The lagoon of Valdoviño is practically dry a month ago because of the deterioration
Thu, 21/01/2010
La Xunta admite que el último vaciado artificial del humedal expulsó más agua de la debida, pero dice que está tan «alterado» que su comportamiento es imprevisible En menos de un mes la laguna de A Frouxeira, en Valdoviño, un espacio natural blindado con hasta cinco figuras legales de protección, ha pasado de rebosar agua a quedarse casi sin ella. La alcaldesa, los ecologistas y algunos grupos políticos han dado la voz de alarma sobre el progresivo deterioro de este humedal, continuamente perjudicado desde inicios del siglo XX por la acción humana. La propia Xunta, competente en el lago, admite que se halla tan «alterado y humanizado» que es muy difícil prever su comportamiento. La laguna de Valdoviño se abre de forma artificial cada invierno desde hace un siglo. La actividad primero agraria y luego urbanística que se ha desarrollado alrededor de este humedal se veía entorpecida cada vez que las fuertes lluvias elevaban el nivel hídrico del lago y este anegaba pastizales y casas. Para evitarlo, los colonos que cultivaban las tierras de la condesa Pardo Bazán abrían en los años cincuenta con sachos y palas una zanja para que la laguna desaguase. Lo que empezó siendo un método rudimentario se mecanizó cuando la Administración gallega se hizo cargo de este espacio declarado zona ZEPA, Ramsar, LIC, humedal protegido y de especiales valores naturales. Los sachos dejaron paso a las máquinas, y la intuición de los vecinos, a los consejos de los políticos. Aun siendo consciente la Administración de que esta acción alteraba el equilibrio natural del lago, las aperturas se han ido sucediendo año tras año por «razones de carácter público», apunta Carlos Muñoz, jefe de servicio de Conservación da Natureza de la Xunta. «Hay un paseo y unas casas a las que no puede llegar el agua», subraya. El daño del «Prestige» Para más inri , con motivo de la catástrofe del Prestige se instaló una barrera anticontaminante. Cuando esta se retiró, las máquinas perforaron más de lo debido y dañaron el canal de desagüe. La anterior Xunta levantó en el 2008 una barrera de piedras en el lago para evitar nuevas zanjas artificiales. No funcionó. Desde el pasado verano, las máquinas contratadas por Medio Rural han abierto hasta en tres ocasiones un desagüe para evitar la inundación de A Frouxeira. En la ocasión más reciente, explica Carlos Muñoz, «las cuantiosas precipitaciones que habían caído en los últimos días erosionaron el canal de desagüe» permitiendo que saliese más agua de la prevista. Esta es la razón, tal y como reconoce la Xunta, de que desde entonces apenas una lámina de agua cubre el lago. El Concello cuestionó entonces la técnica empleada para el vaciado artificial. «Se hizo como siempre en zigzag», replica el jefe de servicio. Hace cerca de un año, un «imprevisto» en este procedimiento provocó que la fuerza del agua derribase parte de una duna. La Xunta argumenta que el secado del lago se habría producido de todas las maneras. «Si no la hubiéramos abierto nosotros, se abriría de forma natural, y habría pasado lo mismo», asegura Carlos Muñoz, quien anuncia que la Consellería do Medio Rural está trabajando en un mecanismo «nada agresivo» que «permitirá dormir tranquilos a todos, ecologistas, vecinos y políticos».