Ante la prolongada sequía que está sufriendo la comunidad, algunas localidades, como las ciudades de Lugo y Vigo, empiezan a llevar a cabo medidas poco habituales para paliar la ausencia de precipitaciones. Pese a que no hay razón para la alarma, el Concello de Lugo comienza ya a tomar medidas preventivas para ahorrar agua, como consecuencia del notable descenso que ha sufrido el caudal del río Miño a su paso por la ciudad.

El concejal delegado de Medio Ambiente, Lino González Dopeso, explicó que se ha optado por reducir el horario de riego de todas las zonas verdes de la ciudad y sólo en determinados lugares se ha suspendido por completo la irrigación. Por lo que respecta al resto de los jardines, el riego se redujo en un 40% en el último mes, a excepción de las zonas verdes ubicadas en el centro y en la Ronda da Muralla.

Por su parte, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, alertó ayer de que, si no llueve, a principios de noviembre el nivel de calidad de las aguas de los embalses que abastecen a la ciudad bajará y en diciembre los ciudadanos «se quedarán sin agua», por lo que censuró el «desconocimiento» del conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, Agustín Hernández, en lo que respecta al abastecimiento del municipio.

Por ello, Caballero informó de que desde el pasado viernes se han puesto en marcha medidas de ahorro en el consumo de agua pública -como la de baldear en días alternos o disminuir el agua empleada en riegos- , una serie de cambios que «ni siguiera se notan» entre la ciudadanía pero que permiten un ahorro de 810.000 litros de agua al día.