WWW recalls that 13 years after the catastrophe of Aznalcóllar still not undertaken the restoration of Doñana
Tue, 26/04/2011
La organización ecologista WWF, con motivo del décimo tercer aniversario de la "catástrofe" de Aznalcóllar (Sevilla) en 1998, reclama al Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) y a la Consejería de Medio Ambiente nuevos proyectos de restauración de las marismas de Doñana y sus cuencas vertientes, así como la finalización del plan Doñana 2005, pues desde entonces "sigue sin acometerse la restauración del Espacio Natural".
De esta manera, según indica en una nota, las principales actuaciones de restauración hidrológica de Doñana están ligadas a la catástrofe de Aznalcóllar, de la que este lunes se cumplen trece años. Tras el vertido, se pusieron en marcha los dos proyectos de restauración "más importantes" de la historia de Parque Natural, la creación del Corredor Verde del Río Guadiamar y el plan Doñana 2005, que "han sido retrasados por sucesivos cambios de competencias entre la Administración andaluza y el MARM", lamenta.
Por otro lado, recuerda que la misión internacional que visitó Doñana el pasado mes de enero destacó la "urgente" restauración ambiental contenida en ambos planes, como uno de los asuntos "crítico" para que el espacio natural conserve sus títulos de Reserva de la Biosfera, Patrimonio Nacional y Humedal Ramsar.
WWF considera "imprescindible" poner en marcha nuevos proyectos de restauración que consoliden el futuro de Doñana, asegurando los aportes en cantidad y calidad de aguas a la marisma, teniendo en cuenta los nuevos escenarios que el cambio climático creará en el sur de la Península Ibérica.
En este sentido, defiende que Doñana "se puede salvar de la desertificación si se consigue un aporte natural de 200 hectómetros cúbicos de agua al año, frente a los 75 que recibe normalmente este humedal, una cifra mínima que le impide conservar sus ecosistemas".
Además, cree "necesario" que se culmine la ejecución de las actuaciones pendientes del plan Doñana 2005 como el Caño del Guadiamar, Caño Travieso y demolición de la Montaña del Río.
Por otro lado, la organización ecologista ve "inaceptable" que, estando el plan Doñana 2005 aún por finalizar, ni la Administración del Estado, ni la Junta de Andalucía se hagan cargo de terminar las actuaciones pendientes, pese a ser un proyecto de interés general.
Del mismo modo, crítica que el seguimiento y asesoramiento científico del plan Doñana 2005 y del Corredor Verde del Guadiamar, por medio de la Comisión Científica, "también se encuentre paralizado". Para WWF, el nuevo proyecto de restauración debe afrontar cuestiones como las aguas subterráneas, "las grandes olvidadas de los anteriores proyectos", y ampliar su ámbito de actuación territorial en las cuencas vertientes a Doñana.
De otro lado, ha considerado que entre las zonas prioritarias por su gran interés para la conservación de la biodiversidad de Doñana están las zonas de la marisma norte, las Cantaritas, la cabecera de los arroyos de la Rocina, Pilas o el Algarbe y la margen izquierda del Guadalquivir. Además, debería llevarse a cabo la restauración del área minera y del tramo alto del Guadiamar, incluyendo la zona en la figura de Paisaje Protegido, para conseguir la funcionalidad del Guadiamar como uno de los corredores que conecten Doñana con Sierra Morena.
"ES NECESARIO NUEVAS ACTUACIONES"
Según el responsable de la Oficina para Doñana de WWF España, Juanjo Carmona, proyectos como el Doñana 2005 o la recuperación del Guadiamar han tenido consecuencias "muy positivas" sobre el Espacio Natural de Doñana, si bien, en la actualidad es "necesario" poner en marcha nuevas actuaciones de restauración hidrológica, tal y como ya han solicitado en diversas ocasiones al Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino y a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.
Por último, apuesta por culminar el plan Doñana 2005, que se reactive la Comisión Científica y que, contando con ésta, se desarrolle una nueva propuesta Doñana 2020, de restauración para la zona".
Este lunes se cumple trece años de la rotura de la balsa de la mina de Boliden Apirsa el 25 de abril de 1998, que provocó el vertido de seis millones de metros cúbicos de aguas ácidas y lodos contaminados en las cuencas de los ríos Agrio y Guadiamar. La mayoría de los proyectos para descontaminar y recuperar la zona, en los que participaron las consejerías de Empleo y Desarrollo Tecnológico, Agricultura y Pesca, Salud y Medio Ambiente, se desarrollaron a lo largo de un tramo fluvial de 4.634 hectáreas de extensión y 62 kilómetros de longitud entre la mina y los límites del Parque Nacional de Doñana.
