Maite Guardiola develop a model for reuse of wastewater in Syria through a Unesco scholarship
Mon, 01/03/2010
Una almazorense se ha situado entre la élite de las jóvenes promesas de la ciencia. Maite Guardiola, una investigadora especializada en hidrología, recibirá la próxima semana en París una de las becas más prestigiosas a nivel mundial para mujeres científicas. Cada año la Unesco y la Fundación L'Óreal conceden, dentro del programa For Women in Science, 15 becas internacionales a estudiantes de doctorado y postdoctorado de todo el planeta para facilitar el desarrollo de proyectos que buscan una respuesta a las grandes incógnitas y problemas medioambientales que existen a escala mundial. Un comité de selección elige tres proyectos por cada una de las siguientes regiones: Europa -a la que pertenece Maite-; América del Norte; América Latina y el Caribe; África y Estados Árabes y Asia y el Pacífico. «En un momento en que el medio ambiente es la principal preocupación para la sociedad, el programa L'Óreal-Unesco For Women in Science promueve el reconocimiento del papel de mujeres científicas que con su trabajo contribuyen a mejorar el planeta, y Maite es una de ellas», subrayaron desde la Fundación L'Óreal en España. El proyecto con el que Maite ha logrado una de las 15 becas internacionales de entre 112 propuestas llegadas desde todo el mundo se denomina 'Aprovechamiento de aguas residuales. Implicaciones ambientales y de salud pública', que desarrollará en Aleppo, una ciudad ubicada en el norte de Siria de 2,5 millones de habitantes. La ciudad dispone de una planta de tratamiento de aguas residuales con capacidad inferior a las que genera. El excedente de aguas residuales no tratado se vierte al río contaminando sus aguas así como al acuífero que alimenta, aguas que se utilizan para el riego de campos de cultivo sin ningún tipo de control ambiental o de salud pública. «Mi objetivo es elaborar una modelización de la extensión de la contaminación con el objetivo de analizar cómo se pueden introducir aguas residuales dentro de un plan más global de reutilización teniendo presente no sólo las implicaciones medioambientales sino también la componente de salud pública», explicó la científica. La investigación, que se prolongará aproximadamente dos años, incluirá análisis del contenido de metales y pruebas bacteriológicas en las aguas que abastecen a Aleppo pero también en el suelo y en las aguas de riego. Con todos estos elementos, Guardiola espera establecer una lista de recomendaciones para los agricultores y los responsables de la toma de decisiones en la gestión del agua para maximizar los beneficios de la reutilización de aguas residuales y minimizar los costes de tratamiento y los riesgos para el medio ambiente y la salud pública. En su investigación, que arrancará en abril, la científica trabajará conjuntamente con el International Center for Agricultural Research in Dry Areas de Aleppo y contará con la colaboración y asesoramiento de la London School of Hygiene and Tropical Medicine. La joven investigadora Maite Guardiola, durante un trabajo de campo en Arizona. El proyecto de investigación becado por For Women in Science permitirá a Maite conjugar dos de sus pasiones: la investigación en su vertiente más aplicada y la cooperación, ya que en sus dos años de estancia en Siria prevé colaborar con Acción contra el Hambre, ONG con la que ya trabajó en Guinea y el Líbano en temas de distribución y saneamiento de aguas. Preguntada por la posibilidad de regresar a España -lleva siete años en la Universidad de Arizona (EE. UU.)-, la científica castellonense hace una mueca y responde: «Eventualmente sí, pero me gusta interactuar con gente de diferentes países y culturas». Con una trayectoria más que brillante pese a su juventud, aún no ha cumplido los 35, Maite quita hierro al asunto: «No soy ninguna genio. Me gusta conocer a gente de un sitio y de otro y para eso hay que viajar. No me quiero hacer rica con la ciencia, sólo quiero trabajar en proyectos que me gusten». Trayectoria. Además de las becas, la Fundación L'Óreal y la Unesco conceden desde hace 12 unos premios para reconocer la excelencia científica entre las investigadoras consolidadas Premios Nobel. Dos de las laureadas en 2008 -se entregan cinco galardones anuales- Elizabeth Blackburn y Ada Yonath obtuvieron un año después el premio Nobel de Medicina y el de Química.