The old mines of South Africa become corrosive
Sat, 02/04/2011
Las minas de oro fueron el nacimiento de Johanesburgo. Hasta le dieron su nombre en zulú: Egoli, la ciudad del oro. Ahora amenazan con corroer sus entrañas en dos años. Las galerías, en desuso, se están llenando de agua que, en contacto con los metales de las paredes las convierte en altamente contaminadas. Su denominación científica es drenaje ácido de mina (AMD, en sus siglas en inglés) y de llegar a la ciudad afectará a cañerías de agua, pasos de electricidad y cimientos.
Se calcula que en 2013 el centro de negocios de Johanesburgo podría verse afectado, aunque ecologistas y expertos alertan de que la amenaza no está tanto en la ciudad, que también, sino en los terrenos en los que el agua decanta, que quedan contaminados. Sobre todo, en acuíferos subterráneos, ríos y pantanos. Se trata de una de las mayores catástrofes naturales que afronta el país. La amenaza es especialmente seria porque el país tiene escasos recursos hídricos. El Gobierno está informado de lo peligroso de la situación por un informe de expertos que recoge la necesidad de iniciar de forma urgente el bombeo y tratamiento del AMD.
La cuenca minera de la región (Witwatersrand) se divide en tres: la central, con Johanesburgo, la del West Rand (al oeste de la ciudad) y la de East Rand (al este). La situación en la West Rand, más pequeña, es la peor: las minas se inundaron en 2002 y el AMD empezó a decantar. Como medida de emergencia, se autorizó el trasvase del agua sin tratar al pantano Robinson, que, como recuerda la activista Mariette Liefferink, "era una zona de recreo. Ahora es radiactivo. No hay vida acuática alguna". En las minas de oro, el uranio es un subproducto. El pantano se ha cerrado al público, sus aguas son 40.000 veces más radiactivas de lo permitido para el consumo.
Las aguas contaminadas sin tratar han desplazado ya 179 familias y han llegado a la reserva natural de Krugersdorp y los gestores de la cuna de la humanidad, una de las más antiguas excavaciones arqueológicas y patrimonio de la Humanidad, están preocupados porque "agua muy ácida entra ya en la zona, aunque por el momento no afecta a los fósiles".
El informe de los expertos concluye que el agua contaminada en el West Rand ha aumentado de nivel entre 20 y 60 millones de litros por día, pero solo se bombean y tratan alrededor de 12 millones, "lo que es inadecuado para controlar el AMD". El estudio recalca que en la cuenca central las aguas crecen medio metro al día y se sitúan a menos de medio kilómetro de la superficie en determinadas áreas. Para marzo de 2013, llegarán a superficie, algo que no se puede permitir porque "no solo inundarán el Gold Reef City [un parque temático con visita a la mina incluida, a ocho kilómetros del centro de Johanesburgo], sino que habrán comprometido la fuente de agua subterránea natural al sudeste de la ciudad".
Mariette Liefferink, directora de la Federación para un Medio Ambiente Sostenible, baraja cálculos que anticipan a marzo de 2012 la decantación del AMD en la capital. En la East Rand, con las mayores minas, la situación se complica, porque una de ellas afronta dificultades económicas y amenaza con dejar de bombear y no trata el agua que extrae, algo que los expertos consideran urgente. El ministro de finanzas, Pravin Gordhan, anunció una inversión de 22,5 millones de euros en tres años, mientras el ministro de Presidencia, Trevor Manuel, envió un mensaje tranquilizador a la población en febrero: "No hay razón para el pánico, los trabajos en el West Rand se iniciarán ya". Manuel recordó que el nivel crítico se sitúa en los 150 metros bajo superficie, al que no se ha llegado en el East o Central Rand.
"Aun así, no se ha hecho nada todavía", recuerda Liefferink, "y el dinero no es suficiente, harán falta un mínimo de 200 millones". De acuerdo con Garfield Krige, director de los servicios técnicos de African Environmental Development, una compañía ambiental que provee servicios a la minería, el dinero es suficiente solo para un primer tratamiento de neutralización del agua, aunque podría ser tratada hasta hacerla potable.
Se calcula que en 2013 el centro de negocios de Johanesburgo podría verse afectado, aunque ecologistas y expertos alertan de que la amenaza no está tanto en la ciudad, que también, sino en los terrenos en los que el agua decanta, que quedan contaminados. Sobre todo, en acuíferos subterráneos, ríos y pantanos. Se trata de una de las mayores catástrofes naturales que afronta el país. La amenaza es especialmente seria porque el país tiene escasos recursos hídricos. El Gobierno está informado de lo peligroso de la situación por un informe de expertos que recoge la necesidad de iniciar de forma urgente el bombeo y tratamiento del AMD.
La cuenca minera de la región (Witwatersrand) se divide en tres: la central, con Johanesburgo, la del West Rand (al oeste de la ciudad) y la de East Rand (al este). La situación en la West Rand, más pequeña, es la peor: las minas se inundaron en 2002 y el AMD empezó a decantar. Como medida de emergencia, se autorizó el trasvase del agua sin tratar al pantano Robinson, que, como recuerda la activista Mariette Liefferink, "era una zona de recreo. Ahora es radiactivo. No hay vida acuática alguna". En las minas de oro, el uranio es un subproducto. El pantano se ha cerrado al público, sus aguas son 40.000 veces más radiactivas de lo permitido para el consumo.
Las aguas contaminadas sin tratar han desplazado ya 179 familias y han llegado a la reserva natural de Krugersdorp y los gestores de la cuna de la humanidad, una de las más antiguas excavaciones arqueológicas y patrimonio de la Humanidad, están preocupados porque "agua muy ácida entra ya en la zona, aunque por el momento no afecta a los fósiles".
El informe de los expertos concluye que el agua contaminada en el West Rand ha aumentado de nivel entre 20 y 60 millones de litros por día, pero solo se bombean y tratan alrededor de 12 millones, "lo que es inadecuado para controlar el AMD". El estudio recalca que en la cuenca central las aguas crecen medio metro al día y se sitúan a menos de medio kilómetro de la superficie en determinadas áreas. Para marzo de 2013, llegarán a superficie, algo que no se puede permitir porque "no solo inundarán el Gold Reef City [un parque temático con visita a la mina incluida, a ocho kilómetros del centro de Johanesburgo], sino que habrán comprometido la fuente de agua subterránea natural al sudeste de la ciudad".
Mariette Liefferink, directora de la Federación para un Medio Ambiente Sostenible, baraja cálculos que anticipan a marzo de 2012 la decantación del AMD en la capital. En la East Rand, con las mayores minas, la situación se complica, porque una de ellas afronta dificultades económicas y amenaza con dejar de bombear y no trata el agua que extrae, algo que los expertos consideran urgente. El ministro de finanzas, Pravin Gordhan, anunció una inversión de 22,5 millones de euros en tres años, mientras el ministro de Presidencia, Trevor Manuel, envió un mensaje tranquilizador a la población en febrero: "No hay razón para el pánico, los trabajos en el West Rand se iniciarán ya". Manuel recordó que el nivel crítico se sitúa en los 150 metros bajo superficie, al que no se ha llegado en el East o Central Rand.
"Aun así, no se ha hecho nada todavía", recuerda Liefferink, "y el dinero no es suficiente, harán falta un mínimo de 200 millones". De acuerdo con Garfield Krige, director de los servicios técnicos de African Environmental Development, una compañía ambiental que provee servicios a la minería, el dinero es suficiente solo para un primer tratamiento de neutralización del agua, aunque podría ser tratada hasta hacerla potable.