The reservoir will start to fill Montearagón 15 years after putting the first stone
Sat, 05/06/2010
Es cuestión de días. En el momento en que estén instaladas los sistemas de alerta que exige la ley el pantano de Montearagón, en el río Flumen y a pocos kilómetros de Huesca, empezará a llenarse, según dijo ayer el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Rafael Romeo. Habrán pasado quince años desde que se colocó la primera piedra en una presa que almacenará 51,5 hectómetros cúbicos de agua y que terminó de construirse hace tres años.
A finales de mayo se llevó a cabo el sellado del desvío del río. El cuadro de 5x5 metros de hormigón que se levantó para permitir la construcción de la presa y que hasta hace unos meses se podía ver junto a uno de los extremos del muro (aguas arriba) se convirtió en un tubo de 100 metros de longitud que dirigía el agua del Flumen hasta una válvula de compuerta. Fue necesaria la actuación de los buzos para sellar esa salida de agua con resina y masilla. Hace solo dos días que los especialistas terminaron.
La ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, adelantó en marzo que el llenado del pantano comenzaría antes de acabar la primavera. Romeo comentó ayer que para iniciar la puesta en carga se estaba pendiente de las dos últimas actuaciones: sellar el tapón (clapeta) que se colocó en su día en el túnel del río y colocar las sirenas del plan de emergencia.
El sellado, tanto de la clapeta como del interior del tubo, se ha llevado a cabo con inyecciones de hormigón para garantizar que no se produzcan filtraciones. Las instalación de las alarmas es necesaria, junto al centro de control de la presa, para alertar a la población de una posible emergencia.
El plan de llenado se ha adaptado a las aportaciones medias del río, que en estos momentos y tras un invierno y una primavera generosos en lluvias, son de 0,57 metros cúbicos por segundo (el 23 de mayo este aforo era el doble). Aunque todavía quedan reservas de nieve en las cimas, el cauce entrará próximamente en estiaje.
La CHE ha establecido en la presa tres tramos para la puesta en carga. En la primera fase el agua subirá hasta la cota más baja del muro. Ahí permanecerá un tiempo para comprobar el 'comportamiento' de la construcción y de las laderas.
Después, se efectuará un desembalse rápido para poner a prueba los sistemas de desagüe. En la segunda fase los caudales alcanzarán la cota siguiente y se realizará el mismo proceso aunque esta vez no será hasta la cota cero sino hasta el primer nivel marcado en la presa. La tercera y última fase será igual que las anteriores con la ventaja de que la presa estará en uso.
El inicio del llenado coincidirá con el final de las obras de impermeabilización de estos declives, que empezaron en noviembre. Una vez terminada la presa, con una altura de 75 metros sobre el cauce y de 81 metros sobre sus propios cimientos, se observó que debido al tipo de terreno sobre el que se asienta era conveniente garantizar que el agua que se embalse no se filtre y se pierda por las colinas areniscas.
Desde la presa hacia la ladera se han excavado cuatro galerías, dos a cada lado, desde las que se inyecta hormigón en las laderas para conseguir una especie de malla que haga de impermeable.
Se empezó por las dos inferiores, que ya están terminadas, para permitir el llenado.
La construcción de Montearagón estaba recogida en el Pacto del Agua de 1992 para mejorar el abastecimiento de agua a Huesca y poner en regadío 4.100 hectáreas de campos en la comarca de la Hoya. Es de esperar que cuando el pantano ya sea útil, en 2012 si no hay imprevistos, estén construidas las infraestructuras necesarias para estos usos.
La conducción de caudales hasta la ciudad y la tubería para riegos están en procesos de tramitación. Igual se halla el Plan de Restitución para los municipios afectados por el embalse, Huesca y Loporzano, casi 30 millones en obras pendientes desde 2005.
A finales de mayo se llevó a cabo el sellado del desvío del río. El cuadro de 5x5 metros de hormigón que se levantó para permitir la construcción de la presa y que hasta hace unos meses se podía ver junto a uno de los extremos del muro (aguas arriba) se convirtió en un tubo de 100 metros de longitud que dirigía el agua del Flumen hasta una válvula de compuerta. Fue necesaria la actuación de los buzos para sellar esa salida de agua con resina y masilla. Hace solo dos días que los especialistas terminaron.
La ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, adelantó en marzo que el llenado del pantano comenzaría antes de acabar la primavera. Romeo comentó ayer que para iniciar la puesta en carga se estaba pendiente de las dos últimas actuaciones: sellar el tapón (clapeta) que se colocó en su día en el túnel del río y colocar las sirenas del plan de emergencia.
El sellado, tanto de la clapeta como del interior del tubo, se ha llevado a cabo con inyecciones de hormigón para garantizar que no se produzcan filtraciones. Las instalación de las alarmas es necesaria, junto al centro de control de la presa, para alertar a la población de una posible emergencia.
El plan de llenado se ha adaptado a las aportaciones medias del río, que en estos momentos y tras un invierno y una primavera generosos en lluvias, son de 0,57 metros cúbicos por segundo (el 23 de mayo este aforo era el doble). Aunque todavía quedan reservas de nieve en las cimas, el cauce entrará próximamente en estiaje.
La CHE ha establecido en la presa tres tramos para la puesta en carga. En la primera fase el agua subirá hasta la cota más baja del muro. Ahí permanecerá un tiempo para comprobar el 'comportamiento' de la construcción y de las laderas.
Después, se efectuará un desembalse rápido para poner a prueba los sistemas de desagüe. En la segunda fase los caudales alcanzarán la cota siguiente y se realizará el mismo proceso aunque esta vez no será hasta la cota cero sino hasta el primer nivel marcado en la presa. La tercera y última fase será igual que las anteriores con la ventaja de que la presa estará en uso.
El inicio del llenado coincidirá con el final de las obras de impermeabilización de estos declives, que empezaron en noviembre. Una vez terminada la presa, con una altura de 75 metros sobre el cauce y de 81 metros sobre sus propios cimientos, se observó que debido al tipo de terreno sobre el que se asienta era conveniente garantizar que el agua que se embalse no se filtre y se pierda por las colinas areniscas.
Desde la presa hacia la ladera se han excavado cuatro galerías, dos a cada lado, desde las que se inyecta hormigón en las laderas para conseguir una especie de malla que haga de impermeable.
Se empezó por las dos inferiores, que ya están terminadas, para permitir el llenado.
La construcción de Montearagón estaba recogida en el Pacto del Agua de 1992 para mejorar el abastecimiento de agua a Huesca y poner en regadío 4.100 hectáreas de campos en la comarca de la Hoya. Es de esperar que cuando el pantano ya sea útil, en 2012 si no hay imprevistos, estén construidas las infraestructuras necesarias para estos usos.
La conducción de caudales hasta la ciudad y la tubería para riegos están en procesos de tramitación. Igual se halla el Plan de Restitución para los municipios afectados por el embalse, Huesca y Loporzano, casi 30 millones en obras pendientes desde 2005.