Iberdrola starts the emptying of the Sil to extend the hydroelectric plant of Santo Estevo

Mon, 19/04/2010

La Voz de Galicia

Si el tiempo no lo impide, Iberdrola empezará hoy a vaciar el caudal del Sil, el primer paso para acometer la segunda fase de la ampliación de la central hidroeléctrica de Santo Estevo, en pleno cañón del río. Tras el vaciado, que se ha pospuesto dos semanas por la gran cantidad de agua acumulada en la presa tras un invierno marcado por las lluvias, se realizarán las obras de la nueva toma de agua, que se sitúa a unos 30 metros por debajo de la cota actual del embalse.

El agua que se evacúe, un 30% del caudal habitual (66 hectómetros cúbicos), no se perderá, ya que la intención de la eléctrica vasca es turbinar todo el excedente, un proceso que se prolongará hasta el 20 de mayo, cuando se alcanzará la cuota necesaria para iniciar los trabajos de construcción de la toma. En ese nivel se mantendrán hasta el viernes 12 de noviembre, cuando Iberdrola prevé que la obra esté rematada.

La nueva infraestructura, que ampliará en 176 megavatios los 265 de potencia de la actual central de Santo Estevo I cuando se concluya en el 2012, es solo uno de los tres proyectos de la eléctrica vasca en la cuenca del Sil, donde prevé iniciar este año las obras de ampliación de la central de San Pedro, que espera tener lista también dentro de dos año y que supondrá 25 nuevos megavatios en la cuenca. Esta instalación cuenta ya con la declaración de impacto ambiental del Ministerio de Medio Ambiente y solo resta la licencia urbanística, que empezó a tramitarse en marzo.

En ambos casos el funcionamiento es igual. Se construyen centrales subterráneas que toman agua en un punto más alejado del embalse y, en caso de un pico en la demanda eléctrica, la turbinan, para garantizar el suministro, y luego la desaguan otra vez en el cauce del río.

Hasta el 2018 se demorará el proyecto más controvertido: la nueva central de Santa Cristina, una instalación también subterránea, pero para la que se necesita crear una balsa en superficie, adonde se bombea el agua de noche para luego poder turbinarla de día, cuando sube la demanda. Y es precisamente el depósito superior el elemento sobre el que hasta ahora pivota la mayor oposición al proyecto, ya que la intención inicial de Iberdrola de situarlo a escasos 300 metros del cañón, haciéndolo visible desde el río, había frenado su tramitación. La eléctrica ha modifi cado ahora su ubicación, desplazándola unos dos kilómetros hacia el interior y sacándola así de una zona protegida como lugar de importancia comunitaria (LIC).

Este proyecto, todavía a la espera de obtener una declaración de impacto ambiental favorable, es el más ambicioso de los tres, con una inversión estimada de 517 millones de euros, frente a los 126 de Santo Estevo y los 52 de San Pedro. La previsión de Iberdrola es crear unos 1.250 empleos directos en su desarrollo hidráulico en el Sil, de los que 340 corresponden a las obras que empiezan hoy.

Frente a las críticas de algunos colectivos vecinales de que no se estaba empleando mano de obra local, fuentes de la eléctrica aseguran que hasta ahora se han desarrollado trabajos muy especializados y de alto riesgo, como voladuras, que no se podían cubrir con empresas locales, con las que sí contarán a partir de ahora. De hecho, aseguran que han impuesto condiciones a las adjudicatarias para que al menos un 50% del personal que se emplee sea de la zona. Con el vaciado parcial del Sil quedarán fuera de servicio las embarcaciones con base en Doade (Sober) que gestiona la Diputación de Lugo. De hecho, uno de estos barcos, el Cañón do Sil, fue trasladado esta Semana Santa al Miño, donde cubre una nueva ruta entre la presa de Os Peares y la zona de baño de la isla de Maiorga. Aunque desde Iberdrola se asegura que los ingresos turísticos de los catamaranes no se eliminarán por completo en pleno año jacobeo, al mantenerse operativos dos de los tres embarcaderos, la decisión de trasladar el barco de Doade deja como único punto de acceso al río el embarcadero de Santo Estevo. G. L.

El desarrollo de la potencia eléctrica de las centrales hidráulicas gallegas, cuestionado desde las organizaciones ecologistas (que aseguran que las obras no respetan los caudales ecológicos y dañan el ecosistema del río, al arrastrar sedimentos), es para las eléctricas un factor clave para apuntalar la apuesta por las energías renovables.

Y es que un sistema que apuesta por la eólica como energía de referencia (el viento representa ya más del 34% de la energía que se produce en Galicia) necesita un contrapeso que garantice la producción cuando el viento no sople o no sea sufi ciente para cubrir la demanda. En este caso la hidráulica se reivindica como la fuente de energía verde más previsible, ya que el recurso con el que se produce está embalsado y se puede usar cuando la demanda lo exija, creando un auténtico sistema verde. La Voz Más de 200 trabajadores de Faurecia Ourense trabajaron durante todo el fi n de semana para que la planta viguesa de Citroën pueda arrancar hoy la actividad a las seis de la mañana en la cadena de montaje de monovolúmenes, después de tres días de inactividad por la falta de piezas.

El conflicto entre el proveedor de primer nivel, Faurecia Asientos, y su auxiliar DDM de Ponferrada, quedó resuelto en la madrugada del pasado viernes, tras tensas negociaciones que requirieron la mediación de la dirección de Citroën. Un descuerdo en el contrato entre ambas empresas provocó el paro de la actividad en Faurecia Ourense durante tres días y el desaprovisionamiento generado obligó a Citroën a suspender la producción de la línea del C4 Picasso y del Xsara Picasso. El fallo en el suministro se saldó con una pérdida de 1.000 vehículos y más de 4.500 trabajadores parados por falta de trabajo. La Voz La superación de la diferencia de salario entre hombres y mujeres debe fi gurar en la agenda del diálogo social, según los socialistas gallegos. La directora del Instituto de la Mujer y secretaria de Igualdade del PSdeG, Laura Seara, demandó ayer al presidente de la Xunta que incluya esta brecha salarial entre los asuntos a debate, porque las mujeres, a día de hoy, tendrían que trabajar 52 días más al año para obtener el mismo salario que los varones por un trabajo similar.

«Serían precisos oito anos para gañar o mesmo que os homes en sete», denunció Seara, que recordó que en la Unión Europea el porcentaje de brecha salarial se mantuvo en una media del 17% durante los años 2007 y 2008. Las diferencias son más acusadas en los puestos directivos. De hecho, en este ámbito, según los socialistas, suele ser un 34% más barato el trabajo de la mujer, y también en la industria alimentaria, de bebidas y en la de tabaco.