The Ministery of Environment gives green light to the extension of the Yesa´s prey
Thu, 19/08/2010
El recrecimiento de la presa de Yesa (entre Navarra y Aragón), en trámite desde 1992, ha recibido el visto bueno definitivo. En mitad de agosto, el Ministerio de Medio Ambiente publicó en el Boletín Oficial del Estado la declaración ambiental favorable a la obra. Supondrá elevar la altura de la presa de 78 a 108 metros. Entre los efectos de la actuación, fuertemente contestada en Aragón, figura la desaparición bajo las aguas de parte de la carretera N-240, cuyo tráfico será absorbido por la Autovía a Jaca. La urbanización y puerto náutico Leyre, en Navarra, y el camping Villa de Tiermas, en Aragón, también quedarán sumergidos con el recrecimiento.
El pantano de Yesa, en servicio desde 1959, es un enorme embalse en el río Aragón que dota de regadío a la comarca y abastece a Zaragoza. Tiene una cota de 488 metros de altura sobre el nivel del mar y puede almacenar 470 hectómetros cúbicos. Su ampliación fue declarada de interés general en 1992 y desde entonces ha sufrido vaivenes.
El plan inicial era elevar la cota hasta los 521 metros. Así se aprobó en 1999. La iniciativa encontró gran contestación en Aragón al suponer la inundación del pueblo de Sigüés y de 9,4 kilómetros del Camino de Santiago, además de varias ermitas. En 2005, con la obra ya iniciada por el Gobierno del PP, el ministerio de Medio Ambiente socialista rebajó el proyecto en 10 metros. Finalmente la presa se eleva 23 metros, hasta la cota 511. Con los cambios ya no se inunda Sigüés, aunque la capacidad del embalse se duplica. La obra está presupuestada en más de 250 millones de euros.
La dirección general del Agua del ministerio impulsa la obra y justifica que consolidará el regadío en 111.652 hectáreas y garantiza el abastecimiento a Zaragoza. La secretaría de Estado de las declaraciones ambientales -la otra rama del mismo ministerio- acepta la propuesta con condiciones.
Considera que con sus medidas de compensación «quedará adecuadamente protegido el medio ambiente y los recursos naturales». La declaración ordena trasladar dos fuentes y dos puentes del Camino de Santiago. El recrecimiento de Yesa fue abordado por la Unesco. En 2004 abogó por la reducción del proyecto original porque así se dañaría menos el Camino, que ya tiene un tramo del «camino francés» bajo las aguas de la presa desde su construcción. Las asociaciones contrarias consideran un fraude trasladar parte del camino original. La declaración fija que, en caso de aparecer nuevos restos arqueológicos, que se paralizarán las obras inmediatamente.
El informe favorable llega tras tres años de espera y no reduce las críticas. Las asociaciones contrarias a esta actuación critican que el estudio «se lave las manos» en cuanto a la seguridad de las obras.
El informe hecho público supone una pieza clave para la aprobación del proyecto definitivo del embalse y llega tres años después de que el Ministerio decidiese encargar nuevos estudios, debido a la gran cantidad de informes presentados por algunas asociaciones que alertaban de la posibilidad de corrimientos en las laderas o de filtraciones y grietas en los laterales de la presa (especialmente el derecho) si finalmente se acometían las obras.
La declaración aprobada apunta, sin embargo, que tres organismos técnicos consideraron que no era «estrictamente necesario realizar un estudio particular de peligrosidad sísmica». Sí señala, por otro lado, la existencia de filtraciones en el lado derecho de la presa, así como un «aumento del riesgo de deslizamiento en laderas por la mayor capacidad del embalse», especialmente en Monte Mélida.
Estos deslizamientos, según el informe, no provocarían un desbordamiento en la presa, aunque se propone realizar un nuevo diseño y un reforzamiento de los taludes, así como «inyecciones de cemento» y la instalación de una «pantalla drenante» en el lado derecho.
