The west wind stirs the mud and stops the regeneration of La Albufera

Sat, 03/04/2010

Levante

El viento del Oeste que sopló con intensidad el pasado miércoles ha removido los fangos acumulados en el fondo del lago de La Albufera y abortado de raiz la "fase de agua clara" que registraban las aguas del parque natural por primera vez en decenas de años.
El director del parque, José Segarra, insistió ayer en la necesidad de que se reabra el debate sobre la viabilidad de la extracción de los lodos acumulados en el fondo del lago y pidió a la comunidad científica estudiar este proyecto "sin prejuicios".

José Segarra insistió en los efectos perniciosos del lodo depositado en cubeta del lago con espesores que pueden alcanzar un metro o más. "En muchos sitios actúan como un tapón e impiden aflorar libremente a los ýullalsý, cuyas aguas de manantial podrían estar mejorando constantemente la calidad de los caudales del lago", explicó Segarra.

Por otra parte, añadió, "han bastado unas horas de viento de poniente fuerte para que el oleaje haya removido los sedimentos y enturbiado el agua, poniendo "punto y final" y la "fase de agua clara" de los últimos días.

El director del parque recordó que los "aportes extraordinarios" de caudales procedentes del Júcar y el Turia, especialmente; las precipitaciones registradas a lo largo de todo el invierno y las bajas temperaturas y la ausencia de vientos han provocado que las aguas de lago tuvieran una transparencia y una calidad desconocida desde hace decenios en el parque natural.

Como consecuencia de los factores citados, en algunas zonas del lago, en especial al norte de El Palmar (la Mata del Fang y el oeste de l'Alteró), las aguas han permanecido transparentes y era posible ver los fondos a una profundidad de 1,5 metros.

El auxilio de la Daphnia
Fruto de esta calidad en las aguas del lago ha sido la reproducción masiva de la Daphnia de agua, un pequeño crustáceo que actua como un filtrador de agua. La Daphnia tiene como principal alimento las microalgas que proliferan en el lago gracias a la carga orgánica de su caudal, enturbian sus aguas y acaban contribuyendo a que disminuyan los niveles de oxígeno.
En esta fase de agua clara y mejora de la calidad de los caudales que llegan al lago se inscribe también la aparición en algunas áreas de arrozal en las que no se ha realizado el "fangueo" del ranúnculo acuático conocido como "floreta de pascua".

Estas flores de pequeño tamaño (un máximo de 10 centímetros) tienen cinco pétalos blancos con los centros amarillos y se agrupan en forma de racimos unos centímetros por encima del agua.

Extraer los lodos
José Segarra mantiene invariable su discurso hídrico sobre las necesidades de La Albufera y recuerda lo "excepcional" de la situación actual: "Hace falta tener un caudal ecológico garantizado, mantener la conexión hídrica con el Júcar, recuperar los aportes de los ullals y recuperar la vegetación subacuática del lago", afirmó.

"Somos conscientes de que la propuesta de dragado del lago y extracción de los lodos es quizá muy ambiciosa y puede provocar recelos. Es cierto que siempre que se habla de retirar los lodos aparecen voces en contra, pero podríamos llegar a un cierto consenso sobre los métodos que podemos emplear y actuar sobre zonas acotadas del lago para evaluar después los resultados de la experiencia", apunto el director del parque natural.

"Hemos cortado mucho el flujo de vertidos al lago. Ya casi ni siquiera son noticia, pero hay que darle un empujón a la regeneración del lago y el dragado de los lodos podría contribuir decisivamente a ello", manifestó José Segarra.