Start the summer with minimal water consumption under

Mon, 21/06/2010

SUR

Málaga capital: La ciudad vierte a la atmósfera 2,25 millones de toneladas de CO al año (sin contar las industrias). Si la población censada es de 568.305 habitantes, cada malagueño emite 3,9 toneladas.

Marbella: Contamina por valor de 819.000 toneladas anuales. Su población es de 134.623 habitantes. La huella ecológica de cada marbellí se cifra en 6,08 toneladas al año.

Mijas: En total, el municipio emite 344.473 toneladas (4,6 por habitante, dada una población de 73.787 personas).

Vélez-Málaga: En total vierte a la atmósfera 332.817 toneladas, lo que, entre 74.190 habitantes, supone 4,5 por vecino.

Antequera: La capital de la Vega alcanza las 321.000 toneladas, entre 45.168 habitantes, lo que arroja un total de 7,1 toneladas por habitante.

Torremolinos: Vierte a la atmósfera 296.575 toneladas. Si se atiende a una población de 65.448 habitantes, cada uno emitiría 4,5 toneladas.

Fuengirola: Es uno de los municipios grandes con menores emisiones, 289.217 toneladas (cuatro toneladas por habitante, con una población de 71.482). mo de energía eléctrica, de los que la mayoría corresponden al sector residencial, y a los servicios.

Asimismo, requiere 38.300 toneladas para la eliminación de basuras (aunque es menor gracias a la labor de compostaje de los restos orgánicos) y otras 30.500 en el tratamiento de aguas residuales. El tráfico supone 1,13 millones, de los que la mitad corresponden a los coches privados, y solo una mínima parte a las motos y ciclomotores, a pesar de ser la segunda capital de España con más vehículos de dos ruedas.

Le sigue Marbella, que contamina por valor de 819.000 toneladas anuales, con una población oficial de 134.623 habitantes, aunque en verano aumenta hasta el 50%. Pero si se atiende sólo a los censados, la huella ecológica de cada marbellí se cifraría en 6,08 toneladas al año.

El informe también pone de relieve casos llamativos, como el de Torremolinos, que tiene uno de los niveles de producción de basuras más elevados de Andalucía, muy similar al de la propia capital malagueña (31.779 toneladas equivalentes de CO ), algo que se explicaría por la afluencia masiva de turistas durante el verano. Por su parte, el menor índice de emisiones per cápita de los grandes municipios está en Rincón de la Victoria, con 3,5 toneladas por persona al año.

Pero, sobre todo, lo que este informe deja patente es que cada ciudadano, a título individual, tiene mucho que decir en la lucha contra el cambio climático global.

Ni el calor del verano, ni los jardines ni las piscinas pueden vencer a los buenos hábitos que los malagueños han adquirido tras años bajo la amenaza de la sequía. Aunque ésta se ha disipado, y las reservas de la provincia están en máximos históricos, los ciudadanos de la capital siguen siendo cuidadosos con el gasto de este bien preciado. Según los datos aportados por la Empresa de Aguas de Málaga (Emasa) la demanda se mantiene hasta un 20% por debajo de la registrada antes del Decreto de Sequía y es incluso inferior a la del año pasado, cuando ya se podía consumir sin restricciones.

En la actualidad Emasa inyecta a la red una media de 1.500 litros por segundo, con una ligera evolución ascendente desde principios de año. Así, en enero fueron 1.484 litros y en abril alcanzó los 1.537. De cara a la temporada alta de verano las previsiones iniciales no esperan superar los 1.600 litros en julio y agosto, lo que supone una caída muy importante: hasta 2005 la media era de 1.800 litros y se alcanzaban incluso los 2.000.

Entre los elementos que explican esta tendencia destacan, junto a la concienciación -el uso doméstico sube muy ligeramente- los factores climatológicos, con lluvias persistentes durante toda la primavera e incluso hasta fechas recientes. «Se aprecia claramente una tendencia negativa en el consumo, porque se llenan los aljibes y no se riegan los jardines», explican los expertos consultados. La rebaja en el consumo industrial se mantiene gracias al ordenamiento que estableció el Decreto de Sequía. Y los parques y jardines públicos también demandan menos agua gracias al plan que ha llevado a cabo el Ayuntamiento de la capital para habilitar pozos propios en diversos puntos de la capital.

De hecho, estas fuentes recuerdan lo ocurrido tras el ciclo seco de 1995, que produjo una bajada drástica que se mantuvo hasta el año 2000. «Harán falta al menos tres años para recuperar los niveles anteriores», añaden. Con todo, tampoco se escapa que la situación económica influye, con el ahorro de las familias y el descenso tanto de la actividad económica como de la población vinculada, la inmigración y la llegada de viajeros.

Esta tendencia ayudará a mantener el buen nivel de las reservas actuales, que están en niveles históricos para esta época del año, con 587 hectómetros cúbicos acumulados en las presas y varias de ellas todavía casi al 100% de su capacidad. Los registros de la red Hidrosur, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente, también ponen de relieve la menor demanda de los municipios que se surten desde estas instalaciones: en la última semana se han vertido a la red unos tres hectómetros, de los que la mitad se ha destinado a riegos agrícolas. Incluso la Costa del Sol ha podido desconectar por primera vez la desaladora de Marbella.