Egypt defends the historical rights about the Nile waters

Wed, 21/04/2010

La exhortación la hizo el ministro egipcio de Recursos Hidráulicos e Irrigación, Mohammed Allam, durante una intervención ante el parlamento en la cual subrayó que El Cairo "se reserva el derecho de tomar cualquier medida que considere adecuada para proteger su parte".
El comentario de Allam, difundido por la prensa y la televisión, se conoció días después de una reunión de países de la Cuenca del Nilo que terminó aquí sin acuerdo sobre el esquema para redistribuir cuotas en el río, un viejo reclamo de Estados de la corriente alta del cauce.
"La participación de Egipto en el agua del Nilo es un derecho histórico que ha defendido a través de su historia", recalcó el titular, quien recordó que el gobierno del presidente Hosni Mubarak ve el asunto como "un tema de seguridad nacional".
Agregó que, "si los países (involucrados) firmaran unilateralmente el acuerdo, éste sería considerado el anuncio de la muerte de la Iniciativa de la Cuenca del Nilo", de la cual forman parte Etiopía, Tanzania, Uganda, Kenya, Sudán y la República Democrática del Congo.
Varias de las naciones integrantes de esa iniciativa consideran obsoleto y, por lo mismo, cuestionan la legitimidad de un acuerdo firmado en 1929 entre Egipto y Gran Bretaña, entonces representante de sus colonias africanas que comparten cinco mil 584 kilómetros del río.
Dicho pacto concedía al país árabe poder de veto sobre los proyectos de la vía fluvial, pero fue superado por otro entendimiento entre Egipto y Sudán (1959) que otorgó beneficios sobre los recursos hídricos con volúmenes precisos.
En virtud de ese arreglo, Egipto fue autorizado a utilizar anualmente 55,5 mil millones de metros cúbicos de agua -equivalente al 87 por ciento del flujo del Nilo- y Sudán obtuvo permiso para manejar 18,5 mil millones de metros cúbicos, según documentos históricos.
Los países menos favorecidos creen que los tratados son injustos y exigen un acuerdo equitativo para compartir el agua que les permita poner en práctica más proyectos de irrigación y energéticos.
Egipto, cuyo territorio es árido y flanquea la mayor parte del curso del Nilo, argumenta que los países de corriente arriba podrían hacer mejor uso de las precipitaciones, además de que tienen otras fuentes de agua.