The water shortages and the low agricultural prices like economic motor
Wed, 26/01/2011
La falta de agua de calidad, la especulación de los precios y el minifundismo de la agricultura alicantina han provocado que la provincia haya perdido el 60% de sus agricultores en los últimos 35 años. El sector primario ha pasado en ese periodo (1976-2011) de representar el 15,5% del empleo a sólo suponer el 3% en la actualidad Ahora mismo hay censados 21.700 agricultores por los 63.400 que trabajaban la tierra en 1976, según recoge un informe hecho público ayer en el Club INFORMACION por el catedrático de Producción Vegetal de la Universidad Miguel Hernández, Pablo Melgarejo.
El volumen de negocio agrícola alcanza los 528 millones de euros al año de los que un 62% (328 millones) se facturan en la explotaciones regadas con agua del Tajo-Segura, un trasvase incuestionable. Con todo, el rendimiento que produce el agua para cultivo en la provincia es espectacular, 9 veces más alto, por ejemplo, que en Castilla-La Mancha. Como ejemplos, las cosechas de pimiento y tomate, que dan una media de 45.000 euros por hectárea. Según el estudio de Pablo Melgarejo, el factor limitador más importante de la agricultura provincial es, sin duda, la falta de agua. Las buenas condiciones climatológicas posibilitan un gran rendimiento de los cultivos de regadío, lo que llevó su expansión a partir de los años sesenta del siglo XX. Para ello hubo que incorporar el riego por goteo alimentado por caudales subterráneas que al final resultaron insuficientes, lo que dio lugar a la construcción del trasvase Tajo-Segura. Una infraestructura estratégica e insustituible, según el informe. Los datos sobre el abandono que sufre la agricultura resultan reveladores. En 1976, el sector daba el 15,5% el empleo con 63.400 agricultores censados. En 2006, la cifra había caído hasta los 23.700 (3.1%) y cuatro años después, en 2010 el número agricultores descendió hasta los 21.700 trabajadores, tan sólo un 3% de la población laboral.
La superficie agrícola de la provincia alcanza las 190.149 hectáreas (secano y regadío), pero 40.692 hectáreas se encuentran en barbecho o fuera de producción. Los cítricos (469.774 toneladas al año) son los cultivos más numerosos, seguidos de la hortalizas (325.628 toneladas) y frutales (237.643). Destaca el cultivo ornamental (flores) con 19.300 toneladas al año. De las más de 82 especies en producción en la provincia,15 ocupan el 77% de la superficie cultivada y de ellas se obtienen el 88% del valor percibido por los agricultores. Pimiento y tomate son los cultivos más rentables. El autor del informe destacó la falta de agua, el minifundismo -4,9 hectáreas por explotación por las 23,4 hectáreas de media nacional- y la disminución del beneficio entre los diez factores que han puesto contra las cuerdas el futuro del sector.
El volumen de negocio agrícola alcanza los 528 millones de euros al año de los que un 62% (328 millones) se facturan en la explotaciones regadas con agua del Tajo-Segura, un trasvase incuestionable. Con todo, el rendimiento que produce el agua para cultivo en la provincia es espectacular, 9 veces más alto, por ejemplo, que en Castilla-La Mancha. Como ejemplos, las cosechas de pimiento y tomate, que dan una media de 45.000 euros por hectárea. Según el estudio de Pablo Melgarejo, el factor limitador más importante de la agricultura provincial es, sin duda, la falta de agua. Las buenas condiciones climatológicas posibilitan un gran rendimiento de los cultivos de regadío, lo que llevó su expansión a partir de los años sesenta del siglo XX. Para ello hubo que incorporar el riego por goteo alimentado por caudales subterráneas que al final resultaron insuficientes, lo que dio lugar a la construcción del trasvase Tajo-Segura. Una infraestructura estratégica e insustituible, según el informe. Los datos sobre el abandono que sufre la agricultura resultan reveladores. En 1976, el sector daba el 15,5% el empleo con 63.400 agricultores censados. En 2006, la cifra había caído hasta los 23.700 (3.1%) y cuatro años después, en 2010 el número agricultores descendió hasta los 21.700 trabajadores, tan sólo un 3% de la población laboral.
La superficie agrícola de la provincia alcanza las 190.149 hectáreas (secano y regadío), pero 40.692 hectáreas se encuentran en barbecho o fuera de producción. Los cítricos (469.774 toneladas al año) son los cultivos más numerosos, seguidos de la hortalizas (325.628 toneladas) y frutales (237.643). Destaca el cultivo ornamental (flores) con 19.300 toneladas al año. De las más de 82 especies en producción en la provincia,15 ocupan el 77% de la superficie cultivada y de ellas se obtienen el 88% del valor percibido por los agricultores. Pimiento y tomate son los cultivos más rentables. El autor del informe destacó la falta de agua, el minifundismo -4,9 hectáreas por explotación por las 23,4 hectáreas de media nacional- y la disminución del beneficio entre los diez factores que han puesto contra las cuerdas el futuro del sector.