Con todo, no existe fecha para el inicio de las obras. Tras la declaración de impacto ambiental queda por redactar el proyecto definitivo y por incluir en los presupuestos del Ministerio de Fomento una partida para la obra. Cabe recordar que el ministerio, a final de julio, anunció varios recortes que, en algunos casos como la autovía del Pirineo, ha reconsiderado. Presa de Yesa.
El pantano de Yesa, en servicio desde 1959, es un enorme embalse en el río Aragón que dota de regadío a la comarca y abastece a Zaragoza. Tiene una cota de 488 metros de altura sobre el nivel del mar y puede almacenar 470 hectómetros cúbicos. Su ampliación fue declarada de interés general en 1992 y desde entonces ha sufrido vaivenes.
El plan inicial era elevar la cota hasta los 521 metros. Así se aprobó en 1999. La iniciativa encontró gran contestación en Aragón al suponer la inundación del pueblo de Sigüés y de 9,4 kilómetros del Camino de Santiago, además de varias ermitas. En 2005, con la obra ya iniciada por el Gobierno del PP, el ministerio de Medio Ambiente socialista rebajó el proyecto en 10 metros. Finalmente la presa se eleva 23 metros, hasta la cota 511. Con los cambios ya no se inunda Sigüés, aunque la capacidad del embalse se duplica. La obra está presupuestada en más de 250 millones de euros.
La dirección general del Agua del ministerio impulsa la obra y justifica que consolidará el regadío en 111.652 hectáreas y garantiza el abastecimiento a Zaragoza. La secretaría de Estado de las declaraciones ambientales -la otra rama del mismo ministerio- acepta la propuesta con condiciones.
Considera que con sus medidas de compensación «quedará adecuadamente protegido el medio ambiente y los recursos naturales». La declaración ordena trasladar dos fuentes y dos puentes del Camino de Santiago. El recrecimiento de Yesa fue abordado por la Unesco. En 2004 abogó por la reducción del proyecto original porque así se dañaría menos el Camino, que ya tiene un tramo del «camino francés» bajo las aguas de la presa desde su construcción. Las asociaciones contrarias consideran un fraude trasladar parte del camino original. La declaración fija que, en caso de aparecer nuevos restos arqueológicos, que se paralizarán las obras inmediatamente.
El informe favorable llega tras tres años de espera y no reduce las críticas. Las asociaciones contrarias a esta actuación critican que el estudio «se lave las manos» en cuanto a la seguridad de las obras.
El informe hecho público supone una pieza clave para la aprobación del proyecto definitivo del embalse y llega tres años después de que el Ministerio decidiese encargar nuevos estudios, debido a la gran cantidad de informes presentados por algunas asociaciones que alertaban de la posibilidad de corrimientos en las laderas o de filtraciones y grietas en los laterales de la presa (especialmente el derecho) si finalmente se acometían las obras.
La declaración aprobada apunta, sin embargo, que tres organismos técnicos consideraron que no era «estrictamente necesario realizar un estudio particular de peligrosidad sísmica». Sí señala, por otro lado, la existencia de filtraciones en el lado derecho de la presa, así como un «aumento del riesgo de deslizamiento en laderas por la mayor capacidad del embalse», especialmente en Monte Mélida.
Estos deslizamientos, según el informe, no provocarían un desbordamiento en la presa, aunque se propone realizar un nuevo diseño y un reforzamiento de los taludes, así como «inyecciones de cemento» y la instalación de una «pantalla drenante» en el lado derecho.
Con todo, no existe fecha para el inicio de las obras. Tras la declaración de impacto ambiental queda por redactar el proyecto definitivo y por incluir en los presupuestos del Ministerio de Fomento una partida para la obra. Cabe recordar que el ministerio, a final de julio, anunció varios recortes que, en algunos casos como la autovía del Pirineo, ha reconsiderado. Presa de Yesa.