Clean water from bacteria and viruses by ultraviolet light
Mon, 29/11/2010
La contaminación del agua con bacterias y virus no es exclusiva de los países en desarrollo. Este riesgo también existe en lugares donde el agua se extrae directamente del pozo. El nuevo filtro GCM con tecnología ultravioleta y de fácil instalación debajo del grifo permite desinfectar y potabilizar el agua. Sin los efectos adversos del cloro, elimina en un 99,99% microorganismos perniciosos para la salud como el cólera, la legionella, la salmonella, la E. coli, el estafilococo o el estreptococo, entre otros muchos.
Este ecológico principio no es nuevo pero ahora se ha implementado en España para que esté al alcance de cualquier usuario por su bajo coste. Es posible gracias a una lámpara de radiación ultravioleta, con una longitud de onda de 254 nanómetros. Mediante este sistema de desinfección no se generan subproductos nocivos para el hombre como puede suceder en la desinfección por cloración, que produce los cancerígenos trihalometanos en la reacción del cloro con la materia orgánica.
La radiación ultravioleta ha demostrado ser una técnica rápida, eficaz y segura para la desinfección de agua contaminada microbiológicamente y en la prevención de enfermedades infecciosas. El sistema desinfecta de forma sencilla sin alterar las propiedades físicas ni químicas del agua, por lo que no aporta sabor, olor o color, ni cambia el pH.
Además, si a la desinfección por ultravioleta le anteceden un filtro de sedimentos de muy pequeño tamiz, así como un filtro de carbón activo, se eliminan partículas en suspensión como los quistes de ciertos microorganismos, metales pesados y materia orgánica. En el caso de las aguas tratadas, también desaparecen los subproductos asociados a la cloración, así como el olor y el sabor a cloro.
Como en la superficie del carbón activo también pueden desarrollarse bacterias, la desinfección con ultravioleta elimina los posibles riesgos. La conjunción de las tres fases en el mecanismo del filtro GCM garantiza calidad de agua desinfectada y elimina la posibilidad de enfermedades por patógenos.
La fuente de alimentación del reactor ultravioleta puede ser convencional a la red eléctrica o a fuentes de energías renovables - fotovoltaica o eólica -, lo que hace que el sistema sea muy útil en el contexto de ayudas al desarrollo o en zonas sin suministro eléctrico.
El equipo ocupa un volumen de 360cm de altura, 300cm de largo y 150cm de ancho. El agua pasa a una distancia de 6,5 mm, rozando prácticamente a la fuente de radiación cuya sección es de 602 mm2, lo que hace que las pérdidas por dispersión sean mínimas. El diseño es de un mantenimiento muy sencillo, resulta operativo para un caudal de hasta 400 litros por hora y la lámpara tiene una longevidad de 9.000 horas.
En el mundo hay 2.500 personas que no disponen de agua potable y el 80% de las enfermedades infecciosas que se producen en los países en desarrollo son el resultado del consumo de agua en malas condiciones.
Este ecológico principio no es nuevo pero ahora se ha implementado en España para que esté al alcance de cualquier usuario por su bajo coste. Es posible gracias a una lámpara de radiación ultravioleta, con una longitud de onda de 254 nanómetros. Mediante este sistema de desinfección no se generan subproductos nocivos para el hombre como puede suceder en la desinfección por cloración, que produce los cancerígenos trihalometanos en la reacción del cloro con la materia orgánica.
La radiación ultravioleta ha demostrado ser una técnica rápida, eficaz y segura para la desinfección de agua contaminada microbiológicamente y en la prevención de enfermedades infecciosas. El sistema desinfecta de forma sencilla sin alterar las propiedades físicas ni químicas del agua, por lo que no aporta sabor, olor o color, ni cambia el pH.
Además, si a la desinfección por ultravioleta le anteceden un filtro de sedimentos de muy pequeño tamiz, así como un filtro de carbón activo, se eliminan partículas en suspensión como los quistes de ciertos microorganismos, metales pesados y materia orgánica. En el caso de las aguas tratadas, también desaparecen los subproductos asociados a la cloración, así como el olor y el sabor a cloro.
Como en la superficie del carbón activo también pueden desarrollarse bacterias, la desinfección con ultravioleta elimina los posibles riesgos. La conjunción de las tres fases en el mecanismo del filtro GCM garantiza calidad de agua desinfectada y elimina la posibilidad de enfermedades por patógenos.
La fuente de alimentación del reactor ultravioleta puede ser convencional a la red eléctrica o a fuentes de energías renovables - fotovoltaica o eólica -, lo que hace que el sistema sea muy útil en el contexto de ayudas al desarrollo o en zonas sin suministro eléctrico.
El equipo ocupa un volumen de 360cm de altura, 300cm de largo y 150cm de ancho. El agua pasa a una distancia de 6,5 mm, rozando prácticamente a la fuente de radiación cuya sección es de 602 mm2, lo que hace que las pérdidas por dispersión sean mínimas. El diseño es de un mantenimiento muy sencillo, resulta operativo para un caudal de hasta 400 litros por hora y la lámpara tiene una longevidad de 9.000 horas.
En el mundo hay 2.500 personas que no disponen de agua potable y el 80% de las enfermedades infecciosas que se producen en los países en desarrollo son el resultado del consumo de agua en malas condiciones.