Water experts defend the viability of the Ebro water transfer
Thu, 06/05/2010
El científico australiano y presidente de la Asociación Internacional del Agua (International Water Assotiation, IWA), David Garman, manifestó ayer que «el trasvase del Ebro continúa siendo viable técnica, económica y medioambientalmente». Garman realizó estas declaraciones durante su intervención en la jornada titulada «Visiones del Agua» organizada en el marco de la Cátedra Fundación Agua y Progreso de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), en la que también participó el conseller de Agua, Juan Cotino, y el director de la fundación, José Alberto Comos.
Los elementos «clave» que debe reunir un trasvase intercuencas son «sostenibilidad, calidad medioambiental y bienestar económico general». Aspectos que, «sin duda, se cumplen en su totalidad en el proyecto de Trasvase del Ebro», aseveró.
«Estamos en una época de incertidumbre y el cambio climático exige la toma de decisiones tajantes, porque, de lo contrario, sucederá una catástrofe de dimensiones dramáticas», consideró el científico australiano. «La sequía que provoca el cambio climático exige un cambio de políticas hídricas y un nuevo marco para debatir dónde hace falta construir nuevos trasvases», apuntó.
Tras realizar un estudio «objetivo e independiente» sobre el trasvase del Ebro, este experto en hidrología concluyó que esta infraestructura «cumple las mejores prácticas internacionales», así como la normativa vigente, y «será esencial, teniendo en cuenta el cambio climático».
«Los trasvases hídricos forman parte de la historia de Australia», recordó Garman y apuntó que en este continente, «los trasvases intercuencas sostienen el regadío, así como el abastecimiento de las ciudades y las industrias, frente a instrumentos como la desalación, ya que es más costosa tanto a nivel económico como energético».
Tras estudiar las características de la cuenca del Ebro y del resto de cuencas mediterráneas, «entiendo que de estar en Australia, nosotros habríamos ejecutado el trasvase del Ebro por una cuestión de mero sentido común», sentenció Garman.
Por su parte, Comos destacó los casi 515.000 empleos que se crearían con la construcción del trasvase del Ebro, el 83 por ciento de los cuales sería estable, en referencia al informe elaborado por el Instituto de Estudios Económicos de Alicante (INECA), por encargo de la patronal Cierval y la Fundación Agua y Progreso.
Los elementos «clave» que debe reunir un trasvase intercuencas son «sostenibilidad, calidad medioambiental y bienestar económico general». Aspectos que, «sin duda, se cumplen en su totalidad en el proyecto de Trasvase del Ebro», aseveró.
«Estamos en una época de incertidumbre y el cambio climático exige la toma de decisiones tajantes, porque, de lo contrario, sucederá una catástrofe de dimensiones dramáticas», consideró el científico australiano. «La sequía que provoca el cambio climático exige un cambio de políticas hídricas y un nuevo marco para debatir dónde hace falta construir nuevos trasvases», apuntó.
Tras realizar un estudio «objetivo e independiente» sobre el trasvase del Ebro, este experto en hidrología concluyó que esta infraestructura «cumple las mejores prácticas internacionales», así como la normativa vigente, y «será esencial, teniendo en cuenta el cambio climático».
«Los trasvases hídricos forman parte de la historia de Australia», recordó Garman y apuntó que en este continente, «los trasvases intercuencas sostienen el regadío, así como el abastecimiento de las ciudades y las industrias, frente a instrumentos como la desalación, ya que es más costosa tanto a nivel económico como energético».
Tras estudiar las características de la cuenca del Ebro y del resto de cuencas mediterráneas, «entiendo que de estar en Australia, nosotros habríamos ejecutado el trasvase del Ebro por una cuestión de mero sentido común», sentenció Garman.
Por su parte, Comos destacó los casi 515.000 empleos que se crearían con la construcción del trasvase del Ebro, el 83 por ciento de los cuales sería estable, en referencia al informe elaborado por el Instituto de Estudios Económicos de Alicante (INECA), por encargo de la patronal Cierval y la Fundación Agua y Progreso.