La Comunitat Valenciana, de momento, y al menos hasta 2012, podrá olvidarse de las restricciones en el consumo de agua. Los embalses de la cuenca del Júcar han tenido un aumento del 51,1 por ciento más de agua que hace un año y un 109,1% más que la media de los últimos diez años. La cuenca del Júcar cerró el año con una reserva de 1.719 hectómetros cúbicos.

Este incremento puede calificarse de histórico. Nunca, en las dos últimas décadas, las reservas de agua habían aumentado de forma tan notable. Esta amplitud de remanente en la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) permite aplacar las tensiones de los últimos años, aunque la experiencia sigue aconsejando el trasvase del Ebro.

Otra beneficiaria de la abundancia de reservas es la Albufera que, al fin, recibe transferencia de agua del Turia. Esto no sucedía de forma sistemática desde hacía seis años. Esto supone una reducción de la aportación del caudal depurado de Pinedo, agua limpia pero de menos calidad, pues arrastra fósforo y nitratos que no posee el agua viva del río.

La reserva hídrica ha engordado gracias a las lluvias del último año. Pero más por su idoneidad que por su cantidad; es decir, ha caído donde más falta hace, en las cabeceras de los ríos, donde se concentran los pantanos. Las cifras de la CHJ permiten prever dos años de tranquilidad en cuanto al abastecimiento. Esto permite olvidar, sin descuidar la prudencia, sin caer en el derroche, las restricciones que se aconsejaron en los años de mayor carencia de agua en la Comunitat Valenciana, un territorio que ha llegado a tener serios problemas de abastecimiento.

El último año ha sido tan bueno en lo hidrológico que la actual reserva es casi un 110 por ciento más elevada que la media de la última década, un portentaje que, de forma extraordinaria, es 4,6 veces superior al registrado en los embalses de la cuenca del Ebro (23,5 por ciento) en el mismo periodo.

La reserva (uso consuntivo e hidroeléctrico) en la Comunitat ha experimentado un incremento de 581 hectómetros cúbicos respecto al año anterior. Los pantanos más importantes para Valencia, los de Contreras y Alarcón, cuentan en la actualidad con reservas óptimas. De hecho, son las mejores de lo que llevamos de siglo. Eso, unido a las campañas de concienciación en el consumo de agua para los valencianos en los últimos tiempos y una modernización en los regadíos, permite prever que a medio plazo no habrá carencia de agua. El pantano de Benagéber, en una imagen del año pasado.