Santo Estevão emptying is delayed by the high level of the Sil river

Fri, 09/04/2010

La Voz de Galicia

El vaciado del embalse que requieren las obras de ampliación de la presa ourensana de Santo Estevo iba a comenzar el pasado lunes, pero Iberdrola ha tenido que aplazarlo debido al elevado nivel del Sil. Las abundantes lluvias registradas durante el pasado mes de marzo, después de un invierno especialmente húmedo, han obligado a la empresa a modificar sus planes.

«La idea era empezar el vaciado el 5 de abril, pero el embalse va muy lleno por las precipitaciones de las últimas semanas. Esperamos poder iniciarlo el próximo día 19, siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan», informaron ayer en el grupo energético.

Iberdrola precisó, por otro lado, que el descenso de caudal será de treinta metros sobre un margen de explotación de 54, con el fi n de posibilitar la toma de Santo Estevo II, instalación en la que se trabaja desde agosto del pasado año y que permitirá ampliar en 175 megavatios la potencia de la central ya existente. Pese a la prórroga en el vaciado del embalse, que podría verse ampliada si vuelve a llover con cierta intensidad, la Diputación de Lugo no tiene previsto mantener más tiempo en funcionamiento los catamaranes de su titularidad que navegan por el cañón del Sil. Tras aprovechar la campaña de Semana Santa, una de las épocas fuertes del año para el turismo en la Ribeira Sacra, el organismo provincial desmantelará la próxima semana el embarcadero de Doade, en el municipio de Sober, donde tiene su base esta ruta fuvial.

«Coa baixada de trinta metros o pantalán quedaría suspendido nun barranco. Imos desmontalo para que non se deteriore e de paso facer melloras no embarcadoiro pensando xa no futuro», explica Xesús Mazaira, asesor del área de Turismo de la Diputación. Las reformas a las que se refi ere Mazaira persiguen evitar que la actividad de los catamaranes pueda verse afectada otros años por las fluctuaciones en el nivel del embalse.

Los técnicos del organismo provincial consideran que la bajada de caudal del Sil haría más problemático el embarque de los viajeros del catamarán que la propia navegabilidad de las embarcaciones.