Aquaponics crops
Tue, 13/07/2010
La acuaponía es un sistema de producción de vegetales y animales acuáticos de forma conjunta. Al aprovechar la simbiosis de ambos tipos de cultivo, el coste y el impacto ambiental es menor que por separado. En Estados Unidos (EE.UU.), algunas personas han puesto de moda este sistema como una variedad más de huerto urbano y diversas universidades y centros de investigación trabajan en su desarrollo.
El objetivo de la acuaponía es crear un ciclo en el que se aprovechan entre sí los diferentes elementos del cultivo y, por ello, resulta más ecológico. Por el mismo motivo también se dice que es una mezcla entre acuicultura e hidroponía, un método en el que las plantas crecen en una solución acuosa con nutrientes, en vez de hacerlo en tierra.
Los peces generan unos residuos en el agua que se aprovechan como nutrientes para los vegetales. Al utilizar los desechos como fertilizante natural, las plantas hacen de depurador del agua. No obstante, el fondo del estanque acumula durante el año algo de sedimento que se tiene que limpiar, aunque algunas especies de peces incluso se alimentan de estos residuos.
Los tipos de cultivo pueden ser muy variados. En el caso de los vegetales, los más productivos son la lechuga y el repollo, pero se puede tener a un buen rendimiento cualquier tipo común de verdura y fruta, como fresas, pimientos, tomates o guisantes. En cuanto a los peces, casi cualquier especie de agua dulce de tamaño medio puede adaptarse, pero la opción más común son las tilapias, muy resistentes y capaces de vivir en grandes cantidades en un pequeño espacio. En Australia, debido a la prohibición de cultivar este tipo de pez, se utilizan especies nativas con buenos resultados.
El sistema supone un considerable ahorro de agua y fertilizantes. El agua sólo se agrega para reemplazar las pérdidas por la absorción de las plantas, la evaporación o la extracción de la biomasa del sistema. Puede ser dulce o salada en función de los peces y la vegetación utilizada.
La acuaponía es válida también para replicar de forma controlada las condiciones de humedales utilizados para la potabilización de las aguas residuales de una vivienda, además de generar un suministro continuo de nutrientes para su uso como fertilizante.
Cómo montar un cultivo acuapónico
El tamaño de los cultivos acuapónicos puede ser muy variable, desde pequeños modelos para uso personal hasta otros más grandes de tipo comercial. En EE.UU. algunas personas han puesto de moda la acuaponía como una variedad más de huerto urbano y dentro de las tendencias ecológicas de la producción local cercana a los consumidores.
El dinero no es un problema al montar un sistema acuapónico: en Amazon se puede comprar un pequeño kit a partir de unos 240 euros. Los componentes básicos son, por regla general, un estanque para criar los peces, una bomba para llevar el agua desde el estanque a las plantas, una canaletas de riego, una tubería para transportar el líquido, gravilla para ayudar a convertir en nutrientes los desechos de los peces, un sistema de filtrado para que no se taponen las tuberías, agentes de control de pH del agua y comida para los peces.
En Internet se pueden encontrar páginas web que informan sobre el sistema o destacan un punto de encuentro para consumidores que quieran animarse en este tipo de cultivo, libros con consejos y hasta publicaciones especializadas sobre el tema, como "Aquaponics Journal" o "Aquaponics".
Inconvenientes de la acuaponía
Los cultivos acuapónicos tienen una serie de inconvenientes que conviene conocer antes de su puesta en marcha. En teoría, su rendimiento es similar o superior a los sistemas de hidroponía y acuicultura que fusiona. Sin embargo, hay que tener paciencia durante los primeros meses, hasta que se asientan plantas y peces. Además, se necesita contar con un espacio suficiente para dar cabida con holgura a sus diferentes elementos.
El equilibrio entre las plantas y los peces tiene que ser correcto para que funcione, y lograrlo no siempre resulta fácil. Por un lado, hay que buscar zonas donde los peces pueden vivir y, por ello, no es aconsejable su uso en climas fríos. Por otro lado, la cantidad de peces condiciona la producción vegetal. Las diferentes posibilidades de montar uno de estos cultivos o los fallos que pueden producirse a lo largo del ciclo generan una incógnita en cuanto a sus resultados.
Los cultivos acuapónicos a gran escala requieren una aportación importante de energía, sistemas tecnológicos y controles medioambientales. No obstante, sus defensores recuerdan que se pueden utilizar energías renovables. Si se basa en sistemas de acuicultura industrial, la alimentación de los peces consiste en carne de pescado de otras especies de menor valor, una práctica criticada por su insostenibilidad. Ahora bien, se pueden utilizar otro tipo de sistemas de alimentación más ecológicos.
Antecedentes de la acuaponía
Diversas civilizaciones antiguas realizaron cultivos en los que se integraba la producción de vegetales y peces, como los aztecas, los egipcios o los chinos. Como técnica moderna, la acuaponía se remonta a la década de los setenta del siglo XX en EE.UU. Investigadores como William McLarney o Ronald D. Zweig empiezan a hablar del concepto y a trabajar en su desarrollo. Durante las décadas siguientes, diversas universidades y centros de investigación en EE.UU. contribuyen a su avance.
