The rice farmers of Silla are reluctant to flood the fields by the "population " of ducks

Tue, 10/05/2011

Levante

Si primero fueron los agricultores de Sollana quienes alertaron de la "plaga" de patos en l'Albufera, ahora son los arroceros de Silla los que hablan de "superpoblación de acuáticas" en el marjal y reclaman ayudas al Consell para que las aves no arrasen sus cosechas. De hecho, pese a que estos días ya deberían estar inundados los campos, aún no hay parcelas inundadas de agua, ya que ningún arrocero quiere ser el primero en empantanar sus tierras porque todos saben que el primer arrozal caerá, seguro, víctima de las acuáticas.
"En cuanto huelan que hay comida, vendrán aves de toda l'Albufera porque están muertas de hambre y, encima, en época de cría", explica Vicent Calvo Mustieles, que a sus 71 años es una institución en el lago. Ha trabajado toda la vida las tierras del marjal, lleva 47 años en el Motor "dels Calvos" y conoce l'Albufera como pocos. El año pasado perdió buena parte de su cosecha -en total, los patos se comieron "mil hanegadas, sólo en Silla"- y en esta ocasión no está dispuesto a repetir la experiencia. Por eso, reclama la reinstauración de las subvenciones autonómicas o, al menos, una ayuda del Consell con "ahuyentadores para evitar que los patos se concentren en unas pocas parcelas y las asuelen".
"La conselleria quiere tener aves acuáticas en el parque natural, pero que los daños que provoquen corran a nuestra cuenta. Y eso no puede ser", protesta. "Si quieren patos, que asuman las consecuencias de tenerlos", reclama. Hasta hace dos años, la Generalitat Valenciana destinaba una partida económica a mitigar los destrozos que las acuáticas realizaban en el entorno de l'Albufera. La ayuda no sufragaba todos los daños, pero "al menos recuperábamos algo de lo perdido".
Y, entre eso y las subvenciones que los agricultores reciben por continuar con la siembra y recolección del arroz, "íbamos tirando". El año pasado, sin embargo, conselleria les advirtió de que sus ayudas iban a desaparecer debido a que "no había dinero". Y, este año, "las cosas van por el mismo camino. O peor", señala Mustieles.

En 2010 había 35.000 "collverds"
La "superpoblación" de aves que este año registra l'Albufera no hace vaticinar nada bueno a los arroceros de Silla. Las acuáticas "se han multiplicado de un año para otro. En 2010 había 35.000 "collverds" y muchísimas pollas de agua y "galls de canyar". Este año la cifra es muchísimo mayor y los destrozos también lo serán", dice Mustieles.
El motivo, a su juicio, es "la mala temporada de caza" y "las reservas que han hecho" a las acuáticas, como el Tancat de la Pipa en Catarroja o el de Mília en Sollana. El buen tiempo de la temporada cinegética hizo que apenas se cobrasen piezas entre la avifauna del parque , que "ya sabe lo que pasa en los días de tirada, se refugia en los "tancats" y se va multiplicando sin cesar, un año tras otro", detalla el arrocero.
Para intentar suavizar los destrozos que provocan en los campos de labor, los agricultores de Silla han propuesto tanto a conselleria como a los responsables del parque natural varias opciones: "Que alimenten un tiempo a las acuáticas antes de la inundación de las parcelas para que no estén tan famélicas y desesperadas -una propuesta que el domingo rechazó la dirección del parque en Levante-EMV-, que alarguen un mes la temporada de caza, o que hagan volver las subvenciones". Por ahora ninguna vale.

La avifauna provoca daños por valor de 400.000 ? al año
El jueves comenzará la inundación de los arrozales más altos de Sueca y de Albalat de la Ribera. Cuatro días después, el agua se repartirá por todo el término suecano, Sollana, Quatre Pobles y Cullera. Conforme el agua se escampe, se repartirán también los daños que las aves del parque natural de l'Albufera causan sobre los cultivos y que la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) valora en entre 300.000 y 400.000 euros al año. La siembra del arroz es todo un acontecimiento, también para los patos de l'Albufera, que hallan en esta faena una oportunidad de alimentarse. Por eso, y en previsión de los daños ya certificados en años anteriores, la Unió de Llauradors ha pedido que se autorice la media veda para poder espantar a las aves durante la siembra, pero aún no han obtenido respuesta, según indica Josep Grau. "Este año harán un montón de daño", dice Grau, arrocero y representante de la Unió. "La avifauna ha aumentado mucho. Las lluvias han hecho que las aves se queden aquí y nos esperamos lo peor", añade. "Los daños ascienden a 300.000 o 400.000 euros en varios años", confirma el secretario de AVA-Asaja, Juan Salvador Torres.