The zebra mussel plague is duplicate in the Sitjar dam

Thu, 06/01/2011

Levante

Los últimos informes evidencian que la población de esta especie invasora dañina (dreissena pesar de las medidas de cuarentena aplicadas por la CHJ. Así lo explica textualmente el informe: «Los resultados obtenidos en el estudio de las poblaciones adultas indican un incremento positivo de la densidad de adultos en primavera y confirma el aumento de la población reproductora observado a partir del estudio de densidades larvarias». El único descenso global se detectó estacionalmente en verano, aunque la tendencia reproductora se mantiene al alza. «En verano se detecta un menor número de adultos en la presa, pero hay un aumento muy significativo en la zona media, de aproximadamente el 50%», apunta el estudio. De hecho, los muestreos detallados por los técnicos de la CHJ indican que el tamaño de los mejillones ya alcanza en algunos casos los dos centímetros. «A partir de los estudios realizados in situ en primavera, se aprecia que la población de Dreissena polymorpha presente en el embalse es estable, identificándose gran cantidad de ejemplares adultos de gran tamaño tanto en presa como en la zona media, muchos de ellos por encima de 2 cm».

El mejillón cebra es una especie dañina y altamente invasiva originaria del Mar Negro y del Mar Caspio. Su presencia en cualquier hábitat natural se traduce en una destrucción paulatina del ecosistema y un elevado impacto ambiental. Las condiciones de reproducción de este molusco se ven especialmente favorecidas en los entornos acuáticos del arco mediterráneo. Su desarrollo embrionario es extremadamente rápido y tiene una gran capacidad de expansión debido al reducido tamaño de sus larvas (prácticamente microscópico). De hecho, la gestación de sus ejemplares se produce por mediación de larvas planctónicas. Esta circunstancia, unida a su alta capacidad reproductora, favorece una expansión que convierte a esta especie exótica en la responsable de elevados costes socioeconómicos y en un preocupante impacto ambiental. Los ejemplares de mejillón cebra viven sujetos a superficies duras y pueden desarrollarse tanto de forma individual como agrupados en colonias. Uno de sus principales efectos ambientales que genera el mejillón cebra viene derivado de su capacidad de disminuir la cantidad de oxígeno disuelto en agua y reducir la presencia de fitoplancton. Ambos factores pueden desembocar en la desaparición de especies de peces autóctonas que perecen a causa de la falta de alimento. Las afecciones provocadas por el molusco también ponen en riesgo la supervivencia de especies vegetales y debilitan el ecosistema en general a causa del vertido de excrementos Por otro lado, las colonias de mejillón cebra bloquean todo tipo de infraestructuras creadas por el hombre (canalizaciones, tuberías, compuertas), inutilizan sistemas eléctricos enteros y dañan los motores de embarcaciones. Hasta el año 2005, la cuenca del Ebro era la única región española que había sufrido los efectos perjudiciales de esta plaga sin precedentes.