Alrededor de 50 personas participaron ayer en una salida al saladar de Agua Amarga, un humedal protegido a través del Catálogo de Zonas Húmedas de la Comunidad Valenciana, en el que se realizó un recorrido por varios de los ambientes que se dan cita en esta zona y su franja costera: playa, dunas, saladar y antiguas charcas salineras. Los asistentes disfrutaron con la observación de diversas especies de aves, tanto en la zona costera como en el humedal.
Durante la salida se pudo ver parte del saladar inundado como consecuencia de un proyecto de recuperación parcial impulsado por el Ministerio de Medio Ambiente, con la colaboración de la conselleria del mismo nombre, mediante el que se está inundando de forma artificial con agua marina parte de los charcones de las antiguas salinas. Se trata de una medida correctora del impacto negativo que la desaladora de Agua Amarga está causando al saladar como consecuencia de la extracción de agua de su acuífero. Desde las organizaciones convocantes se explicó que ese impacto negativo, que está provocando la desecación del Saladar y la muerte de su vegetación natural, debería a largo plazo eliminarse sustituyendo el actual sistema de captación de agua mediante pozos por un sistema de captación directa de agua marina en superficie.
Los convocantes mencionaron otras amenazas que se ciernen sobre el Saladar, como la construcción de la segunda pista del aeropuerto de El Altet sobre más de 20 hectáreas de la zona húmeda protegida, la previsión del nuevo PGOU de Alicante de reclasificar como urbanizables 500.000 metros cuadrados del perímetro de protección del Saladar o el proyecto del Ayuntamiento de Alicante de construir un paseo marítimo.