Denounced toxic spills in Riotinto similar to those of the Aznalcóllar disaster
Sun, 03/04/2011
Ecologistas en Acción denuncia que desde el pasado diciembre las balsas de residuos tóxicos de las minas de Riotinto están vertiendo de nuevo aguas residuales industriales a la cuenca del río Odiel, al igual que ocurrió en 2010, cuando durante cinco meses se arrojaron sin interrupción 5 millones de metros cúbicos de agua (casi tanto como el vertido tóxico de Boliden) extremadamente ácida y cargadas de metales como cobre, zinc y arsénico, motivo por el cual la Agencia del Agua incoó un expediente sancionador a la compañía minera Emed Tartessus.
Según Ecologistas, las presas de residuos, las más grandes de Europa, están tan deterioradas que podría repetirse una catástrofe como la de Aznalcóllar, pero de proporciones tan enormes que la riada podría afectar gravemente a Gibraleón, aguas abajo del río Odiel.
El pasado 21 de septiembre, la Agencia Andaluza del Agua abrió un expediente sancionador a la nueva empresa propietaria de las minas de Riotinto, Emed Tartessus, por «vertidos no autorizados de aguas residuales industriales por parte de las instalaciones mineras», detectados por el Servicio de Guardería Fluvial.
La Agencia ha propuesto una sanción de 450.000 euros y la obligación de indemnizar al dominio público hidráulico con 1.171.712 euros.
Ecologistas en Acción, que ha insbicos diarios. Para finales de febrero, la cuenca del Odiel había recibido 3 millones de metros cúbicos de agua tóxica, que eran 4,5 en mayo.
Ante las denuncias de los ecologistas y hasta de una constructora cuyos terrenos fueron los primeros en recibir el aluvión de residuos tóxicos, la compañía minera reconoció que había realizado «descargas ordenadas» a la cuenca del Odiel a causa de las «precipitaciones históricas recogidas durante el invierno», que habían elevado los niveles hasta casi el límite de las presas; que esas «descargas ordenadas» se habían hecho con conocimiento de la Junta y que eran similares a las realizadas por «la gran mayoría de los embalses», sin perjuicio alguno al río.
La Junta, a través de la Agencia del Agua, negó haber consentido esas descargas que Emed Tartessus pretendía equiparar (aguas tóxicas de una acidez extrema) a los desembalses de agua potable o de riego de los pantanos andaluces. Asimismo, la compañía minera sostuvo que las lluvias «históricas» eran un acontecimiento que se daba cada cien años, pretendiendo así justificar las deficiencias de su actuación y sus consecuencias sobre el medio ambiente.
Pero las lluvias no eran históricas, ni mucho menos. En esos tres meses del invierno 2009/2010 se registraron 640 litros por metro cuadrado en la Cuenca Minera, cuando sólo en los años 90 ha habido tres inviernos más lluviosos (760 litros en 1997/98; 765 litros en 1996/97 y 1.003 litros en 1995/96) y ni se produjo ningún vertido ni las balsas de residuos entraron en situación de riesgo.
Ecologistas en Acción ha seguido inspeccionando sobre el terreno las balsas de residuos y alerta de un riesgo similar a la catástrofe de Aznalcóllar. Denuncia que el muro norte de Aguzadera se encuentra en una situación preocupante, con dos tipos de problema: un suelo alterado en una profundidad desconocida y una mala preparación del terreno cuando se comenzó a construir la presa, amén de su operación y mantenimiento.
Las filtraciones de agua tóxica son constantes, como pudieron comprobar incluso en verano. Cuando hay un accidente grave en balsas mineras, las compañías suelen escudarse en problemas del terreno, como si este conocimiento no formara parte del proyecto constructivo.
El agua del sistema de presas (Cobre, Aguzadera, Gossan) se vierte desde esta última , sin más, por un fusible a un canal perimetral, que descarga además el líquido de la presa de Aguas Limpias por su aliviadero debajo de la carretera de RiotintoCampofrío-Aracena. Y si el embalse de Campofrío está aliviando a la presa de Aguas Limpias, sus aguas van también al canal perimetral.
El mayor riesgo radica en el desbordamiento de este canal cuando confluyen los alivios de Aguas Limpias y Campofrío más las escorrentías del norte de Aguzadera con vertidos de la presa de Gossan que este año, según Ecologistas, han llegado a superar los 150.000 metros cúbicos diarios, con un volumen acumulado en lo que va de 2011 de unos 2.500.000 metros cúbicos (casi la mitad de un embalse como el de Campofrío y el 41% de la balsa de Boliden en Aznalcóllar).