De esta manera, según indica en una nota, las principales actuaciones de restauración hidrológica de Doñana están ligadas a la catástrofe de Aznalcóllar, de la que este lunes se cumplen trece años. Tras el vertido, se pusieron en marcha los dos proyectos de restauración "más importantes" de la historia de Parque Natural, la creación del Corredor Verde del Río Guadiamar y el plan Doñana 2005, que "han sido retrasados por sucesivos cambios de competencias entre la Administración andaluza y el MARM", lamenta.
Por otro lado, recuerda que la misión internacional que visitó Doñana el pasado mes de enero destacó la "urgente" restauración ambiental contenida en ambos planes, como uno de los asuntos "crítico" para que el espacio natural conserve sus títulos de Reserva de la Biosfera, Patrimonio Nacional y Humedal Ramsar.
WWF considera "imprescindible" poner en marcha nuevos proyectos de restauración que consoliden el futuro de Doñana, asegurando los aportes en cantidad y calidad de aguas a la marisma, teniendo en cuenta los nuevos escenarios que el cambio climático creará en el sur de la Península Ibérica.
En este sentido, defiende que Doñana "se puede salvar de la desertificación si se consigue un aporte natural de 200 hectómetros cúbicos de agua al año, frente a los 75 que recibe normalmente este humedal, una cifra mínima que le impide conservar sus ecosistemas".
Además, cree "necesario" que se culmine la ejecución de las actuaciones pendientes del plan Doñana 2005 como el Caño del Guadiamar, Caño Travieso y demolición de la Montaña del Río.
Por otro lado, la organización ecologista ve "inaceptable" que, estando el plan Doñana 2005 aún por finalizar, ni la Administración del Estado, ni la Junta de Andalucía se hagan cargo de terminar las actuaciones pendientes, pese a ser un proyecto de interés general.
Del mismo modo, crítica que el seguimiento y asesoramiento científico del plan Doñana 2005 y del Corredor Verde del Guadiamar, por medio de la Comisión Científica, "también se encuentre paralizado". Para WWF, el nuevo proyecto de restauración debe afrontar cuestiones como las aguas subterráneas, "las grandes olvidadas de los anteriores proyectos", y ampliar su ámbito de actuación territorial en las cuencas vertientes a Doñana.
De otro lado, ha considerado que entre las zonas prioritarias por su gran interés para la conservación de la biodiversidad de Doñana están las zonas de la marisma norte, las Cantaritas, la cabecera de los arroyos de la Rocina, Pilas o el Algarbe y la margen izquierda del Guadalquivir. Además, debería llevarse a cabo la restauración del área minera y del tramo alto del Guadiamar, incluyendo la zona en la figura de Paisaje Protegido, para conseguir la funcionalidad del Guadiamar como uno de los corredores que conecten Doñana con Sierra Morena.
"ES NECESARIO NUEVAS ACTUACIONES"
Según el responsable de la Oficina para Doñana de WWF España, Juanjo Carmona, proyectos como el Doñana 2005 o la recuperación del Guadiamar han tenido consecuencias "muy positivas" sobre el Espacio Natural de Doñana, si bien, en la actualidad es "necesario" poner en marcha nuevas actuaciones de restauración hidrológica, tal y como ya han solicitado en diversas ocasiones al Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino y a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.
Por último, apuesta por culminar el plan Doñana 2005, que se reactive la Comisión Científica y que, contando con ésta, se desarrolle una nueva propuesta Doñana 2020, de restauración para la zona".
Este lunes se cumple trece años de la rotura de la balsa de la mina de Boliden Apirsa el 25 de abril de 1998, que provocó el vertido de seis millones de metros cúbicos de aguas ácidas y lodos contaminados en las cuencas de los ríos Agrio y Guadiamar. La mayoría de los proyectos para descontaminar y recuperar la zona, en los que participaron las consejerías de Empleo y Desarrollo Tecnológico, Agricultura y Pesca, Salud y Medio Ambiente, se desarrollaron a lo largo de un tramo fluvial de 4.634 hectáreas de extensión y 62 kilómetros de longitud entre la mina y los límites del Parque Nacional de Doñana.