The epidemics by the water pollution cause damages in Pakistan

Wed, 18/08/2010

Heraldo de Aragón

Las organizaciones humanitarias advirtieron ayer de que las enfermedades relacionadas con la contaminación del agua están causando estragos entre cientos de miles de afectados y amenazan con disparar la mortalidad. "Ya hay muertes. Se puede confirmar que hay brotes de epidemias", dijo el coordinador de emergencias de Unicef en el país surasiático, Óscar Butragueño.

La prensa local había informado en los últimos días del fallecimiento de decenas de personas, sobre todo niños, por el tétanos, problemas de gastroenteritis o respiratorios. Una fuente de la ONU reconoció ayer bajo condición de anonimato que se ha detectado cólera en al menos veinte pacientes. "Veinte casos de cólera no es nada, hay muchos más", amplió el director en Pakistán de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Guido Sabatinelli.

Hasta la fecha se han detectado al menos 87.761 casos de diarrea aguda, 83.050 de enfermedades respiratorias y 113.045 de enfermedades cutáneas, como la sarna, según datos recogidos por la ONU. "La gente no tiene otro tipo de ropa, pasa muchos días seguidos con las prendas mojadas", se lamentó el portavoz de Unicef, quien añadió que hay riesgo de que surjan también sarampión, polio o malaria, endémicos.

El director de Unicef en Pakistán, Martin Mogwanja, subrayó que "la provisión de agua potable y saneamiento adecuado es clave para la supervivencia de millones de personas afectadas por las inundaciones". "Si no somos capaces de hacerlo, por falta de fondos, las enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera, la diarrea o la disentería, comenzarán a extenderse y cobrarse más vidas entre la población, especialmente en los niños, ya débiles y vulnerables a la enfermedad y la malnutrición", expuso. Pero las agencias humanitarias apenas pueden llegar todavía a una pequeña fracción de los damnificados por una catástrofe que ha causado un escenario de destrucción a lo largo de más de 1.000 kilómetros, de norte a sur de Pakistán y en todas sus provincias.

Los datos de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA) hablan por sí solos: 893.000 viviendas destruidas o dañadas, de ellas 5.500 escuelas, mientras que otros 5.000 centros educativos sirven de morada para parte de los 20 millones de afectados sin hogar. La tragedia se ha cobrado la vida de unas 1.400 personas, según las autoridades pakistaníes, aunque la ONU eleva la cifra a más de 1.600.

La crisis no acaba aquí: tres presas en el centrol del país soportan un altísimo nivel de agua y, aunque en el norte las aguas retroceden, para los próximos días se vuelven a esperar lluvias monzónicas, dijo ayer un portavoz de la NDMA, Ahmad Kamal. El presidente de Mensajeros de la Paz, el Padre Ángel, recriminó al secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, el haber dicho que nunca había visto una catástrofe como la de Pakistán. Y aunque el jesuita reconoció que esta última es tremenda, en la de Haití murieron 250.000 personas y hay un millón en la calle. "O no se fue a Haití o si lo hizo fue sobrevolando en un helicóptero", replicó a Ban Ki-Moon. Asimismo, insistió en que hay dos varas de medir y recordó que Haití es un pueblo que lleva más de 200 años en pobreza. En general, pidió a las instituciones europeas que, al igual que se interesan por la crisis económica y las estructuras militares, se preocupen por la pobreza con la misma intensidad.

Y aunque señaló que en Europa no se mueren tantas personas por falta de alimentos, sí lo hacen por la de medicamentos. Además, criticó que los países europeos ocultan la pobreza que hay en estos porque "dan mala imagen". Según él, intentan quitar de las calles a los pobres o los inmigrantes cuando va de visita el Papa u organismos internacionales.