The flooding caused a dozen deaths in France
Thu, 17/06/2010
Las intensas lluvias arrasan el sureste y dejan sin electricidad unas 100.000 casas
Los servicios de salvamento rescatan a unas 180 personas rodeadas por el agua
Como si de un país tropical se tratase, el sureste de Francia se ha visto totalmente desbordado por unas lluvias torrenciales que, a la hora de cerrar esta edición, habían provocado 19 muertos.
Más de media docena de personas seguían desaparecidas. El departamento más afectado por la catástrofe, el Var, ofrecía ayer un paisaje devastado por la violenta subida de las aguas, que arrastraron cuanto encontraron a su paso e inundaron centenares de viviendas.
La noche del martes al miércoles los habitantes de la zona vivieron una auténtica pesadilla. Las víctimas mortales fueron sorprendidas por un torrente de agua y lodo que invadió calles y casas hasta alcanzar los tres metros de altura. Unas 180 personas quedaron bloqueadas en los tejados y tuvieron que ser rescatadas en helicóptero. Al menos 1.200 ciudadanos fueron trasladados a centros de acogida tras quedar impracticables sus casas.
COCHES A LA DERIVA / El tsunami venido del cielo -en pocas horas cayeron una media de 100 a 200 milímetros de agua por metro cuadrado- no respetó ni puentes, ni carreteras, ni autopistas. Mucho menos a los coches, que parecían cáscaras de nuez a la deriva en medio de un río de aguas bravas. Algunos conductores se salvaron a nado. Otros no pudieron superar la fuerza de la corriente. El Gobierno ha anunciado la declaración de zona catastrófica.
Los servicios de salvamento no daban abasto pese a haberse movilizado más de un millar de socorristas y 650 gendarmes. Las aguas invadieron también la línea férrea y los viajeros de un tren de alta velocidad tuvieron que ser evacuados. Anoche, unos 100.000 hogares carecían de suministro eléctrico. «Estamos acostumbrados a las tormentas, pero esto no lo habíamos visto nunca», afirmó un vecino de Draguignan, una de las poblaciones que ha sufrido mayores daños.
AÑO MORTÍFERO / Esta es la segunda inundación mortífera que asola Francia en lo que va de año. El pasado mes de febrero, la tormenta Xintia causó 53 muertos en la costa atlántica. La mayoría de las víctimas mortales murieron ahogadas en sus casas en plena noche, sorprendidas por una violenta subida de las aguas combinada con un extraordinario índice de la marea. El mar superó los diques en una zona situada a varios metros por debajo del mar.
Esta fatal combinación de fenómenos meteorológicos llevó al Estado a plantearse la necesidad de prohibir la construcción de nuevas viviendas en zonas inundables. Tras la elaboración de un mapa de zonas de riesgo, ha puesto en marcha un plan para facilitar la mudanza a emplazamientos más seguros.
Las inundaciones del sureste se debieron exclusivamente a la lluvia y obligaron ayer a evacuar a cerca de 500 presos del penitanciario de Draguignan.
Los servicios de salvamento rescatan a unas 180 personas rodeadas por el agua
Como si de un país tropical se tratase, el sureste de Francia se ha visto totalmente desbordado por unas lluvias torrenciales que, a la hora de cerrar esta edición, habían provocado 19 muertos.
Más de media docena de personas seguían desaparecidas. El departamento más afectado por la catástrofe, el Var, ofrecía ayer un paisaje devastado por la violenta subida de las aguas, que arrastraron cuanto encontraron a su paso e inundaron centenares de viviendas.
La noche del martes al miércoles los habitantes de la zona vivieron una auténtica pesadilla. Las víctimas mortales fueron sorprendidas por un torrente de agua y lodo que invadió calles y casas hasta alcanzar los tres metros de altura. Unas 180 personas quedaron bloqueadas en los tejados y tuvieron que ser rescatadas en helicóptero. Al menos 1.200 ciudadanos fueron trasladados a centros de acogida tras quedar impracticables sus casas.
COCHES A LA DERIVA / El tsunami venido del cielo -en pocas horas cayeron una media de 100 a 200 milímetros de agua por metro cuadrado- no respetó ni puentes, ni carreteras, ni autopistas. Mucho menos a los coches, que parecían cáscaras de nuez a la deriva en medio de un río de aguas bravas. Algunos conductores se salvaron a nado. Otros no pudieron superar la fuerza de la corriente. El Gobierno ha anunciado la declaración de zona catastrófica.
Los servicios de salvamento no daban abasto pese a haberse movilizado más de un millar de socorristas y 650 gendarmes. Las aguas invadieron también la línea férrea y los viajeros de un tren de alta velocidad tuvieron que ser evacuados. Anoche, unos 100.000 hogares carecían de suministro eléctrico. «Estamos acostumbrados a las tormentas, pero esto no lo habíamos visto nunca», afirmó un vecino de Draguignan, una de las poblaciones que ha sufrido mayores daños.
AÑO MORTÍFERO / Esta es la segunda inundación mortífera que asola Francia en lo que va de año. El pasado mes de febrero, la tormenta Xintia causó 53 muertos en la costa atlántica. La mayoría de las víctimas mortales murieron ahogadas en sus casas en plena noche, sorprendidas por una violenta subida de las aguas combinada con un extraordinario índice de la marea. El mar superó los diques en una zona situada a varios metros por debajo del mar.
Esta fatal combinación de fenómenos meteorológicos llevó al Estado a plantearse la necesidad de prohibir la construcción de nuevas viviendas en zonas inundables. Tras la elaboración de un mapa de zonas de riesgo, ha puesto en marcha un plan para facilitar la mudanza a emplazamientos más seguros.
Las inundaciones del sureste se debieron exclusivamente a la lluvia y obligaron ayer a evacuar a cerca de 500 presos del penitanciario de Draguignan.