The rain will reduce the harvest of maize and beet, but it will favor to the cereal

Fri, 12/03/2010

El Norte de Castilla

Si solo en una semana han entrado en los embalses de la comunidad 240 hectómetros cúbicos de agua, es de imaginar que como dice el refrán «nunca llueve a gusto de todos». De hecho, tanta lluvia hace sonreír a las presas pero resiente al campo, sobre todo a los cereales de ciclo corto y al regadío.

Según el secretario regional de UPA, Julio López, se están registrando «serias dificultades», especialmente en el cultivo de la remolacha donde todavía quedan «más de 300.000 toneladas» por sacar de la tierra y esto provocará una prolongación de la campaña, previsiblemente hasta «la mitad del mes de abril». Además de ser algo prácticamente desconocido en Castilla y León, este hecho puede provocar una pérdida del potencial «importante», tanto desde el punto de vista del peso como de la riqueza. «Corremos además el riesgo de que haya zonas donde no se pueda arrancar y la remolacha se quede en las tierras; todavía hoy estamos teniendo serios problemas».

La conclusión para UPA es bien sencilla, «las previsiones de cosecha se están reduciendo como consecuencia de los malos resultados. Tenemos riesgo alto en muchas zonas y, cuando levante el agua, es posible que puedan empezar a verse problemas de podredumbre». Habla de dos zonas especialmente afectadas en León y Zamora, pero sobre todo, «la máxima superficie la tenemos en León», que según López, «es donde se corre el riesgo más alto de dejar remolacha en la tierra sin entregar». En el caso del maíz, el agua que ha caído «ha propiciado que muchas mazorcas estén en el suelo» y esto repercutirá en «una reducción imPradera inundada por las lluvias en Zamora. portante en la cosecha», según López, que insiste además en que otro de los efectos de la lluvia es que se producirá «un retraso muy considerable en las labores que se tendrían que estar haciendo». Primero para las siembras tardías de cereales, «donde en muchos casos ya no se podrán llevar a efecto y quizá ya no se puedan sembrar las que se preveían», pero sobre todo en lo que tiene que ver con preparar las tierras para regadío, como por ejemplo la remolacha, «donde se tendría que haber empezado a sembrar hace más de 15 días», y sin embargo, en este momento, las parcelas no están aradas. Lo mismo ocurre en el caso de las patatas tempranas o las cebollas. Por lo tanto, concluye López, «hay un retraso muy importante» y además, habrá cultivos que tengan problemas «por no hacer las labores a tiempo y en condiciones».

Pero no todas son contradicciones con tanta agua. De hecho, según el secretario regional de UPA, para el cereal «no tiene mayores problemas salvo algunas zonas muy determinadas», más bien todo lo contrario. El agua que ha caído ha dejado al cereal en un estado demasiado avanzado en algunas zonas, debido, entre otras cosas también a que ha faltado frío y hielo. El problema se podría encontrar en los cereales de ciclo corto que se iban a sembrar en las parcelas en las que se habían cultivado anteriormente maíz o remolacha. «Las posibilidades ahora no son muchas», explica López que asegura que quizá se podrían destinar ahora a girasol o dejarlas de retirada. Otra de las opciones es cultivar colza, aunque para el secretario de la Unión de Pequeños Agricultores, «lo que está realmente mal son los precios y los altos costes de producción que tiene, pero en cuanto a cultivo, está por encima de lo normal».