The modernization of irrigation in the Guadalquivir exceed 365,000 hectares by 2015, costing 715 million
Sun, 26/12/2010
Las actuaciones de modernización de sistemas de riego en la Demarcación Hidrográfica del Guadalquivir afectarán a una superficie de unas 365.588 hectáreas hasta el año 2015, con un coste anual de 143,02 millones de euros, lo que suma unos 715 millones de euros hasta 2015, según recoge la Propuesta de Proyecto de Plan Hidrológico de la Demarcación Hidrográfica del Guadalquivir.
Según dicho proyecto de Planificación, al que ha tenido acceso Europa Press, gracias a la modernización de regadíos en esta superficie se obtendrá un ahorro total de extracciones de agua estimado en 230,2 hectómetros cúbicos al año. El proyecto, elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) --que se reserva las competencias en la Planificación Hidrológica después del traspaso del Guadalquivir a Andalucía-- estará expuesto a participación pública hasta el 15 de junio de 2011.
Concretamente, se estima que con las medidas de modernización las extracciones se reduzcan en 178,4 hectómetros cúbicos al año en aguas reguladas; 37,5 hectómetros cúbicos al año en aguas no reguladas; 13,32 hectómetros cúbicos al año en aguas subterráneas y 0,97 hectómetros cúbicos al año a través de la reutilización. A ello, se une un ahorro de 26 hectómetros cúbicos por el efecto de la instalación de caudalímetros.
La demanda total de la cuenca del Guadalquivir en la actualidad es de 3.833 hectómetros cúbicos al año, siendo el principal consumidor el uso agrario, con 3.329 hectómetros cúbicos al año, lo que representa casi un 87 por ciento de la demanda total, mientras que la demanda urbana supone 436 hectómetros cúbicos al año, representando un 11 por ciento del total.
Tal y como recoge el plan, un total de 135.277 hectáreas de cultivo necesitarán una modernización de regadíos alta (incremento de la eficiencia superior al 10%), lo que supondrá una inversión de 749,98 millones de euros; mientras que 121.833 hectáreas precisarán de un grado medio de modernización (eficiencia del 6 al 10%), con una inversión de 230,51 millones de euros y 74.004 hectáreas requerirán un grado bajo de modernización (eficiencia de 4 a 6%), con una inversión de 38,56 millones de euros.
En el caso del arroz, se calcula que precisan de una modernización un total de 34.474 hectáreas, lo que supondría una inversión de 210 millones de euros. El ahorro que se persigue es de unos 20,94 hectómetros cúbicos de agua al año, con lo que el consumo del sector arrocero pasaría de 331,99 a unos 311 hectómetros cúbicos al año.
Entre las actuaciones de modernización de regadíos que se contemplan, se encuentran el revestimiento y reparación de conducciones a cielo abierto; la entubación de conducciones a cielo abierto; la mejora de la regulación de la red de riego en alta; la adecuación del riego por gravedad; la sustitución del riego por gravedad por riego por aspersión y la sustitución del riego por aspersión y por gravedad por riego localizado. Además, en algunos casos, las modernizaciones pueden incluir la construcción de balsas.
La vida útil será diferente para cada una de las actuaciones, de manera que en el caso de las entubaciones de conducciones a cielo abierto, sería de 25 años, mientras que en el caso de un cambio de sistema de riego en parcela, se toman 15 años.
Las actuaciones, que supondrán un coste anual de 143,02 millones de euros, según los cálculos del MARM, deberán estar financiadas por los colectivos de riego y los propios usuarios, con un nivel de subvención aproximado de entre el 40 por ciento y el 60 por ciento por parte de fondos procedentes de la UE, el MARM, las CCAA de Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha.
Por otro lado, asociada a la modernización, el Plan establece que debe de producirse una revisión concesional que adecue los derechos a los nuevos consumos de agua, más reducidos, resultantes de la modernización con el objetivo de que los ahorros beneficien al conjunto de la demarcación.
