Agriculture did not ask permission to Europe to burn the rotting straw into the paddy
Wed, 20/10/2010
Ni la conselleria de Agricultura ni las organizaciones agrarias valencianas se han dirigido al ejecutivo comunitario en Bruselas solicitando una «excepción» a las medidas agroambientales que hubieran permitido quemar la paja del arroz y evitar el desastre ecológico que se cierne sobre la Albufera.
La paja de arroz acumulada en los campos próximos a la Albufera, ha iniciado su proceso de descomposición tras la inundación provocada por las últimas lluvias, privando de oxígeno a las aguas del lago y generando la muerte de miles de peces.
Pescadores, arroceros y autoridades ambientales temen que se produzca una putefracción masiva como ya ocurrió el pasado año. Sin embargo, ni el ejecutivo comunitario ni el gobierno de España, intermediario frente a las autoridades autonómicas, quieren asumir la responsabilidad que les trasladan la Generalitat Valenciana y el propio sector arrocero. Fuentes próximas al gobierno comunitario en Bruselas confirmaron que no se ha pedido una excepción para poder quemar la paja. Tampoco en el Ministerio de Medio Ambiente la dirección general de Desarrollo Sostenible del Medio Rural ha recibido peticiones, según confirmó un alto cargo de este organismo. «Lo valoraron, lo hablamos, pero aquí no ha entrado nada», dijeron.
El mecanismo de la «excepción», que permite la adopción de medidas incluso si van contra la norma europea- en España se aplicó para atajar en Castilla-León la plaga de los topillos y en breve permitirá desecar una parte del Delta del Ebro para controlar la expansión del caracol manzana- debe ir acompañado de una petición documentada en Bruselas que justifique una nueva medida agroambiental.
Según las fuentes comunitarias, los cambios normativas implican un nuevo cálculo de costes sobre el perjuicio que sufre el arrocero al tener que mantener inundados sus campos y no poder quemar la paja antes. « El perjuicio para el agricultor no es el mismo y por tanto la nueva medida agroambiental podría suponer una merma de los ingresos que ahora reciben los arroceros», explicaron las fuentes.
«La Generalitat quería que cobren lo mismo si queman como si no queman, pero son medidas distintas y finalmente optó por no adoptar ninguna iniciativa, al menos hasta el próximo año», explicaron las fuentes.
«Técnicamente parece razonable un aplazamiento para meditar bien las cosas-dijeron-, pero que no le echen la culpa a Bruselas».
Ayer, la Asociación Valenciana de Agricultores, AVA-Asaja, lanzaba un comunicado en el que atribuía la mortandad de peces en la Albufera a la «inconsciencia» de la Unión Europea al mantener la prohibición de la quema del arroz.
Por su parte, la Unió de Llauradors hacía público en un comunicado que la dirección general de Producción Agraria de la Conselleria de Agricultura había permitido este año la práctica del «fanguejat» o enfangado en el arroz con carácter excepcional. El «fanguejat» es una alternativa que evita la quema y la inundación exigida por Europa. Según la Unió, Agricultura aceptará que el «compromiso agroambiental» ha sido cumplido y tramitará las ayudas. Juan José Moragues reiteró ayer que no liberará agua de los embalses para «diluir» la putrefacción de la paja. En 2009, la CHJ evitó un desastre mayor en el parque natural «soltando agua que está para otros usos», reiteró Moragues, que se ofreció «hace meses» para mediar ante Bruselas. «Si Europa autoriza a secar medio delta para combatir el caracol manzana aquí también harían un excepción permitiendo quemar la paja», declaró.
La paja de arroz acumulada en los campos próximos a la Albufera, ha iniciado su proceso de descomposición tras la inundación provocada por las últimas lluvias, privando de oxígeno a las aguas del lago y generando la muerte de miles de peces.
Pescadores, arroceros y autoridades ambientales temen que se produzca una putefracción masiva como ya ocurrió el pasado año. Sin embargo, ni el ejecutivo comunitario ni el gobierno de España, intermediario frente a las autoridades autonómicas, quieren asumir la responsabilidad que les trasladan la Generalitat Valenciana y el propio sector arrocero. Fuentes próximas al gobierno comunitario en Bruselas confirmaron que no se ha pedido una excepción para poder quemar la paja. Tampoco en el Ministerio de Medio Ambiente la dirección general de Desarrollo Sostenible del Medio Rural ha recibido peticiones, según confirmó un alto cargo de este organismo. «Lo valoraron, lo hablamos, pero aquí no ha entrado nada», dijeron.
El mecanismo de la «excepción», que permite la adopción de medidas incluso si van contra la norma europea- en España se aplicó para atajar en Castilla-León la plaga de los topillos y en breve permitirá desecar una parte del Delta del Ebro para controlar la expansión del caracol manzana- debe ir acompañado de una petición documentada en Bruselas que justifique una nueva medida agroambiental.
Según las fuentes comunitarias, los cambios normativas implican un nuevo cálculo de costes sobre el perjuicio que sufre el arrocero al tener que mantener inundados sus campos y no poder quemar la paja antes. « El perjuicio para el agricultor no es el mismo y por tanto la nueva medida agroambiental podría suponer una merma de los ingresos que ahora reciben los arroceros», explicaron las fuentes.
«La Generalitat quería que cobren lo mismo si queman como si no queman, pero son medidas distintas y finalmente optó por no adoptar ninguna iniciativa, al menos hasta el próximo año», explicaron las fuentes.
«Técnicamente parece razonable un aplazamiento para meditar bien las cosas-dijeron-, pero que no le echen la culpa a Bruselas».
Ayer, la Asociación Valenciana de Agricultores, AVA-Asaja, lanzaba un comunicado en el que atribuía la mortandad de peces en la Albufera a la «inconsciencia» de la Unión Europea al mantener la prohibición de la quema del arroz.
Por su parte, la Unió de Llauradors hacía público en un comunicado que la dirección general de Producción Agraria de la Conselleria de Agricultura había permitido este año la práctica del «fanguejat» o enfangado en el arroz con carácter excepcional. El «fanguejat» es una alternativa que evita la quema y la inundación exigida por Europa. Según la Unió, Agricultura aceptará que el «compromiso agroambiental» ha sido cumplido y tramitará las ayudas. Juan José Moragues reiteró ayer que no liberará agua de los embalses para «diluir» la putrefacción de la paja. En 2009, la CHJ evitó un desastre mayor en el parque natural «soltando agua que está para otros usos», reiteró Moragues, que se ofreció «hace meses» para mediar ante Bruselas. «Si Europa autoriza a secar medio delta para combatir el caracol manzana aquí también harían un excepción permitiendo quemar la paja», declaró.