Experts create a guide for treating citrus flooding problems
Mon, 13/12/2010
UN equipo de expertos del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (Ifapa) ha elaborado un documento divulgativo con una serie de recomendaciones para cítricos con problemas por inundación con el fin de recomendar prácticas agrícolas y minimizar los mismos. La guía, disponible en la plataforma de gestión del conocimiento Servifapa, indica una serie de actuaciones de tipo preventivo y otras para cuando ya se ha producido el daño en este tipo de cultivo debido al encharcamiento, que se suele producir por lluvias intensas en suelos muy arcillosos y con una baja conductividad de agua.
Entre otras actuaciones, destacan que es primordial labrar el terreno para romper la costra superficial que se ha formado en los suelos compactados y permitir la aireación de las raíces, así como riegos moderados para mantener la humedad de suelo y evitar a su vez nuevos encharcamientos. Otro efecto del exceso de lluvia es la lixiviación de nitratos, dando lugar a fuertes clorosis en hojas (amarilleamiento de hojas) así como deficiencias de hierro y otros microelementos, por lo que recomiendan aplicaciones foliares (aportación de nutrientes). También es habitual que los árboles afectados emitan gran cantidad de chupones en la zona interior, los cuales se deben eliminar, permitiendo la brotación en zonas más externas.
Los especialistas han elaborado una tipificación del nivel de daño calificándolos como leve si los árboles tienen hasta un 20% de hojas afectadas; moderado si supera este porcentaje; grave si presentan daños en la mayor parte de las ramas y muy graves si se trata de ramas con diámetro superior a siete centímetros y a troncos. Entre las prácticas agronómicas que recomiendan según el nivel de afectación, se encuentra el retraso de la poda si el daño es moderado, una aportación de nutrientes a las hojas si éste es leve o moderado y no podar hasta que los daños estén totalmente delimitados, así como labrar el terreno y regar y abonar con moderación en función de la masa vegetativa existente si se trata de casos graves. Asimismo, señalan que tras períodos de lluvia intensos y prolongados es importante vigilar especialmente la aparición de enfermedades criptogámicas (hongos) u otras fuentes de ataque como pulgones y minador de la hoja de los cítricos.
El documento, que fue elaborado en junio de este año tras finalizar la campaña 2009/2010, caracterizada por fuerte pluviometría, incluye una serie de actuaciones preventivas para la plantación de cítricos, como escoger parcelas con una permeabilidad media entre 10 y 30 cm/hora, ya que un suelo con valor inferior a 5cm/hora presenta gran facilidad de inundación o encharcamiento. Los técnicos de Ifapa estiman que la plantación en caballón o meseta evita los encharcamientos en el cuello del árbol, reduciendo notablemente la asfixia radical y el ataque de hongos; a la vez que disminuye la pudrición de las frutas situadas en las faldas del árbol. Por último, apuntan como una medida óptima para evitar la erosión hídrica, la instalación de cubiertas vegetales permanentes en los centros de la calles, ya que impide o reduce los arrastres de terreno en zonas altas y que se produzca el encharcamiento en las zonas bajas.
Entre otras actuaciones, destacan que es primordial labrar el terreno para romper la costra superficial que se ha formado en los suelos compactados y permitir la aireación de las raíces, así como riegos moderados para mantener la humedad de suelo y evitar a su vez nuevos encharcamientos. Otro efecto del exceso de lluvia es la lixiviación de nitratos, dando lugar a fuertes clorosis en hojas (amarilleamiento de hojas) así como deficiencias de hierro y otros microelementos, por lo que recomiendan aplicaciones foliares (aportación de nutrientes). También es habitual que los árboles afectados emitan gran cantidad de chupones en la zona interior, los cuales se deben eliminar, permitiendo la brotación en zonas más externas.
Los especialistas han elaborado una tipificación del nivel de daño calificándolos como leve si los árboles tienen hasta un 20% de hojas afectadas; moderado si supera este porcentaje; grave si presentan daños en la mayor parte de las ramas y muy graves si se trata de ramas con diámetro superior a siete centímetros y a troncos. Entre las prácticas agronómicas que recomiendan según el nivel de afectación, se encuentra el retraso de la poda si el daño es moderado, una aportación de nutrientes a las hojas si éste es leve o moderado y no podar hasta que los daños estén totalmente delimitados, así como labrar el terreno y regar y abonar con moderación en función de la masa vegetativa existente si se trata de casos graves. Asimismo, señalan que tras períodos de lluvia intensos y prolongados es importante vigilar especialmente la aparición de enfermedades criptogámicas (hongos) u otras fuentes de ataque como pulgones y minador de la hoja de los cítricos.
El documento, que fue elaborado en junio de este año tras finalizar la campaña 2009/2010, caracterizada por fuerte pluviometría, incluye una serie de actuaciones preventivas para la plantación de cítricos, como escoger parcelas con una permeabilidad media entre 10 y 30 cm/hora, ya que un suelo con valor inferior a 5cm/hora presenta gran facilidad de inundación o encharcamiento. Los técnicos de Ifapa estiman que la plantación en caballón o meseta evita los encharcamientos en el cuello del árbol, reduciendo notablemente la asfixia radical y el ataque de hongos; a la vez que disminuye la pudrición de las frutas situadas en las faldas del árbol. Por último, apuntan como una medida óptima para evitar la erosión hídrica, la instalación de cubiertas vegetales permanentes en los centros de la calles, ya que impide o reduce los arrastres de terreno en zonas altas y que se produzca el encharcamiento en las zonas bajas.