El secretario de Estado de Agua, Josep Puxeu, ha trasladado oficialmente al vicepresidente del Consell, Juan Cotino, y, por ende, a la Junta Central de Usuarios del trasvase Júcar-Vinalopó que el proyecto para construir la potabilizadora que trate las aguas del Júcar que llegarán a Villena por el trasvase cuenta ya con dotación económica.
De esta forma, quedan despejadas, definitivamente, las dudas que tenían los agricultores sobre una infraestructura que se considera clave para poder aceptar el agua que se captará en el Azud de la Marquesa y que, según el acuerdo alcanzado entre Medio Ambiente y los futuros usuarios, deberá servir para todos los usos, es decir para beber y regar.
Algo que rechazan los colectivos antitrasvasistas de Valencia (Xúquer Viu) y que, al parecer, aceptarían ya las comunidades de regantes de la Ribera, tras la política de consenso desarrollada en los últimos meses por el vicepresidente y conseller Cotino.

Sobrantes

Aguas del Júcar enviará todos los años a la provincia hasta 80 hm3 de agua desde Cullera que servirá para cerrar pozos, tanto de los que se extrae caudal para regar como para beber, tal como se estableció en el proyecto inicial del trasvase cuando el agua se tomaba en Cortes de Pallás. Tanto la sociedad estatal como la Confederación del Júcar han destacado desde el primer día que el agua será la que sobre en el Júcar, producto de las obras de modernización de regadíos.
Acuajúcar anunció a principios de mes que el grado de ejecución de las obras del Júcar-Vinalopó ha alcanzado el 92% y su puesta en marcha está prevista para la segunda mitad del año. El anuncio de Aguas del Júcar se produjo justo en el día en el que se conoció que la Audiencia Nacional había desestimado el recurso del Ayuntamiento de Cullera contra la toma en el Azud de la Marquesa. Ahora, tras conocerse que antes de enviar caudales éstos se potabilizarán, la fecha para el arranque del trasvase sigue siendo una incógnita.