The fishermen refute to the Xunta and affirm that there are salmons in the Xuvia
Fri, 28/05/2010
La presentación, anteayer, del Atlas de los Ríos Salmoneros de la Península Ibérica, ha abierto llagas entre los aficionados a la pesca, que consideran que ese estudio es impreciso en lo que respecta a la comarca. Un ejemplo, explicaba ayer el presidente de la sociedad Caza y Pesca Xuvia, Eloy Saavedra, es que «o atlas leva sete anos elaborándose», y en el momento de su inicio el cauce que desemboca en la ría de Ferrol pasaba por uno de sus peores momentos. «Pero hai xa uns cinco anos que empezou a recuperarse», argumenta. Y desde entonces, se ha atestiguado el remonte de colonias de salmones que hoy por hoy forman una población testimonial pero notoria.
Saavedra recuerda que «nos anos oitenta xa había salmón no Xuvia, pero era pouco»; y el descalabro del río llegó «coa contaminación do 86 ou o 87». No obstante, con el comienzo de la temporada de pesca de este año, los afi cionados ya dieron fe de la captura de algún salmón de pequeño tamaño que tuvieron que devolver al agua, pues el coto del Xuvia está vedado para esa especie.
En el caso del Eume, otro de los ríos que el atlas salmonero descarta, la sociedad de pescadores coincide plenamente. La especie estrella de ese río es el reo, también de la familia de los salmónidos. No obstante, el salmón está completamente desaparecido del cauce y desde los círculos de afi cionados a la pesca lo atribuyen a la central hidroeléctrica de A Capela desde su construcción. «Moitos dinamiteiros quedáronse con cargas e acabaron co salmón a golpe de torpedazos», apunta Saavedra. A partir de ahí, la población de esa especie no volvió a desovar por lo que achacan «á calidade da auga».
Otro caso inexplicable para los pescadores es el del río Sor. «Poderíase beber a auga» de ese cauce, señala Eloy Saavedra. No obstante, «a xente di que desapareceu cando empezou a funcionar a central de As Pontes porque se acidifi cou a auga».
El salmón es una especie que nace en el curso de los ríos. «Cada parella pode poñer seis ou sete mil ovos; deses, ao mellor nacen uns catro mil e ao ano seguinte baixan ao mar uns seiscentos», argumenta el experto. Y es que la gran mayoría son víctimas de ataques depredadores. A los cuatro o cinco años vuelven al río con un peso de en torno a los cinco kilos para desovar. Y también ahí juega un papel importante la naturaleza. En cauces más amplios tienen más posibilidades de sobrevivir a los depredadores. No obstante, el milagro obra también en cauces como el Mestas, en Cedeira, que, al igual que el Xuvia, cuenta con una pequeña población de salmones.
Pero el único coto habilitado para la pesca de esa especie en las proximidades se encuentra en el Mandeo (Betanzos). Tiene un cupo máximo al año de cinco capturas que se alcanzó en el 2009. No obstante, los pescadores denuncian agresiones externas como los permisos para utilizar trasmallos en la desembocadura o el furtivismo que acucia a los ejemplares que enfilan el río para el desove. Además de atacar a las grandes capturas de salmón en mar abierto que hacen que cada vez sean menos los peces que regresan a los ríos. Precisamente, uno de esos problemas se detectó en septiembre pasado en el cauce del Xuvia cuando un socio de la entidad de pesca observó unas luces de noche en el río. Montaron un dispositivo con el guardés de Medio Ambiente y se encontraron a un hombre rana que se había deshecho de su fusil de pesca submarina y las posibles capturas antes de ser identificado.
Saavedra recuerda que «nos anos oitenta xa había salmón no Xuvia, pero era pouco»; y el descalabro del río llegó «coa contaminación do 86 ou o 87». No obstante, con el comienzo de la temporada de pesca de este año, los afi cionados ya dieron fe de la captura de algún salmón de pequeño tamaño que tuvieron que devolver al agua, pues el coto del Xuvia está vedado para esa especie.
En el caso del Eume, otro de los ríos que el atlas salmonero descarta, la sociedad de pescadores coincide plenamente. La especie estrella de ese río es el reo, también de la familia de los salmónidos. No obstante, el salmón está completamente desaparecido del cauce y desde los círculos de afi cionados a la pesca lo atribuyen a la central hidroeléctrica de A Capela desde su construcción. «Moitos dinamiteiros quedáronse con cargas e acabaron co salmón a golpe de torpedazos», apunta Saavedra. A partir de ahí, la población de esa especie no volvió a desovar por lo que achacan «á calidade da auga».
Otro caso inexplicable para los pescadores es el del río Sor. «Poderíase beber a auga» de ese cauce, señala Eloy Saavedra. No obstante, «a xente di que desapareceu cando empezou a funcionar a central de As Pontes porque se acidifi cou a auga».
El salmón es una especie que nace en el curso de los ríos. «Cada parella pode poñer seis ou sete mil ovos; deses, ao mellor nacen uns catro mil e ao ano seguinte baixan ao mar uns seiscentos», argumenta el experto. Y es que la gran mayoría son víctimas de ataques depredadores. A los cuatro o cinco años vuelven al río con un peso de en torno a los cinco kilos para desovar. Y también ahí juega un papel importante la naturaleza. En cauces más amplios tienen más posibilidades de sobrevivir a los depredadores. No obstante, el milagro obra también en cauces como el Mestas, en Cedeira, que, al igual que el Xuvia, cuenta con una pequeña población de salmones.
Pero el único coto habilitado para la pesca de esa especie en las proximidades se encuentra en el Mandeo (Betanzos). Tiene un cupo máximo al año de cinco capturas que se alcanzó en el 2009. No obstante, los pescadores denuncian agresiones externas como los permisos para utilizar trasmallos en la desembocadura o el furtivismo que acucia a los ejemplares que enfilan el río para el desove. Además de atacar a las grandes capturas de salmón en mar abierto que hacen que cada vez sean menos los peces que regresan a los ríos. Precisamente, uno de esos problemas se detectó en septiembre pasado en el cauce del Xuvia cuando un socio de la entidad de pesca observó unas luces de noche en el río. Montaron un dispositivo con el guardés de Medio Ambiente y se encontraron a un hombre rana que se había deshecho de su fusil de pesca submarina y las posibles capturas antes de ser identificado.