The sections of river with quality problems are reduced in a 20% in the Ebro´s river basin
Mon, 04/10/2010
El número de tramos de río en mal estado ha disminuido un 20% en la cuenca del Ebro. Según el último informe de calidad que la CHE, el correspondiente al año 2009, las 121 masas de agua fluviales que presentaban problemas químicos o ecológicos en 2008 se han reducido a 96, lo que a su vez ha bajado el porcentaje de incumplimiento de los objetivos marcados por Europa del 19 al 15% -en total se analizan 643 tramos de río-.
La Confederación reconoce que parte de esa mejora se debe a factores coyunturales, pero confía en que en los próximos años se mantenga la tendencia. "Es verdad que la bajada de la actividad económica por la crisis ha hecho que el volumen de vertidos se reduzca y que los dos últimos años hidrológicos han sido buenos y han ayudado a diluir la contaminación del agua -comenta el jefe del área de calidad de la CHE, Javier San Román-. No obstante, los buenos resultados del último informe también se deben a que la depuración está cada vez más extendida y a que la normativa ambiental es cada vez más restrictiva".
Curiosamente, la reducción del número de masas fluviales en mal estado se ha constatado a pesar de que este último informe de calidad ha aplicado una nueva normativa comunitaria sobre calidad de las aguas que todavía no se ha traspuesto a la legislación española y que es mucho más estricta que la actual.
"La directiva 2008/105/CE es muy exigente con sustancias como los metales pesados, los plaguicidas, los pesticidas... -explica San Román-. Los laboratorios se han quejado porque los nuevos umbrales son tan bajos que les han obligado a cambiar sus técnicas de análisis".
Además, y en cumplimiento de esa nueva norma, por primera vez se ha muestreado la presencia de contaminantes en los peces para vigilar su bioacumulación. De nuevo, los límites fijados son tan estrictos que están por debajo de los incluidos en la normativa sanitaria sobre alimentos, por lo que los niveles obtenidos en especies como la carpa, la perca, el barbo, la madrilla o el alburno han hecho que algunos tramos de río que no presentaban problemas hayan tenido que clasificarse como en mal estado químico. Según la Directiva Marco del Agua, a partir del 2015 todas las masas de agua deben alcanzar un buen estado. Esto significa que, para ese año, los ríos deben estar lo más próximos posible a sus condiciones naturales.
Aunque admite excepciones, ese mandato no solo obliga a que las aguas estén limpias de contaminantes químicos, sino que también se deben recuperar los ecosistemas asociados a los cursos fluviales. Para lograr ese buen estado ecológico, es necesario cuidar tanto la fauna y la flora como los factores hidromorfológicos: el caudal circulante, el estado de las orillas y del bosque de ribera, la presencia de infraestructuras que desnaturalizan el cauce...
De las 96 masas de agua fluviales que actualmente presentan problemas de calidad en la cuenca del Ebro, 77 (el 80%) no alcanzan el buen estado ecológico; 10 (el 10,5%) no llegan al buen estado químico; y las otras 9 (el 9,5%) incumplen en ambos apartados. El director del área de calidad de la CHE avisa de que en los próximos años este panorama no va a variar mucho, aunque espera que para 2015 mejore la situación de algunas cabeceras. En el resto de tramos los cambios llegarán a medio o largo plazo.
La Confederación reconoce que parte de esa mejora se debe a factores coyunturales, pero confía en que en los próximos años se mantenga la tendencia. "Es verdad que la bajada de la actividad económica por la crisis ha hecho que el volumen de vertidos se reduzca y que los dos últimos años hidrológicos han sido buenos y han ayudado a diluir la contaminación del agua -comenta el jefe del área de calidad de la CHE, Javier San Román-. No obstante, los buenos resultados del último informe también se deben a que la depuración está cada vez más extendida y a que la normativa ambiental es cada vez más restrictiva".
Curiosamente, la reducción del número de masas fluviales en mal estado se ha constatado a pesar de que este último informe de calidad ha aplicado una nueva normativa comunitaria sobre calidad de las aguas que todavía no se ha traspuesto a la legislación española y que es mucho más estricta que la actual.
"La directiva 2008/105/CE es muy exigente con sustancias como los metales pesados, los plaguicidas, los pesticidas... -explica San Román-. Los laboratorios se han quejado porque los nuevos umbrales son tan bajos que les han obligado a cambiar sus técnicas de análisis".
Además, y en cumplimiento de esa nueva norma, por primera vez se ha muestreado la presencia de contaminantes en los peces para vigilar su bioacumulación. De nuevo, los límites fijados son tan estrictos que están por debajo de los incluidos en la normativa sanitaria sobre alimentos, por lo que los niveles obtenidos en especies como la carpa, la perca, el barbo, la madrilla o el alburno han hecho que algunos tramos de río que no presentaban problemas hayan tenido que clasificarse como en mal estado químico. Según la Directiva Marco del Agua, a partir del 2015 todas las masas de agua deben alcanzar un buen estado. Esto significa que, para ese año, los ríos deben estar lo más próximos posible a sus condiciones naturales.
Aunque admite excepciones, ese mandato no solo obliga a que las aguas estén limpias de contaminantes químicos, sino que también se deben recuperar los ecosistemas asociados a los cursos fluviales. Para lograr ese buen estado ecológico, es necesario cuidar tanto la fauna y la flora como los factores hidromorfológicos: el caudal circulante, el estado de las orillas y del bosque de ribera, la presencia de infraestructuras que desnaturalizan el cauce...
De las 96 masas de agua fluviales que actualmente presentan problemas de calidad en la cuenca del Ebro, 77 (el 80%) no alcanzan el buen estado ecológico; 10 (el 10,5%) no llegan al buen estado químico; y las otras 9 (el 9,5%) incumplen en ambos apartados. El director del área de calidad de la CHE avisa de que en los próximos años este panorama no va a variar mucho, aunque espera que para 2015 mejore la situación de algunas cabeceras. En el resto de tramos los cambios llegarán a medio o largo plazo.