concurso, a través de la Empresa Pública de Gestión Ambiental (Egmasa), las obras para la construcción de la nueva depuradora. Se hablaba entonces de 3,7 millones de euros y un plazo de ejecución fijado en 20 meses.

Los regantes colaboraron. De hecho la planta, según la Junta, se construyó sobre la antigua infraestructura de depuración existente anteriormente en la comunidad de regantes de La Loma ha sido diseñada para dar servicio a una población de hasta 13.000 habitantes y cuenta con un volumen diario de hasta 2.860 metros cúbicos al día. El caudal medio es de 119,17 metros cúbicos y el máximo de 357,5.

La depuradora cuenta con un sistema de control de emisiones de olores y además, permite el uso terciario del agua depurada que puede ser reutilizada para riegos agrícolas. Además, la planta cuenta con un edifico de 120 m2 de planta donde se ubican los vestuarios, aseos, comedor, laboratorio, taller y zona de control.