Para ello, se llevará a cabo la actualización del Registro de Aguas y del catálogo de aguas privadas, y, en su caso, las revisiones concesionales. Asimismo, se establece un incremento de la Guardería Fluvial y apoyo en técnicas de teledetección con el fin de que los aprovechamientos se ajusten a los títulos y derechos de uso del agua.
Según dicho proyecto de Planificación, al que ha tenido acceso Europa Press, gracias a la modernización de regadíos en esta superficie se obtendrá un ahorro total de extracciones de agua estimado en 230,2 hectómetros cúbicos al año. El proyecto, elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) --que se reserva las competencias en la Planificación Hidrológica después del traspaso del Guadalquivir a Andalucía-- estará expuesto a participación pública hasta el 15 de junio de 2011.
Concretamente, se estima que con las medidas de modernización las extracciones se reduzcan en 178,4 hectómetros cúbicos al año en aguas reguladas; 37,5 hectómetros cúbicos al año en aguas no reguladas; 13,32 hectómetros cúbicos al año en aguas subterráneas y 0,97 hectómetros cúbicos al año a través de la reutilización. A ello, se une un ahorro de 26 hectómetros cúbicos por el efecto de la instalación de caudalímetros.
La demanda total de la cuenca del Guadalquivir en la actualidad es de 3.833 hectómetros cúbicos al año, siendo el principal consumidor el uso agrario, con 3.329 hectómetros cúbicos al año, lo que representa casi un 87 por ciento de la demanda total, mientras que la demanda urbana supone 436 hectómetros cúbicos al año, representando un 11 por ciento del total.
Tal y como recoge el plan, un total de 135.277 hectáreas de cultivo necesitarán una modernización de regadíos alta (incremento de la eficiencia superior al 10%), lo que supondrá una inversión de 749,98 millones de euros; mientras que 121.833 hectáreas precisarán de un grado medio de modernización (eficiencia del 6 al 10%), con una inversión de 230,51 millones de euros y 74.004 hectáreas requerirán un grado bajo de modernización (eficiencia de 4 a 6%), con una inversión de 38,56 millones de euros.
En el caso del arroz, se calcula que precisan de una modernización un total de 34.474 hectáreas, lo que supondría una inversión de 210 millones de euros. El ahorro que se persigue es de unos 20,94 hectómetros cúbicos de agua al año, con lo que el consumo del sector arrocero pasaría de 331,99 a unos 311 hectómetros cúbicos al año.
Entre las actuaciones de modernización de regadíos que se contemplan, se encuentran el revestimiento y reparación de conducciones a cielo abierto; la entubación de conducciones a cielo abierto; la mejora de la regulación de la red de riego en alta; la adecuación del riego por gravedad; la sustitución del riego por gravedad por riego por aspersión y la sustitución del riego por aspersión y por gravedad por riego localizado. Además, en algunos casos, las modernizaciones pueden incluir la construcción de balsas.
La vida útil será diferente para cada una de las actuaciones, de manera que en el caso de las entubaciones de conducciones a cielo abierto, sería de 25 años, mientras que en el caso de un cambio de sistema de riego en parcela, se toman 15 años.
Las actuaciones, que supondrán un coste anual de 143,02 millones de euros, según los cálculos del MARM, deberán estar financiadas por los colectivos de riego y los propios usuarios, con un nivel de subvención aproximado de entre el 40 por ciento y el 60 por ciento por parte de fondos procedentes de la UE, el MARM, las CCAA de Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha.
Por otro lado, asociada a la modernización, el Plan establece que debe de producirse una revisión concesional que adecue los derechos a los nuevos consumos de agua, más reducidos, resultantes de la modernización con el objetivo de que los ahorros beneficien al conjunto de la demarcación.
Para ello, se llevará a cabo la actualización del Registro de Aguas y del catálogo de aguas privadas, y, en su caso, las revisiones concesionales. Asimismo, se establece un incremento de la Guardería Fluvial y apoyo en técnicas de teledetección con el fin de que los aprovechamientos se ajusten a los títulos y derechos de uso del agua.