Detected exemplary of zebra mussel in the Zeanuri dam

Wed, 20/07/2011

El Correo

Para evitar que el mejillón cebra termine por colonizar la cuenca cantábrica y se convierta en una plaga -como ya ocurrió en el Ebro-, una comisión especial se reunió ayer «de urgencia» para adoptar medidas encaminadas a impedir la expansión y la supervivencia de la especie. En este sentido, representantes de la CHC, la Agencia Vasca del Agua-URA, el Consorcio de Aguas Bilbao-Bizkaia, Iberdrola y la Diputación de Bizkaia han elaborado un plan de actuación que contempla, entre otros aspectos, prohibir la pesca en el entorno para evitar que el molusco pueda extenderse por otras cuencas.

El mejillón cebra es una de las diez especies más invasoras del mundo y puede provocar cuantiosos daños económicos, que en el caso de España podrían ascender a 40 millones hasta 2025, según un grupo de expertos reunidos en el VI Congreso Europeo de Malacología que la Universidad del País Vasco ha organizado en Vitoria.

El embalse de Undurraga, en el que ya detectaron larvas de mejillón cebra el pasado 8 de julio, se encuentra en el curso alto del río Arratia y está conectado a los de Urrunaga y el Ullibarri-Gamboa. Se utiliza tanto para el abastecimiento de agua como para la producción de electricidad.

Los técnicos del Ministerio de Medio Ambiente y la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) han detectado ejemplares adultos de mejillón cebra en el embalse vizcaíno de Undurraga, situado en Zeanuri. Es la primera vez que se localiza esta especie invasora, «una de las más dañinas del mundo», señalan los expertos, que alertan del riesgo de que pueda expandirse hacia aguas más bajas del río Arratia.

La presencia de ejemplares adultos de mejillón cebra en Undurraga se confirmó el pasado día 14, precisaron responsables del Ministerio de Medio Ambiente en una nota. El hallazgo se produjo pocos días después de que se detectaran larvas del bivalvo invasor en el curso alto del Arratia. Según los expertos, es la primera vez que se localiza el molusco en aguas de la cuenca cantábrica y en zona de cabecera, «por lo que existe un riesgo de expansión aguas abajo», añadieron.