Ecologistas denuncia que tanto el año pasado como en éste Emed Tartessus no encontró mejor solución que colocar sacos terreros en las partes críticas del canal, ante el temor de que llegara a desbordarse.
Cárcavas en el muro norte de Aguzadera, con sesenta hectómetros cúbicos de residuos.Sacos para contener el desbordamiento del canal en marzo 2010.
Según Ecologistas, las presas de residuos, las más grandes de Europa, están tan deterioradas que podría repetirse una catástrofe como la de Aznalcóllar, pero de proporciones tan enormes que la riada podría afectar gravemente a Gibraleón, aguas abajo del río Odiel.
El pasado 21 de septiembre, la Agencia Andaluza del Agua abrió un expediente sancionador a la nueva empresa propietaria de las minas de Riotinto, Emed Tartessus, por «vertidos no autorizados de aguas residuales industriales por parte de las instalaciones mineras», detectados por el Servicio de Guardería Fluvial.
La Agencia ha propuesto una sanción de 450.000 euros y la obligación de indemnizar al dominio público hidráulico con 1.171.712 euros.
Ecologistas en Acción, que ha insbicos diarios. Para finales de febrero, la cuenca del Odiel había recibido 3 millones de metros cúbicos de agua tóxica, que eran 4,5 en mayo.
Ante las denuncias de los ecologistas y hasta de una constructora cuyos terrenos fueron los primeros en recibir el aluvión de residuos tóxicos, la compañía minera reconoció que había realizado «descargas ordenadas» a la cuenca del Odiel a causa de las «precipitaciones históricas recogidas durante el invierno», que habían elevado los niveles hasta casi el límite de las presas; que esas «descargas ordenadas» se habían hecho con conocimiento de la Junta y que eran similares a las realizadas por «la gran mayoría de los embalses», sin perjuicio alguno al río.
La Junta, a través de la Agencia del Agua, negó haber consentido esas descargas que Emed Tartessus pretendía equiparar (aguas tóxicas de una acidez extrema) a los desembalses de agua potable o de riego de los pantanos andaluces. Asimismo, la compañía minera sostuvo que las lluvias «históricas» eran un acontecimiento que se daba cada cien años, pretendiendo así justificar las deficiencias de su actuación y sus consecuencias sobre el medio ambiente.
Pero las lluvias no eran históricas, ni mucho menos. En esos tres meses del invierno 2009/2010 se registraron 640 litros por metro cuadrado en la Cuenca Minera, cuando sólo en los años 90 ha habido tres inviernos más lluviosos (760 litros en 1997/98; 765 litros en 1996/97 y 1.003 litros en 1995/96) y ni se produjo ningún vertido ni las balsas de residuos entraron en situación de riesgo.
Ecologistas en Acción ha seguido inspeccionando sobre el terreno las balsas de residuos y alerta de un riesgo similar a la catástrofe de Aznalcóllar. Denuncia que el muro norte de Aguzadera se encuentra en una situación preocupante, con dos tipos de problema: un suelo alterado en una profundidad desconocida y una mala preparación del terreno cuando se comenzó a construir la presa, amén de su operación y mantenimiento.
Las filtraciones de agua tóxica son constantes, como pudieron comprobar incluso en verano. Cuando hay un accidente grave en balsas mineras, las compañías suelen escudarse en problemas del terreno, como si este conocimiento no formara parte del proyecto constructivo.
El agua del sistema de presas (Cobre, Aguzadera, Gossan) se vierte desde esta última , sin más, por un fusible a un canal perimetral, que descarga además el líquido de la presa de Aguas Limpias por su aliviadero debajo de la carretera de RiotintoCampofrío-Aracena. Y si el embalse de Campofrío está aliviando a la presa de Aguas Limpias, sus aguas van también al canal perimetral.
El mayor riesgo radica en el desbordamiento de este canal cuando confluyen los alivios de Aguas Limpias y Campofrío más las escorrentías del norte de Aguzadera con vertidos de la presa de Gossan que este año, según Ecologistas, han llegado a superar los 150.000 metros cúbicos diarios, con un volumen acumulado en lo que va de 2011 de unos 2.500.000 metros cúbicos (casi la mitad de un embalse como el de Campofrío y el 41% de la balsa de Boliden en Aznalcóllar).
Ecologistas denuncia que tanto el año pasado como en éste Emed Tartessus no encontró mejor solución que colocar sacos terreros en las partes críticas del canal, ante el temor de que llegara a desbordarse.
Cárcavas en el muro norte de Aguzadera, con sesenta hectómetros cúbicos de residuos.Sacos para contener el desbordamiento del canal en marzo 2010.