The water volume in the aquifers is five times greater to the water of the marshes
Mon, 25/01/2010
El último mes, el más lluvioso en medio siglo, no sólo ha dado un vuelco a la situación de los pantanos andaluces, que rozan ya el 80% de su capacidad (el doble que hace un año), sino que ha permitido la recarga de la mayoría de los 200 acuíferos de la comunidad, como se ha puesto de manifiesto con la recuperación de numerosas fuentes y manantiales que, en muchos casos, no brotaban desde hace décadas. Y el dato no es baladí. Las aguas subterráneas han supuesto en época de sequía el 45% de los abastecimientos urbanos (llegan a más de 900 núcleos de población y tres millones de habitantes) y casi un tercio de la superficie de regadío en la cuenca del Guadalquivir.
Para conocer con mayor precisión el nivel de recarga de los recursos subterráneos habrá que esperar aún varias semanas. La respuesta de la lluvia en los acuíferos no es inmediata, pues cuando alcanza la capa freática aún tarda tiempo en verse la respuesta en los manantiales clásicos. Con todo, Juan Carlos Rubio, del Instituto Geológico y Minero de Granada, anticipa un escenario muy halagüeño. "La capacidad de almacenamiento de los acuíferos tiene un efecto multiplicador por cinco sobre el agua de los embalses superficiales". Los pantanos andaluces almacenan ahora más de 8.158 hectómetros cúbicos.
La recarga anual de un acuífero es el resultado de calcular la cantidad de las precipitaciones anuales por metro cuadrado, la extensión de la cuenca del acuífero y el grado de absorción del terreno. En Andalucía, que tiene 21.500 kilómetros cuadrados de terrenos permeables (el 25% de la superficie de la comunidad), la infiltración media anual que se origina en los acuíferos es de unos 3.850 hectómetros cúbicos, mientras que su explotación anual es de 1.000 hectómetros cúbicos. Sin embargo, estas cifras se han incrementado ostensiblemente por las lluvias del último mes, de más de 300 litros por metro cuadrado de media, aunque los extremos se sitúan entre los 196 litros de Almería y los más de 600 de algunas comarcas de Cádiz.
Así las cosas, la recarga de los acuíferos empieza a manifestarse ya en muchos puntos de la comunidad. El caso más llamativo ha sido el acuífero 27 de Doñana. Si en un año y medio la aportación de las lluvias a las 30.000 hectáreas de marismas era de 74 hectómetros cúbicos, el aporte recibido desde el pasado 18 de diciembre ha sido de 360 hectómetros cúbicos, es decir, cinco veces más. El resultado ha sido que las marismas, que a principios de diciembre, apenas estaban cubiertas al 10%, estén hoy al 100% y, lo más importante es que se ha invertido una tendencia descendente de los niveles en la última década.
Otro caso no menos paradigmático es el acuífero Fuente de la Reja del que se nutre la popular Charca de Pegalajar, en Jaén, una inmensa laguna artificial declarada Lugar de Interés Etnológico y ubicada en el centro de la población. La Charca ha vuelto a recobrar vida propia y ha recuperado su imagen de antaño después de permanecer seca desde el año 1988, con la única excepción de un ligero aporte de agua en el verano de 2004. Este acuífero ha sido uno de los casos más representativos de sobreexplotación, uno de los males que ha perseguido a muchos manantiales andaluces.
Para evitar de nuevo la sobrecarga de este acuífero emblemático, la Agencia Andaluza del Agua va a invertir 1,3 millones de euros para mejorar el abastecimiento a la población y recuperar el caudal de agua del manantial. La intención es recuperar distintas fuentes para el abastecimiento a los 3.000 habitantes de Pegalajar para, de este modo, liberar la captación de agua del acuífero desde donde se abastecen actualmente. El director de la Agencia Andaluza del Agua, Juan Paniagua, destaca la importancia de llevar a cabo un plan de control de los acuíferos, con estudios y análisis constantes para evitar la sobrecarga de los mismos
Para conocer con mayor precisión el nivel de recarga de los recursos subterráneos habrá que esperar aún varias semanas. La respuesta de la lluvia en los acuíferos no es inmediata, pues cuando alcanza la capa freática aún tarda tiempo en verse la respuesta en los manantiales clásicos. Con todo, Juan Carlos Rubio, del Instituto Geológico y Minero de Granada, anticipa un escenario muy halagüeño. "La capacidad de almacenamiento de los acuíferos tiene un efecto multiplicador por cinco sobre el agua de los embalses superficiales". Los pantanos andaluces almacenan ahora más de 8.158 hectómetros cúbicos.
La recarga anual de un acuífero es el resultado de calcular la cantidad de las precipitaciones anuales por metro cuadrado, la extensión de la cuenca del acuífero y el grado de absorción del terreno. En Andalucía, que tiene 21.500 kilómetros cuadrados de terrenos permeables (el 25% de la superficie de la comunidad), la infiltración media anual que se origina en los acuíferos es de unos 3.850 hectómetros cúbicos, mientras que su explotación anual es de 1.000 hectómetros cúbicos. Sin embargo, estas cifras se han incrementado ostensiblemente por las lluvias del último mes, de más de 300 litros por metro cuadrado de media, aunque los extremos se sitúan entre los 196 litros de Almería y los más de 600 de algunas comarcas de Cádiz.
Así las cosas, la recarga de los acuíferos empieza a manifestarse ya en muchos puntos de la comunidad. El caso más llamativo ha sido el acuífero 27 de Doñana. Si en un año y medio la aportación de las lluvias a las 30.000 hectáreas de marismas era de 74 hectómetros cúbicos, el aporte recibido desde el pasado 18 de diciembre ha sido de 360 hectómetros cúbicos, es decir, cinco veces más. El resultado ha sido que las marismas, que a principios de diciembre, apenas estaban cubiertas al 10%, estén hoy al 100% y, lo más importante es que se ha invertido una tendencia descendente de los niveles en la última década.
Otro caso no menos paradigmático es el acuífero Fuente de la Reja del que se nutre la popular Charca de Pegalajar, en Jaén, una inmensa laguna artificial declarada Lugar de Interés Etnológico y ubicada en el centro de la población. La Charca ha vuelto a recobrar vida propia y ha recuperado su imagen de antaño después de permanecer seca desde el año 1988, con la única excepción de un ligero aporte de agua en el verano de 2004. Este acuífero ha sido uno de los casos más representativos de sobreexplotación, uno de los males que ha perseguido a muchos manantiales andaluces.
Para evitar de nuevo la sobrecarga de este acuífero emblemático, la Agencia Andaluza del Agua va a invertir 1,3 millones de euros para mejorar el abastecimiento a la población y recuperar el caudal de agua del manantial. La intención es recuperar distintas fuentes para el abastecimiento a los 3.000 habitantes de Pegalajar para, de este modo, liberar la captación de agua del acuífero desde donde se abastecen actualmente. El director de la Agencia Andaluza del Agua, Juan Paniagua, destaca la importancia de llevar a cabo un plan de control de los acuíferos, con estudios y análisis constantes para evitar la sobrecarga de los mismos