Los problemas económicos derivados de la crisis fue el argumento esgrimido por el Conseller de Medio Ambiente, Agua y Urbanismo, Juan Cotino, al referirse al recorte en las subvenciones a los regantes ilicitanos. Durante su estancia en Elche, el responsable autonómico habló de «merma» de ayudas, aunque la Comunidad de Riegos de Levante mantiene que las aportaciones de la Generalitat se han eliminado del todo este año.

En el 2008 los regantes recibieron del Consell 580.000 euros, un montante que se rebajaría a 400.000 un año después, con la promesa de que en 2010 se compensaría la cantidad a percibir. Sin embargo, las ayudas se han anulado, según el colectivo.

El conseller se comprometió ayer a buscar una solución para los regantes, pero descartó nuevas subvenciones y aseguró que la opción económica por la que apuestan desde el Gobierno valenciano pasa por sufragar los gastos de las obras de los regantes «para evitarles gastos».

Recordó que, a principios de año, fue la Administración autonómica la que corrió con el desembolso de los trabajos de reparación realizados en el Canal Principal de Riegos de Levante. Su rotura estuvo causada por las fuertes precipitaciones registradas a finales del pasado mes de septiembre. Esta circunstancia impedía elevar agua a El Hondo y vaciar los embalses. En enero comenzaron las obras de adecuación, que supusieron un gasto al Consell de 500.000 euros.

El Conseller realizó estas declaraciones tras el acto que tuvo lugar en la Universidad Miguel Hernández (UMH) para presentar el libro 'Sequía en el Mediterráneo e inundaciones en el Reino Unido y Centroeuropa. Cosas que los modelos climáticos globales no ven del ciclo hídrico en Europa y por qué', del director del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), Millán Millán.

Cotino incidió en este evento en la necesidad de trasvasar agua a la Comunidad Valenciana de los sobrantes del Ebro y agregó que «mientras esa realidad no sea así, todo lo demás son parcheos caros».

El autor del libro también defendió los trasvases y resaltó que «debe considerarse como una hipoteca o una transfusión de sangre que necesita un enfermo hasta poder recuperar el ciclo del agua y, en el caso de la hipoteca, incluso devolverla».

Millán explicó que la directiva marco del agua de la UE contempla un modelo global no válido para la cuenca mediterránea, con unos problemas diferentes a la cuenca atlántica. Su manual pretende precisamente justificar ante la Comisión Europea, de la que es asesor en Medio Ambiente y Clima, «por qué sus modelos no funcionan en el Mediterráneo, destapar la inconsistencia de los mismos y proponer sugerencias sobre qué hacer».

Resaltó que sus investigaciones surgieron a raíz de que detectara que en esta zona habían casi desaparecido las tormentas de verano. Millán aseveró que para mantener el ciclo del agua y evitar una situación de sequía irreversible es preciso conservar la vegetación y las zonas húmedas, así como reforestar zonas del interior. Juan Cotino, ayer.