Three engineers from La Laguna University invented a pipe that prevents odors
Fri, 08/07/2011
Una tubería que aumenta la velocidad del flujo cuando el caudal es mínimo para evitar sedimentación de sólidos y malos olores fundamenta la solicitud de patente de tres investigadores de la Universidad de La Laguna (ULL) que está en fase internacional desde junio de 2010. Los colectores de saneamiento y de drenaje pluvial cuando son unitarios, como la mayor parte de las redes instaladas en el mundo, tienen que tener un gran diámetro para transportar un rango de caudal muy amplio cuando llueve y debe llevar toda la escorrentía de las calles, explicó a Efe Manuel García Román, ingeniero especializado en Hidrología.
Sin embargo, cuando el tiempo está seco estas tuberías unitarias y de un gran diámetro solamente llevan el caudal de saneamiento, que es muy pequeño, sobre todo por las noches, añadió. Esto provoca que la velocidad del flujo sea muy pequeña, lo que conlleva sedimento de materias sólidas, que transportan aguas negras que pueden llegar a segar parte de la tubería, lo que hace necesario un mantenimiento. Otro efecto de la baja velocidad del flujo es que el agua no se oxigena, por lo que bacterias pueden producir ácido sulfhídrico, un gas a temperatura ambiental muy perjudicial, venenoso y que corroe los metales y el hormigón cuando no está preparado, aseguró el ingeniero de la ULL.
Para corregir el problema de generación de sulfhídrico se oxigena agua, por lo que las bajas velocidades en saneamiento provocan costes de mantenimiento altos, indicó Manuel García Román. El ingeniero de Obras Públicas señaló que la innovación del proyecto de los docentes de la Universidad está en la forma interior de la tubería, que presenta una mejora sobre las que se han fabricado con forma ovoide. García Román aseguró que la nueva tubería conseguiría altas velocidades cuando el caudal es mínimo, ya que la mejora sobre la tubería ovoide es equivalente a la mejora de la ovoide sobre la circular.
La patente está solicitada a nivel internacional y los investigadores están buscando una empresa que la comercialice, sobre lo que García Román indicó que están en negociaciones con Amitech, una compañía que tiene la tecnología adecuada para poner en marcha el proyecto. En la investigación han participado, junto con Manuel García Román, los ingenieros y profesores de la ULL, Juan González Fariña y Lorenzo García.
Sin embargo, cuando el tiempo está seco estas tuberías unitarias y de un gran diámetro solamente llevan el caudal de saneamiento, que es muy pequeño, sobre todo por las noches, añadió. Esto provoca que la velocidad del flujo sea muy pequeña, lo que conlleva sedimento de materias sólidas, que transportan aguas negras que pueden llegar a segar parte de la tubería, lo que hace necesario un mantenimiento. Otro efecto de la baja velocidad del flujo es que el agua no se oxigena, por lo que bacterias pueden producir ácido sulfhídrico, un gas a temperatura ambiental muy perjudicial, venenoso y que corroe los metales y el hormigón cuando no está preparado, aseguró el ingeniero de la ULL.
Para corregir el problema de generación de sulfhídrico se oxigena agua, por lo que las bajas velocidades en saneamiento provocan costes de mantenimiento altos, indicó Manuel García Román. El ingeniero de Obras Públicas señaló que la innovación del proyecto de los docentes de la Universidad está en la forma interior de la tubería, que presenta una mejora sobre las que se han fabricado con forma ovoide. García Román aseguró que la nueva tubería conseguiría altas velocidades cuando el caudal es mínimo, ya que la mejora sobre la tubería ovoide es equivalente a la mejora de la ovoide sobre la circular.
La patente está solicitada a nivel internacional y los investigadores están buscando una empresa que la comercialice, sobre lo que García Román indicó que están en negociaciones con Amitech, una compañía que tiene la tecnología adecuada para poner en marcha el proyecto. En la investigación han participado, junto con Manuel García Román, los ingenieros y profesores de la ULL, Juan González Fariña y Lorenzo García.