El temor es mucho por el reciente caso de Valle de Abdalajís. No obstante, ayer mismo técnicos del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) confirmaron al alcalde de Archidona, Manuel Sánchez, que el agua que desde hace unos días mana de la boca del túnel del AVE en el trazado que pasa por el municipio no es debida a ningún tipo de afección o rotura en el acuífero del Umbral, sino por el ascenso del nivel freático de manantiales que desde hace años se encontraban secos. Tras la rotura de los acuíferos del Valle de Abdalajís por el desarrollo de las obras del AVE, en este caso hacia Córdoba, todas las alertas se encendieron en el Consistorio archidonés, cuyos responsables políticos demandaron una visita a pie de obra para comprobar, sobre el terreno, la situación que experimentan las obras del AVE desde que el pasado 19 de febrero empezara a brotar agua del suelo a un ritmo de seis litros por segundo. Una semana después, el agua mana a una velocidad de unos 20 litros por segundo, aunque técnicos de Aqualia -empresa concesionaria del abastecimiento de agua en la localidad- también confirmaron que "el nivel de los pozos del pueblo se mantiene intacto", de forma que el acuífero no ha experimentado ningún descenso. "Estaremos vigilantes para comprobar si el nivel del manantial se mantiene aunque siga escapándose agua de la boca del túnel del AVE. La preocupación es lógica, pero debemos confiar en la valoración de los técnicos, y esperar a que el tiempo de lluvias pare", aclaró el regidor archidonés, quien explicó que las continuadas precipitaciones han provocado que el nivel freático del acuífero haya crecido unos 20 metros, situándose actualmente la cota de agua en unos 704 metros sobre el nivel del mar. Obras. Las perforaciones del túnel del AVE que atraviesa la sierra del Umbral de Archidona se están realizado con una cota media de profundidad de 712 metros sobre el nivel del mar (el nivel del acuífero se sitúa en los 704 metros). Asimismo, se están acometiendo sondeos con una anticipación de 20 metros en relación al último tramo de obra, lo que permite a los técnicos de la actuación "constatar" la existencia o no de bolsas de agua en el trazado del AVE. "Además de comprobar si hay agua también conocen los materiales sobre los que tienen que perforar, y en función de eso la actuación a realizar, que en todo caso se está desarrollando con picadoras y no mediante sistema de explosión", dijo Sánchez El túnel contará con una longitud de 1.000 metros, y actualmente hay perforados 700 metros. El agua está brotando a una altura de 300 metros desde la boca del AVE. La impermeabilización futura del túnel evitará tanto la entrada como la salida de agua en la infraestructura.