El objetivo de la acuaponía es crear un ciclo en el que se aprovechan entre sí los diferentes elementos del cultivo y, por ello, resulta más ecológico. Por el mismo motivo también se dice que es una mezcla entre acuicultura e hidroponía, un método en el que las plantas crecen en una solución acuosa con nutrientes, en vez de hacerlo en tierra.
Los peces generan unos residuos en el agua que se aprovechan como nutrientes para los vegetales. Al utilizar los desechos como fertilizante natural, las plantas hacen de depurador del agua. No obstante, el fondo del estanque acumula durante el año algo de sedimento que se tiene que limpiar, aunque algunas especies de peces incluso se alimentan de estos residuos.
Los tipos de cultivo pueden ser muy variados. En el caso de los vegetales, los más productivos son la lechuga y el repollo, pero se puede tener a un buen rendimiento cualquier tipo común de verdura y fruta, como fresas, pimientos, tomates o guisantes. En cuanto a los peces, casi cualquier especie de agua dulce de tamaño medio puede adaptarse, pero la opción más común son las tilapias, muy resistentes y capaces de vivir en grandes cantidades en un pequeño espacio. En Australia, debido a la prohibición de cultivar este tipo de pez, se utilizan especies nativas con buenos resultados.
El sistema supone un considerable ahorro de agua y fertilizantes. El agua sólo se agrega para reemplazar las pérdidas por la absorción de las plantas, la evaporación o la extracción de la biomasa del sistema. Puede ser dulce o salada en función de los peces y la vegetación utilizada.
La acuaponía es válida también para replicar de forma controlada las condiciones de humedales utilizados para la potabilización de las aguas residuales de una vivienda, además de generar un suministro continuo de nutrientes para su uso como fertilizante.
Cómo montar un cultivo acuapónico
El tamaño de los cultivos acuapónicos puede ser muy variable, desde pequeños modelos para uso personal hasta otros más grandes de tipo comercial. En EE.UU. algunas personas han puesto de moda la acuaponía como una variedad más de huerto urbano y dentro de las tendencias ecológicas de la producción local cercana a los consumidores.
El dinero no es un problema al montar un sistema acuapónico: en Amazon se puede comprar un pequeño kit a partir de unos 240 euros. Los componentes básicos son, por regla general, un estanque para criar los peces, una bomba para llevar el agua desde el estanque a las plantas, una canaletas de riego, una tubería para transportar el líquido, gravilla para ayudar a convertir en nutrientes los desechos de los peces, un sistema de filtrado para que no se taponen las tuberías, agentes de control de pH del agua y comida para los peces.
En Internet se pueden encontrar páginas web que informan sobre el sistema o destacan un punto de encuentro para consumidores que quieran animarse en este tipo de cultivo, libros con consejos y hasta publicaciones especializadas sobre el tema, como "Aquaponics Journal" o "Aquaponics".
Inconvenientes de la acuaponía
Los cultivos acuapónicos tienen una serie de inconvenientes que conviene conocer antes de su puesta en marcha. En teoría, su rendimiento es similar o superior a los sistemas de hidroponía y acuicultura que fusiona. Sin embargo, hay que tener paciencia durante los primeros meses, hasta que se asientan plantas y peces. Además, se necesita contar con un espacio suficiente para dar cabida con holgura a sus diferentes elementos.
El equilibrio entre las plantas y los peces tiene que ser correcto para que funcione, y lograrlo no siempre resulta fácil. Por un lado, hay que buscar zonas donde los peces pueden vivir y, por ello, no es aconsejable su uso en climas fríos. Por otro lado, la cantidad de peces condiciona la producción vegetal. Las diferentes posibilidades de montar uno de estos cultivos o los fallos que pueden producirse a lo largo del ciclo generan una incógnita en cuanto a sus resultados.
Los cultivos acuapónicos a gran escala requieren una aportación importante de energía, sistemas tecnológicos y controles medioambientales. No obstante, sus defensores recuerdan que se pueden utilizar energías renovables. Si se basa en sistemas de acuicultura industrial, la alimentación de los peces consiste en carne de pescado de otras especies de menor valor, una práctica criticada por su insostenibilidad. Ahora bien, se pueden utilizar otro tipo de sistemas de alimentación más ecológicos.
Antecedentes de la acuaponía
Diversas civilizaciones antiguas realizaron cultivos en los que se integraba la producción de vegetales y peces, como los aztecas, los egipcios o los chinos. Como técnica moderna, la acuaponía se remonta a la década de los setenta del siglo XX en EE.UU. Investigadores como William McLarney o Ronald D. Zweig empiezan a hablar del concepto y a trabajar en su desarrollo. Durante las décadas siguientes, diversas universidades y centros de investigación en EE.UU. contribuyen a su avance.