Los datos, que recoge un estudio de la Universitat de Vic (UVic), evidencian un aumento de estos niveles de forma continuada a lo largo de los años, mediante la comparación de los nitratos presentes en el agua de 30 fuentes de nueve municipios de la comarca de Osona entre 1988 y 2010.

Los nitratos, cuyo origen está fijado en el uso de fertilizantes en la agricultura y otros productos en la ganadería, están más presentes a medida que los municipios están a una menor altura, lo que evidencia su acumulación en las aguas subterráneas.

Los análisis muestran que ninguna de las fuentes seleccionadas en 11 puntos de los municipios de Manlleu, Gurb, Vic y Masies de Roda presentaron en 2010 niveles de nitratos por debajo de los 65 miligramos por litro, e incluso fueron superiores a los 300 en algunos casos.

En el caso de las 12 fuentes analizadas en municipios por encima de los 500 metros de altura los niveles son inferiores, y bajan todavía más para las localidades por encima de los 800 metros.

Los autores del trabajo --el farmacéutico Fortià Prat, la doctora Julita Oliveras y la estudiante Eva Torrescasana-- subrayan que el estudio no permite extraer una conclusión generalista porque cada acuífero presenta un comportamiento propio, aunque sí es evidente que la contaminación por nitratos es inferior a mayor altitud.

A pesar de que no hay pruebas concluyentes que establezcan una relación directa entre el cáncer gástrico y el consumo de agua con nitratos por encima de los 50 miligramos por litro, los especialistas señalan la existencia de grupos de población "sensibles" a sus efectos adversos.

Entre ellos, señalan a los lactantes alimentados exclusivamente con leche artificial preparada con agua, las mujeres embarazadas y las personas con gastritis crónica atrófica, entre otros.