Two new crustacean discovered in the lower basin of the Guadalquivir river and a lagoon Extremadura
Wed, 02/03/2011
Un equipo de científicos ha descrito dos crustáceos cladóceros, que podrían ser endémicos de la Península Ibérica, y que se hallaron en dos lagunas, una en la cuenca baja del Guadalquivir y otra en una dehesa de Extremadura. Ambos artrópodos podrían habitar en la actualidad en más regiones del área Mediterránea.
“Estos dos nuevos crustáceos (Leydigia) son una especie de fósiles vivientes e indicadores bio-geográficos e históricos muy potentes”, subraya a SINC Miguel Alonso, uno de los autores del estudio, e investigador en el departamento de Ecología de la Universidad de Barcelona (UB).
La primera de las especies descubiertas en la Península, Leydigia iberica, había sido descrita anteriormente con el nombre de Leydigia acanthocercoides. El crustáceo se encontró en la laguna Longuilla, en la cuenca baja del río Guadalquivir.
“En la Península Ibérica siempre se había citado a Leydigia acanthocercoides y muy probablemente muchos crustáceos que se han identificado con este nombre pertenezcan a alguna de las nuevas especies descubiertas. Pero es posible que Leydigia acanthocercoides ni siquiera exista en la Península”, explica Alonso.
El segundo tipo, Leydigia korovchinskyi, fue hallado en la laguna Chaparral, un estanque situado en una dehesa extremeña donde bebe el ganado. Estos crustáceos cladóceros miden un milímetro y habitan en masas de agua dulce que muchas veces se secan.
La investigación, que se ha publicado recientemente en la revista Zootaxa, revela que los artrópodos son muy antiguos –del Pérmico (hace 250 millones de años)-, y su tasa de cambio morfológico es muy lenta. “Por eso pensamos que se diferenciaron hace mucho tiempo”, añade el investigador.
La zona mediterránea, “punto caliente”
Los dos crustáceos parecen ser endémicos de la Península Ibérica. Sin embargo, según el estudio, podrían estar distribuidos por una zona más amplia, a lo largo del área mediterránea. Todas estas zonas representarían “un punto caliente del endemismo de los crustáceos cladóceros, como ocurre en Japón y el Este de Rusia”, apunta Alonso.
En España, estas especies endémicas pertenecerían a los restos de la fauna del pre-Pleistoceno, hace más de 1,8 millones de años, debido a la posición “marginal” de su hábitat durante las glaciaciones. Hasta después de la desglaciación los crustáceos no recolonizaron nuevos territorios.
Referencia bibliográfica:
Alexey A. Kotov y Miguel Alonso. “Two new species of Leydigia Kurz, 1875 (Chydoridae, Cladocera) from Spain”. Zootaxa 2673, noviembre 2010. ISSN 1175-5326 (edición impresa).
“Estos dos nuevos crustáceos (Leydigia) son una especie de fósiles vivientes e indicadores bio-geográficos e históricos muy potentes”, subraya a SINC Miguel Alonso, uno de los autores del estudio, e investigador en el departamento de Ecología de la Universidad de Barcelona (UB).
La primera de las especies descubiertas en la Península, Leydigia iberica, había sido descrita anteriormente con el nombre de Leydigia acanthocercoides. El crustáceo se encontró en la laguna Longuilla, en la cuenca baja del río Guadalquivir.
“En la Península Ibérica siempre se había citado a Leydigia acanthocercoides y muy probablemente muchos crustáceos que se han identificado con este nombre pertenezcan a alguna de las nuevas especies descubiertas. Pero es posible que Leydigia acanthocercoides ni siquiera exista en la Península”, explica Alonso.
El segundo tipo, Leydigia korovchinskyi, fue hallado en la laguna Chaparral, un estanque situado en una dehesa extremeña donde bebe el ganado. Estos crustáceos cladóceros miden un milímetro y habitan en masas de agua dulce que muchas veces se secan.
La investigación, que se ha publicado recientemente en la revista Zootaxa, revela que los artrópodos son muy antiguos –del Pérmico (hace 250 millones de años)-, y su tasa de cambio morfológico es muy lenta. “Por eso pensamos que se diferenciaron hace mucho tiempo”, añade el investigador.
La zona mediterránea, “punto caliente”
Los dos crustáceos parecen ser endémicos de la Península Ibérica. Sin embargo, según el estudio, podrían estar distribuidos por una zona más amplia, a lo largo del área mediterránea. Todas estas zonas representarían “un punto caliente del endemismo de los crustáceos cladóceros, como ocurre en Japón y el Este de Rusia”, apunta Alonso.
En España, estas especies endémicas pertenecerían a los restos de la fauna del pre-Pleistoceno, hace más de 1,8 millones de años, debido a la posición “marginal” de su hábitat durante las glaciaciones. Hasta después de la desglaciación los crustáceos no recolonizaron nuevos territorios.
Referencia bibliográfica:
Alexey A. Kotov y Miguel Alonso. “Two new species of Leydigia Kurz, 1875 (Chydoridae, Cladocera) from Spain”. Zootaxa 2673, noviembre 2010. ISSN 1175-5326 (edición impresa).